Annika se levantó con gracia, mirando a Christoph con una pregunta en sus ojos. — ¿Por qué estás en una habitación diferente? — preguntó, su voz llena de genuina curiosidad. Christoph se encogió de hombros, tratando de parecer despreocupado. — Quería que descansaras, Annika. Sé qué has pasado por mucho últimamente. Pero Annika no se dejó convencer tan fácilmente. — Deberías mudarte a mi habitación, Christoph. Somos esposos, después de todo. Christoph se quedó pensativo, su mente llena de pensamientos contradictorios. Justo cuando estaba a punto de responder, un ruido proveniente del baño lo interrumpió. — ¿Qué fue eso? — preguntó Annika, su rostro reflejando su sorpresa. — No es nada, probablemente algo se cayó. — respondió Christoph rápidamente, tratando de disipar sus sospechas. — H

