Annika sonríe, agradecida por su apoyo. Sabe que los próximos días serán difíciles, pero también sabe que no está sola. Y eso, para ella, hace toda la diferencia. A la hora de la cena la cabeza de hogar comunica la boda de Annika para el fin de semana, todos se quedan en shock. —¿Cómo es eso posible, padre? —indaga Eider, mientras mira a su otro hermano. —Lo que escuchan, Annika se nos casa. —la joven no mira a nadie, Úrsula se pone de pie. —¿Cómo es que ninguno de nosotros lo sabía? —Es una decisión que he tomado y tienen que respetarla. —¿Quién cuidará de nuestra madre? —dice su hermano mayor. —Yo lo seguiré haciendo. —dice de inmediato Annika. —No es necesario, para eso tiene una enfermera. —refuto su padre. —No la voy a abandonar… —Cállate y siéntate, deja de decir tonterías,

