CAPITULO CUARENTA

1378 Words

Con una autoridad que resonaba en cada palabra, Ramón puso fin al interrogatorio que había sumido la casa en un estado de tensión insostenible. Decidido a manejar el asunto del collar desaparecido por su cuenta, se retiró a su estudio, un santuario de tranquilidad, lejos de las miradas inquisitivas y los oídos curiosos. Allí, entre la penumbra y el silencio, comenzó a trazar un plan meticuloso para recuperar la joya perdida sin levantar sospechas ni alterar el delicado equilibrio de la casa. —Basta ya —declaró Ramón con una firmeza que cortaba el aire—. No habrá más preguntas. Este asunto lo resolveré yo mismo, en la privacidad de mi discernimiento, y espero discreción absoluta de todos ustedes. Al escuchar la decisión de Ramón, Sabine sintió cómo un peso se levantaba de sus hombros, com

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