Instructivo

5000 Words
Con las historias negativas nacen los dolores al corazón, sabía que éramos solo un par de chicos jugando. Teníamos la creencia que podíamos hacer que algo podría mejorar, pero sonaba a algo erróneo, crecí creyendo que llegaría lejos, ¿Lo estaba haciendo? Claro que no. Los cinco perdían su confianza, eso podría verlo. Aquello cinco malos que solían retozarse en su frase “Cinco malos que reinan la ciudad”, parecían evaporarse, ya no lucían como cinco malos, sino como cinco chicos detrás de una máscara esperando ser fuertes, no lo eran. Todos éramos personas débiles, usando las máscaras que nadie quería ver. Así éramos todos, escondiéndonos detrás de un par de máscaras tontas. Los días se hacían pesados cuando los pensamientos que teníamos eran fuertes, dejaba de estar en la realidad, dejaba de creer que una parte de mi podía estar si quiera entendiendo lo que sucedía. Tire la vida a la suerte esperando que con un toque de esperanza las cosas cambiaran. Me equivoqué. Pasamos los últimos meses pensando en lo que sería una nueva historia, creía que, al encontrar a mi hermano, al saber la historia, los malos momentos y aquellas cosas que comenzamos a vivir se dispersarían, no seríamos los títeres de unos desconocidos eternamente, o me sentía esperanzada de que mi vida no sería así. Claudia había llegado a su punto bajo en muchas ocasiones, pero en otras solo terminaba por ser un desastre aún más grande. Había llegado a lastimar a tantas personas, había arruinado lo que teníamos, todos. Mamá, de mi madre tenía pocos recuerdos, por no decir que eran casi inexistentes. Sentía que con el paso del tiempo mi memoria la perdía, los recuerdos que podía decir ahora que tenía era ella advirtiéndome sobre el desastre que llegaría. Era triste, Claudia había llegado a pudrir cada uno de nuestros pensamientos, nuestros recuerdos, llevándonos de nuevo a una historia donde las cosas se iban haciendo cada vez peor. En un largo y arduo trabajo de investigaciones realizadas por la policía de California y policía de Nueva Jersey se pudo dar con el caso de Claudia M. Se llegó a la información de las gemelas Morgan, durante un par de años se fue internada una de las gemelas erróneamente por actos cometidos por Claudia M. Anna M. pasó toda su adolescencia por decisiones y actos hechos por su hermana, quien confesó después de un interrogatorio la verdad. “Durante años crecí arruinando la validez de la palabra de mi hermana. Desde el día uno quien tuvo que estar internada en esa institución mental debí ser yo. Yo, Claudia M. asesiné a mi madre, padre, hermana, cuñado y omití el paradero de mi sobrino, fui ingresada a la institución mental bajo el nombre de mi hermana, debido a que ella sabía que planeaba inculparla. La validez de su palabra era nula, por la cuál me entregó con su nombre”. Actualmente, se abrió un nuevo caso y un juicio para determinar la sentencia que tendrá debido al intento de homicidio de Katherine M. Grace H, junto con la privación de la libertad de las mismas, dicha sentencia será dictada el 27 de agosto del presente año; donde se dictará la condena y se evaluará si deberá ser enviada a prisión o ser retenida en una institución mental nuevamente hasta que muestre mejorías en su salud. Había leído más de una vez la noticia en internet, aquella noticia que se había vendido como pan caliente a las personas que adoraban estar dentro de todo esto. Enderecé mi cuerpo para después soltar un suspiro. En más de una ocasión había deseado que las cosas no fueran reales. Claudia era inteligente, pero había formado una historia completa, historias y puntos de vista que habían cautivado a una chica que había decidido que haría los mismos planes. No llegábamos a ninguna parte, a pesar de que Olivia y yo teníamos un mismo plan o idea en común. De ahí en más, no había nada. Acudí con Anna apenas me dio de alta el doctor, ella parecía estar encantada por regresar con su nombre, su vida y sus talentos