La boca se me seca, el corazón me da un vuelco y mi centro arde, con solo escuchar aquellas palabras. Juro que jamás me había sentido tan caliente en mi vida, como él me ha hecho sentir en este momento. Es que solo de imaginármelo… Aprieto los músculos de mi v****a para aplacar el fuego que se enciende dentro de ella y las ganas que la desgraciada tiene, de tenerlo a él dentro de ella. —Estás fantaseando con lo que te he dicho, ¿verdad? —pregunta, encendiendo el rubor en mis mejillas al sentirme pillada—. Te imaginas lo que voy a hacerte y te has humedecido, imaginándolo. Rechino los dientes furiosa. No puedo creer que me conozca tan bien y sepa lo que ocasiona en mí. —¿Quieres probarlo, Kim? —inquiere, con voz ronca y con galantería. Esboza una sonrisa lobuna y alza la pelvis,

