Oliver.

2468 Words
Ya habían pasado tres días desde que vio por última vez a Logan en la graduación de la universidad. Estaba desesperada por tener noticias suyas. Había leído cosas sobre él en internet y la prensa le declaraba un tiburón sin corazón que había amasado una fortuna aumentando el doble de lo que su padre había conseguido. Estaba sola en casa limpiando. Su madre había venido a llevarse a Oliver al parque y había decidido que en los últimos meses había dejado muy descuidada la pequeña casita que tenía en las afueras en un barrio no de muy buena clase pero en donde había unos vecinos muy agradables. Cuando cumplió los 21 años había conseguido por fin independizarse de su madre y compro una pequeña casita con jardín para que Oliver jugase libremente. Amaba el jardín de su casa, se había dedicado tanto a él para que estuviese limpio y tuviese flores frescas todo el año para animar la casa. Limpio el polvo de la vieja tele y después dejo el paño en la mesita de cristal que estaba en el centro. Se pasó la mano por el desordenado cabello que tenía en una coleta y suspiro con pesadez. Llevaba limpiando desde las nueve de la mañana y la camiseta y los pantalones de chándal que llevaba estaban llenos de sudor y de suciedad. El timbre sonó anunciando la llegada de alguien y fue corriendo a abrir la puerta creyendo que era su madre con su hijo. —Ya va. —Grito justo antes de abrir la puerta. Al abrirla se dio de bruces contra el hombre que la estaba agobiando. Estaba vestido impecable con un traje n***o perfectamente planchado. Entro a la casa sin ser invitado y la miro de arriba abajo recorriendo con su mirada su camiseta y pantalones manchados. El olor a friegasuelos invadió sus fosas nasales y la miro entornando los ojos. Paseo los ojos por la casa y se fijó en el viejo sofá que estaba en una esquina del salón, después la tele de los años 70 y por último la pequeña mesita del centro. En una esquina del salón estaban metidos en una caja un montón de juguetes que supuso eran del niño. —¿Qué haces aquí? —Pregunto Lana con la respiración agitada. —Te dije que te iba a seguir e iba a averiguar sobre ti Lana Hamilton. —La forma en la que pronuncio su nombre y su apellido hizo que una corriente de electricidad la pasase por la columna vertebral. —Ya sé que tienes a mi hijo. —Yo no tengo a tu hijo. —Contesto ella con altivez levantando la barbilla en gesto desafiante. —Tengo a mi hijo. —No juegues conmigo ¿sí? Le quiero conmigo ahora. —Reclamo él. —No te vas a llevar a mi hijo a ninguna parte. Tendría que estar loca para dársele a un hombre como tú. —¿Cómo yo? —Si como tú. —Él la miro extrañado. —Un hombre que ni siquiera me dio su nombre real. —Siento no haberlo hecho pero no pensé que esa noche iba a tener consecuencias, podrías haberme dicho algo. —¿Y cómo? Yo no tengo tanto dinero como tú para estar contratando detectives privados para localizar a un hombre que no sabía ni como se llamaba. Oyó el resentimiento en su voz pero él sabía que ahora no se podía hacer nada lo único que podía hacer era coger a su hijo y marcharse pero no había contado con que Lana Hamilton fuese una leona en lugar de una perra sin sentimientos que se había colado en un local de ricos. —Lo único que quiero es que me des a mi hijo. —Ni siquiera acabo la frase cuando sintió la mano de Lana en su mejilla proporcionándole una fuerte bofetada que hizo que su rostro girase. —¡Estás loco si piensas que voy a dejar que mi hijo se vaya contigo! —Dijo ella comenzando a temblar. Golpearlo no había sido su intención pero cuando le oyó decir esas cosas la sangre le hirvió. —¡Jamás! Primero me tienes que matar para quitarme a mi niño. —Dijo con voz posesiva. Los ojos de Logan estaban fuera de sus orbitas. Primero porque le había golpeado y segundo porque Lana no era como la mujer que él se había imaginado que era. —Mira la casa en la que vives. Mi hijo se merece más que esto. —Dijo él con asco mirándola con desprecio. —Él es muy feliz aquí. —Respondió ella. —No lo dudo. Pero y cuando pase el tiempo. Le has prohibido durante cuatro años que me conociese... —Yo no le he prohibido nada. —Le interrumpió ella. —No sabía