a la nueva realidad. Parecía haberse renovado, ante todo. —La maldad en ella era pura. Más siempre intentaba no sacarlo a relucir—recuerdo que mencionó, con una mirada tranquila—, Ella tenía un corazón que sentía demasiado. Sintió la tristeza quemar en su piel y comenzó el juego. —Mato a mis padres… —Sí y a los míos también—señaló, sacándose los lentes—, A veces las personas con título de malos, son aquellos del corazón roto. —¿La defiendes? —No, no la podría defender ante lo que hizo. Pero se porque lo hizo, tenía un desorden mental y no ayudaba mucho cómo sobresalíamos mientras ella se hundía—me informa, pasando sus manos cálidas por mis hombros—, Lo malo no le justifican los trastornos. No hay justificación ante lo que hizo. —¿Entonces a que es lo que quieres llegar? —Aparte sus manos, retrocedí y fruncí mis cejas tanto como pude—¿A que ella merece más oportunidades? —¿Por qué defiendes a Grace? Intentó asesinar a su hermana y mantuvo cautivas a las tres, esperando acabar con ellas—, me recuerda—, ¿Por qué en tu mundo ella merecería otra oportunidad y Claudia no? —Era una niña a la cual le influenciaron durante meses, investigué. Cuando salió de la cárcel, sin cargos, su única condición era acudir a un psiquiatra, quien determinó que ella era manipulable, entraron a la mente de una niña y la hicieron pedazos. —Paso lo mismo con Claudia, entraron y la hicieron pedazos. —¿Quién entro? —Una vieja amiga, cuando entró dentro de Claudia, jamás salió. Apoye mi frente en la ventana al igual que mis dedos, mirando hacia afuera. Podía sentir el frío recorrer las yemas de estos al igual que sentía mi interior, una parte de mi se había estancado, entre los pensamientos que debía de tener y aquellos que eran en realidad tenía, me atemorizaba el miedo constantemente y me preguntaba si aún era yo quien miraba en los espejos. Miré a los niños corriendo y jugando afuera, las personas pasando el tiempo juntos, viviendo su vida—misma vida que yo me limitaba a no vivir—, era curioso, pero más que nada patético, no podía seguir adelante por una persona ajena a mí, eso me hacía patética. Me giré sobre mis talones enfocando al par de gemelos, Gilberto miraba en mi dirección sin si quiera un poco de discreción, mientras que Guillermo usaba su celular. Me acerque a ellos dejando caer mi peso en el sofá, mientras que aquella pregunta del millón rondaba una y otra vez dentro de mí, ¿Cuál era la verdad? Poco sabía de ellos, poco sabía de todo, me había enfocado en salir adelante que sin darme cuenta que solo jugaba con aquello que no conocía. Yo era débil. Pensé. Había pasado el tiempo fingiendo sentir valentía y ser una persona divertida cuando en realidad la verdad era otra, me había inscrito en el equipo de porristas para pasar el tiempo con Saith, pero odiaba pasar el tiempo con más personas, prefería quedarme en casa y eran las razones por las cuales terminábamos discutiendo, éramos diferente. Me esforcé tanto en ser otra persona que si quiera recordaba quien era yo en realidad. Había comenzado a escribir el blog porque estaba triste, porque me sentía deprimida y sentía que nadie me comprendía. Ahora, la chica del blog seguía rota, pero Katherine Morgan se mostraba fuerte. Katherine Morgan es hipócrita. Pensé. Al igual que los demás, hacía un par de noches que me había enterado que ninguna de las personas que estaban aquí en mi vida y en el estúpido juego eran honestas. No conmigo, conocía poco de la historia, conocía poco de ellos, ni mi familia, ni mis amigos, nadie había sido Jones o conmigo, no sabía a donde mirar con claridad. Me dolía, no negaría que no. No sabía a dónde mirar con claridad sin preguntarme si alguno de ellos me podría volver a traicionar. —Morgan—, Alarga Gilberto con los ojos en mí y sus manos jugando nerviosas—Tenemos que hablar. Se que estas molesta... —No estoy molesta. Dime, te escucho. El arqueo las cejas para después levantarse y sentarse a un lado de mí, sus manos buscaron las mías