Annika escuchó a Lena con sorpresa. La mujer había aparecido en su vida de manera inesperada, y ahora le pedía refugio. Aunque Annika no sabía qué pensar de Lena, no podía negar que sentía curiosidad por su historia. ¿Por qué estaba siendo desalojada de la casa de su amiga? ¿Y cómo había llegado a la conclusión de que la casa de ella sería un lugar seguro para quedarse? —Lena, esto es inesperado —dijo Annika, tratando de procesar la situación—. ¿Por qué no puedes quedarte en la casa de tu amiga? Lena suspiró y se sentó en el sofá. Annika notó que parecía cansada y preocupada. —Verás, me metí en un lío —explicó Lena—. Resulta que me involucraron con el esposo de mi amiga. No es verdad, yo jamás haría eso, pero las cosas se salieron de control. Ahora mi amiga está furiosa y me ha pedido q