quién eras no me eches a mí la culpa por tus errores. —¿Cuántos años tienes Lana? —Pregunto él mirándola con frialdad. —25, 24... —Contesto él. —22. —Con mayor razón. Eres joven todavía puedes disfrutar de tu vida sin tener que preocuparte por un niño. —¿Qué pretendes decirme? —Que tú me puedes entregar al niño y seguir con tu vida como si nada, vas a ser abogada yo puedo ayudarte para que te den un gran trabajo. Lana tuvo que tragar en seco cuando Logan soltó todo eso. ¿Vender a su hijo? A su niño. ¿Cómo iba a poder hacer eso? Si le quería mucho antes de que naciese, quería era poco decir, le amaba y no se imaginaba la vida sin él. —No te pienso vender a Oliver. Ni por el mejor trabajo del mundo. No dios eso es espantoso. —Contesto ella sin pausa. —¿Cómo crees que podría hacer algo así? —Eres una mujer independiente no puedes serlo por completo teniendo un niño detrás de ti. —Claro que puedo. He podido durante cuatro años y seguiré pudiendo hasta que me muera y mi hijo sea lo suficientemente grande para valerse por sí mismo. Si le quieres conocer yo te voy a dar permiso pero no te voy a dejar que te lo lleves de aquí. La puerta volvió a sonar y ella fue a abrir pasando por el lado de Logan. Se estremeció al sentir el calor que soltaba su cuerpo. Abrió la puerta y ahí se encontró con su madre, su hermano Noah y su niño llorando mientras que de su pierna salía sangre. —¿Qué ha pasado mama? —Pregunto preocupada cogiendo a Oliver de los brazos de su madre. —Se ha caído en el parque porque Noah le ha empujado. —Informo Lily. —Ha sido sin querer. —Protesto su hermano pequeño con voz ofendida. —No pasa nada cariño. —Acaricio el pelo n***o azabache de su hermano y luego centro su atención en Oliver que seguía llorando. —Ya cariño no ha sido nada. La ranita Susy va a venir a curarte la herida sí. —El niño soltó un chillido no queriendo callarse y para que de ese modo todo el mundo escuchase que se había hecho daño. A Oliver le encantaba el drama. —Cariño nos tenemos que ir, siento mucho que Oli se haya caído. —No pasa nada mama. Y si ve tranquila yo me encargo de Oliver. —Se agacho y le dio un beso a su hermano y luego se incorporó para besar la mejilla de su madre. —Nos vemos mañana para cenar ¿vale? —No puedo tengo una cita. —Contesto ella mirando al niño mientras hacía muecas graciosas con la cara para que se callase. —¿Una cita con quién? —Pregunto su madre curiosa. Logan se había acercado a la puerta lo suficiente para escuchar lo que hablaban pero no lo suficiente para que los de fuera le vieran. Cuando escucho lo de la cita de Lana se interesó de inmediato y se esforzó más por saber con quién era. —Con Aby, hemos quedado para juntar a nuestros niños y que así se hagan amigos. —Está bien Lana, pues entonces nos vemos. —Lily tomo de la mano a Noah y salió del porche de la casa. Ella se dio la vuelta con el niño en brazos y cerró la puerta con el pie. —Ya paso cariño, si no te callas va a venir el coco. —El niño miro el rostro de su madre pero siguió sin hacer caso. —Valió ya Oliver, no es para tanto. —Dijo Lana sentando al niño en el sofá. —No montes un drama por nada. —Me duele mucho. —Dijo el niño entre hipidos mientras de sus ojos salían más lágrimas. Lana negó con la cabeza y luego levanto la cabeza para mirar a Logan. Se le había olvidado por completo que él estaba ahí. Le habría visto su madre, esperaba que no. Aunque le hubiese contado a su madre que el padre de Oliver había regresado todavía no le había dicho quién era porque prefería seguir esperando un poco. —Noah es tonto. —Protesto Oliver llamando la atención de su madre. —No quiero volver a jugar con él nunca más. —No llames al tío Noah tonto Oliver y tú le quieres muchísimo. —Se acercó al armario de la televisión y saco el botiquín. —Puedes sentarte en el sofá, está limpio de cualquier bicho. —Le informo Lana a Logan. Logan le hizo caso y se sentó al lado del niño. —Veamos... —Se agacho para poder mirar la herida de la pierna del niño y saco el alcohol y un poco de algodón del botiquín. Mojo el algodón y limpio la herida del niño. —Duele mami. —Lo siento cielo. —Dijo ella mientras terminaba de limpiar la herida y le