en un intento desesperado, hasta que las tomo, me sentí incomoda. —Me gustaría que pudiéramos intentarlo... Que fuéramos más que un equipo de un juego absurdo—, confesó repentinamente, alce las cejas y el miro hacía Guillermo, regreso a mi tomando una bocanada de aire, estaba nervioso—Siento más por ti... Siento más cosas por ti de las que quisiera llegar a admitir. Me gustas, estoy enamorado de ti. Me quedé callada. No sabía que era lo que el sentía por mí, pero sabía lo mucho que me había causado en modo negativo, cuando coqueteo con las enfermeras, cuando me uso, cuando me mintió... Cuando me traicionó. No sabía que era lo que el sentía, pero sabía lo mucho que me había lastimado y eso era un asco. Mire en dirección de Guillermo pidiendo ayuda para que el tema se detuviera, una mueca tan pequeña como fuera posible nació en sus labios, miró a ambos para terminar mostrando su incomodidad. —C-creo que... Yo quedé de llevar a Olivia por unas cosas. Tengo que ir a cualquier otra parte—mintió levantándose para hacer una mueca ligera—, Suerte con... Esto. Antes de que pudiera reprochar ante su falta de ayuda él se levantó para terminar por salir de lo campo de visión, tenía que ser. Esperaba que con mi mirada de cachorro decidiera ayudarme y no dejarme sola con su hermano para tener una conversación incómoda. —No creo que una historia de amor pueda nacer entre los cimientos de las mentiras—, exclame. Su mirada decayó en tristeza haciéndome sentir miserable— No quiero ser cruel. Pero sabes que en realidad estamos dañados. Somos buenos juntos... –Pero no soy Saith—, interfirió. Se levanto para después mirar hacia mi—, ¿Es por él? —No. Es por nosotros... Es por mí—, aclaré para después levantarme del sofá, mirando hacía la puerta—, ¡Es que estoy cansada! ¡No quiero ser quien se rompa la vida imaginando que el amor va a cambiar a alguien! No lo hará. Son los cinco malos, los cinco que anteponían y anteponen sus planes antes de las demás personas, nada cambiaría, ni las ganas de salir por otra persona ni el gran amor, porque a pesar de decir amarme, me mentía constantemente. —Te prometo que cambiaré—asegura siguiéndome. Escuche sus pisadas y como su respiración se agitaba—, Seré buena persona, ¡Por ti! ¡Te prometo que puedo ser buena persona! —No quiero que cambies, ni que seas alguien más—aseguré, girando mis talones y tomando una bocanada de aire—No quiero mentiras. Sólo quiero poder salir de las mentiras. El se aclaró la garganta, para después girarme tomándome del brazo, dejando un beso en mis labios, uno pequeño que yo terminé dando un paso hacía atrás, sus ojos me miraban suplicantes. —En realidad te amo Morgan—, prometió tomando mis manos, para después enfocarme con tristeza, mordí mi labio con fuerza logrando que el sabor metálico me inundará—, Y haría cualquier cosa por estar contigo. —No quiero empezar a excavar en los pasados de todos, porque nunca terminaría—, mencioné encogiéndome de hombros—Pero no creo que podamos llegar a alguna parte con todo esto… —¿Me darías la oportunidad? —, pregunta en tono bajo, miré sus ojos y sentí como mi corazón se achicaba. En mi fortuna y buena suerte, escuché como la puerta se abría, terminando aquella cercanía que habíamos comenzado hace un par de segundos, miré en dirección de la puerta encontrándome con Guillermo, quien me miro con un toque de incomodidad, para después soltar un suspiro. Mis ojos enfocaron detrás de él, para poder encontrarme con la grata sorpresa de que todos habían venido a terminar de intentar atar los cabos que no conocíamos. Nos habíamos reunido para poder escarbar en el pasado de cada uno de nosotros y poder darle un final a aquella persona que parecía querer destrozarnos. Había estado pensando en lo que Olivia dijo, pensando en que cada uno de nosotros había pasado demasiadas cosas por separado que podrían dar respuestas estando juntos. El mensaje que recibimos tenía razón, las historias no podían llegar a su fin, por ello el juego había cambiado de nivel. Ninguno de nosotros quería quedarse atrás, ninguno quería rendirse sin dar batalla, luchar por lo que nos había quitado con el largo del tiempo, queríamos salir del hoyo en que nos habían metido, queríamos tener un arma con la cual nos pudiéramos defender de lo que llegará a afectarnos, queríamos ganar. Pero había algo que estaba sobre nosotros, nos habíamos cansado—todos nosotros—, habían sido días demasiado pesados. Por su parte, afortunadamente los bebés de Juls aún estaban sanos dentro de su vientre. Todo parecía ir en orden y aquellos bebés nacerían en perfecto estado. Grace por su parte aún se encontraba en aquel hospital, pero se estaba recuperando, había despertado y luchaba con uñas y dientes para poder salir pronto de aquel hospital, ella despertó el día de ayer, los doctores aún no le daban en alta, hasta poder asegurarse de que esta vez se encontraría en orden. Logan por su parte no se apartaba de ella, ni día ni noche, parecía que quería asegurarse de que estaría a salvo. Me recargué en la pared notando como Drey miraba hacía su celular con una ligera mueca, como si lo que estuviera pensando fuera malo. Me acerqué con lentitud hacía ella, pero antes de que logrará llegar a su lado, aclaró su garganta y se enderezó. —Entonces, ¿Para que estamos aquí? —Guardo su celular en su bolsillo para después mirar hacía todos—, No creo que las respuestas las encontremos entre nosotros, con todo respeto… Caleb y Uriel llegaron a la ciudad cuando las cosas habían comenzado, ya estaba el bando. Solo aumentaron los integrantes—Soltó un suspiro, guardando silencio por un par de segundos—Gael… Se que murió alguien cercano a ti, pero no era un familiar, ¿Crees que tenga que ver? El mencionado miró a Drey por lo que fueron segundos, para después sentarse en el sofá y negar—No lo sé. Sabía poco de las historias de cada uno, no tenía respuestas ni mucho menos podía pensar con claridad hasta donde nos llevaría todo esto. Escarbando en el dolor ajeno hasta que algo lo suficientemente bueno reluciera entre medio de toda la mierda. —Era mi novia. Era una buena persona—asegura tallando su rostro, para después mirar hacía Drey—Ella se encontraba embarazada, éramos muy chicos, pero igual estábamos emocionados. El semblante de Drey cambio al igual que él mío, no podía pensar en un momento si quiera en el que esto pudiera tener un toque de realidad para mí. Ni menos hacía ellos, de un poco a poco había tomado las cosas buenas de cada uno de nosotros para sumergirla en el fondo de un ácido y terminar por desaparecer todo eso, Así funcionaba ella, era una mierda de persona que jugaba a ser genial, pero solo era una persona débil que hacía que los demás se lastimarán, vivía dentro de su dolor y en lugar de querer salir adelante hundía a las demás personas. Carraspeo intentando que me miren, lográndolo. Quería en cierta parte cambiar el tema, podías sentir y notar la incomodidad dentro de Gael. —Con Olivia… La hermana mayor de Grace, quien fue por cierto a quien ingresaron al juego—Mencioné señalando con la mirada a la chica de corta estatura que se encontraba cerca de Drey, ella rodó los ojos—, Descubrimos un factor más, Paulina… Ella es o era la mejor amiga de Claudia. Por alguna razón se liga al tema de la muerte de mis padres y los abuelos—Pause por un segundo, jugando con el hilo suelto de mi camisa—, Por alguna razón una de las bebés que tuvo se quedo en la familia, por alguna razón Grace encontró la información que uso… Lo que sucedió con ellas en el pasado—corregí, omitiendo el detalle de que ella había sido quien las acoso. Pude notar como Juls le miró por un par de segundos, para después suspirar, pasando sus manos por el vientre donde se encontraban sus bebés. —Por una razón murió la hermana de los gemelos… Y por otra, la novia de Gael. Nada de esto ha sido una coincidencia, todo ha sido premeditado. Olivia dio unos pasos adelante, sacando una pequeña fotografía donde se