daba un besito en la pierna. —Mañana ya no te dolerá tanto. —Cogió al niño en brazos y le dio un beso en la mejilla. —¿Quién es él, mami? —Pregunto el niño curioso mirando a Logan. —Es un amigo cielo. —Dejo al niño en el suelo y le despeino el pelo rubio con la mano. —Ve a tu cuarto a jugar ¿vale? Enseguida estará lista la comida. —¿Y él se va a quedar a comer con nosotros? —No lo creo cariño, debe de tener cosas que hacer. —La verdad es que no. Me encantaría quedarme a comer con vosotros. —Dijo Logan con una sonrisa pícara en su rostro mientras ella bufaba. —Ve arriba pequeño tu madre y yo todavía tenemos cosas de que hablar. —El niño asintió y comenzó a subir las escaleras corriendo dirigiéndose a su habitación. —Quiero formar parte de su vida. Lana saco patatas de un armario y saco un cuchillo para pelarlas. Termino con una y siguió con la segunda. —Tienes que darle tiempo para que te conozca. —Dijo ella mientras depositaba la patata sobre la encimera y se giraba para mirarlo a los ojos. —Es un niño muy inteligente pero le cuesta adaptarse a los cambios. —Quiero que sepa que yo soy su padre. —Reclamó él con tranquilidad. —Tiene que conocerte. —Se apoyó contra la encimera y le miro a los ojos. —Saber que puede confiar en ti. John ha sido como su padre durante estos años y Oli le quiere mucho. Le va a costar mucho adaptarse a ti cuando se entere que tú eres su papa. El niño bajo por las escaleras con un coche y se acercó a Logan para enseñárselo. —Se me ha roto la rueda la puedes arreglar. —Logan se quedó mirando al niño que le entregaba el coche mirándolo con sus grandes ojos azules. Cogió el coche del niño y lo miro con detenimiento. Oliver se acercó a la nevera con la intención de abrirla pero antes de hacerlo se oyó la voz de Lana. —Aléjate de la nevera Oliver Hamilton. —El niño miro a su madre con suplica pero ella no dio su brazo a torcer y le miro con dureza. —Tengo hambre mami. —Dijo el niño. —Espera la comida. Enseguida estará lista. ¿Por qué no le enseñas a nuestro invitado tus juguetes del salón? El niño pego un salto y llevo a Logan al salón. Después saco de la caja sus juguetes y los esparció por todo el salón. Después de media hora la comida estaba lista y todos estaban sentados en la mesa del comedor comiendo. —De mayor quiero ser futbolista. —Dijo Oliver mientras llenaba su boquita de patatas fritas. —¿Futbolista? —Pregunto Logan extrañado. —Eso está muy bien. ¿Vas a algún entrenamiento? —No pero juego al fútbol con los hijos de los vecinos cuando mama está en la cafetería del señor Parker. —Contesto el niño dejando asombrado a Logan por la capacidad que tenía de hablar sin interrupciones. —Y también lo hago en el colegio. —¿Y qué me dices de ir a entrenar a un campo de fútbol de verdad? —Pregunto Logan llamando la atención del niño. —Mama no tiene dinero para eso. —Tenemos dinero Oli, pero son para tus estudios cuando vayas a la universidad. —Dijo Lana interviniendo por fin en la plática que el niño llevaba con su padre. —¿Universidad? Todavía tiene cuatro años. —Las becas deportivas también son muy caras y más si es en un colegio privado. —¿Beca deportiva? —Bueno Oliver quiere ser deportista y pues yo estoy ahorrando para que pueda cumplir su sueño. Logan la observo unos momentos. Se notaba tanto que ella quería a su hijo y eso le parecía asombro. Su madre nunca le quiso, nada más nacer se lo entrego a su padre esperando recibir una gran suma de dinero por haber tenido un hijo varón. Diez años después ella había muerto, su padre decía que era por la avaricia que la consumía y la pudría por dentro. A los dos años su padre se volvió a casar con Leidy Reich y tuvieron a sus hermanastros. Lex, Tommy y Rita. Él paso a estar en el segundo plano para la vida de su padre y vivió prácticamente con los criados hasta que su padre murió y se acordó de que tenía un hijo varón dejándolo en el testamento como único heredero formando así un odio infinito de su nueva familia. Espero que a las personas que estan leyendo esta novela les este gustando como va. Dejen sus votos y comentarios. Os dejo una foto del pequeño Oliver.
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