encontraba Paulina con Claudia y Anna, le miré incrédula. Parecía ser un poco desastroso lo que sucedía. Un poco desastroso todo en realidad. La vida se estaba haciendo un imán de problemas y nada de lo que hiciéramos parecía si quiera poder cambiar ni un poco. Juls se acercó a Olivia, tomando la fotografía que se encontraba en su mano, para después examinarla un poco. —Así que en realidad se conocían… ¿Por ello se unen las historias? —Sí—, asintió Olivia mirando hacía los gemelos, después hacía Juls—Por que todas ellas eran amigas. Claudia, Anna, Paulina, Sofia, Mariana y Laura, sus madres. Nuestras madres—enfatiza mirando hacía todos—La historia se une porque ellas se unen. Hay una historia y debe ser más allá de los celos de “Que Laura era linda”, porque de no ser así, no se ingresaría ni a Sofía ni a Marina. —Ni muchas de las cosas que hemos pasado hubieran sucedido—aseguró Gisela—Si ellas eran amigas, son quienes salen en la fotografía que encontramos en la playa quizá. —Estuvimos leyendo el expediente de Claudia, cuando se quedó con el nombre de Anna—, mencioné ahora yo—, No sé si tuvo otra hija, pero existe la posibilidad de que alguien le robará las historias a Claudia. Por una razón ella había tenido visitas constantes de un nombre desconocido, Denisse Monet, había sido visitada por ella desde hace años. Quizá era demasiado tonto, pero las cosas parecían ser escritas con sumo cuidado, no podía entender con claridad nada. Es decir, si ellas eran amigas y era aquello lo que nos había traído hasta este momento, podría decirse que no habría muchos cambios a partir de ahora. Seguiríamos sufriendo hasta encontrar a quien habría arruinado todo. —Quizá sí, pero ¿No parece ridículo? Si durante tanto tiempo planeo sus detalles, ¿Por qué ahora sería tan sencillo de entender? —Sí, es bastante fácil—, le da la razón Caleb, entrelazando sus dedos con los de Drey—Sí durante todo este tiempo lucho con todo su ser para que esto fuera perfecto, ¿No es raro que ahora sepamos más que nunca? Fruncí las cejas. Era cierto, podía ser que esta vez estuviéramos yendo un paso hacía adelante, pero ¿De no ser así? ¿Si no íbamos un paso adelante? Esto podía ser una trampa, una de la que sin suerte terminaríamos en el fondo de la botella preguntándonos si en realidad valía la pena. Deje caer mi peso en la silla, sentándome con el respaldo en el frente. —Sí, es demasiado fácil. Puede ser que le viéramos la razón por primera vez, cómo pudiera ser una trampa—aseguré a lo que noté como una mueca nacía en el rostro de Drey—Quizá podamos unir los puntos, sólo para saber en realidad cuando comenzó. —Denisse Monet podría ser Fernanda, ¿No? —curiosea Gael—, Es decir, ella era quien enviaba los textos. —No lo creo. Revisamos a detalle los expedientes cuando fui—, me encogí de hombros con una mueca—Fernanda si visitó a Claudia, pero pocas veces, ella en realidad no siente odio por nosotros… Si no con Claudia por haberse dejado manipular por ella durante tanto tiempo. Debió de haber sido duro, tener que entregar todo para que al final del día lo único que recibiera por parte de Claudia fuera odio, le prohibieron las visitas a Fernanda debido a que le causaba crisis a Claudia, la hacía sentir nerviosa, pero más que nada enojada. Claudia nunca quiso a Fernanda, si quiera un poco. Recargué mi barbilla en el respaldo de la silla, debía de pensar fondo con todo lo que pasaba y los pensamientos que estaban transitaban por mi cabeza, tenía que pasar por cautela cada cosa que pensaba, salir del hoyo de mi mente, dejar de perderme en lo que sucedía, ¿Eran los sentimientos de enojo? ¿Era coraje? ¿En realidad la odiaba? Todas aquellas palabras en la mente de Fernanda debían de ser un remolino de coraje, de dolor por lo que recibía por parte de quien debía de amarla incondicionalmente. Todos se miraban con curiosidad, parecía ser que todo esto no tendría final, que las cosas se habían jodido, Gael se levanto para después mirar hacía acá. Se va directo a la cocina, para después regresar con una hielera, miré como sacaba cervezas para cada uno, entregándolas, apenas me la dio a mi agradecí, se acercó a Juls quien le miró con diversión. —Para nuestra embarazada favorita tengo…—Comienza a rebuscar en la hielera, para extenderle un jugo de mango. El favorito de ella—Un jugo. —Gracias Gael—, le dice con una sonrisa divertida. Por un momento creí que le daría una cerveza. Destapé la mía, para darle un trago hondo, pensando de nuevo en esto, Gael se sentó en el sofá nuevamente para después mirar hacía Juls con confusión. —Juls, vivías en California, ¿Hace cuantos años es que llegaste aquí? —pregunto Gael entrecerrando los ojos, aclara su garganta y reafirma—a Nueva Jersey. Ella comenzó a contar con lentitud, para después mirar hacía él, antes de poder responder, Uriel interfirió. —¿Estás intentando culparla? —, ladra con enojo y aquella vena palpitante de su sien haciéndose notar. —Cállate, ¡Que estoy pensando! ¡Joder! —le interrumpe antes de darle un trago a su cerveza—¿Hace cuanto más o menos Juls? Ella se relamió el labio inferior, para después alzar las cejas—Recién cumplí los dieciocho… Seis, casi siete años—menciona ella alzando las cejas con un poco de sorpresa. —En el año 2016—musita—En Octubre. Ese mismo mes murió mi novia, a los quince años. Alce las cejas, eso significaba que cuando comenzaron el bando el era tan pequeño, era solo un niño, al igual que Grace cuando comenzó todo esto… Que ironía. —Después de eso, los bandos. Recibíamos los dos mensajes que ninguno enviaba. Habían comenzado con pocas personas, en lo que yo recuerdo… Quería que acabáramos con Rey… Tu hermano. Darwin hizo una ligera mueca, para después acercarse a mí, pasando sus manos por mi cabello. —Creí que estaba ocultó, me encontró. —Nos encontró a todos… Olivia—le llama a lo que ella alzó una ceja—¿Cuándo fue que Grace comenzó con todo esto? Cuando las cosas se salieron de control. Ella abrió la lata de cerveza, para después comenzar a jugar con ella. —Creo que… En el 2019, agosto, septiembre… Recién estaban comenzando las clases. Asintió, levantándose para salir disparado al librero, para tomar una libreta y comenzar a escribir aquello que habíamos dicho hacía un par de segundos. Miró hacía Juls para comenzar a anotar un par de cosas. —Juls, mi embarazada favorita—le menciona haciendo que ella sonría—Si bien recuerdo las fechas en que comenzaste a recibir los mensajes, ¿Fue en el 2019? También a principios de octubre o finales de septiembre, antes de tu cumpleaños. —¿A dónde quieres llegar con todo esto Gael? —pregunta Uriel, pero esté no le da respuesta alguna. El comenzóo a hacer una especie de línea temporal, donde todo giraba en tres de los meses, agosto, septiembre y octubre, el miró en mi dirección jugando con aquel bolígrafo mientras que movía su pierna arriba y abajo. —¿Será coincidencia que sus juegos comiencen en los mismos meses? Estamos en agosto, las cosas cuando comenzaron a ser caóticas para Kathy fueron en…—me señala con su bolígrafo—¿Agosto o septiembre? —Principios de septiembre, tienes razón—asentí frunciendo las cejas, levantándome de la silla—Su fecha de comienzo es por donde saliste de california—exclame mirando a Juls, quien cambio su semblante inmediatamente. —No me tiraría embarazada de un segundo piso si fuera mi juego—, me dice Juls con obviedad y un poco de enojo—No arriesgaría a mis niños de ese modo. — Lo sé. Mira más a fondo, te secuestraron, me secuestraron, sin embargo, a ti te golpearon solo por un error entre el equipo de quien lo hizo—, musité mirando en dirección de Kilian. —El chico que lo hizo recibió un mensaje, señales contrarias—, menciono—, Más los mensajes que recibieron y no por parte mía, fue que no te hicieran daño… —¡Exacto! —, dije levantándome girándome sobre mis talones—, Cuando me retuvieron a mí, la orden siempre era que debían de hacerme daño, cuando nos encontrábamos en casa de Claudia, te dejaron ir—, espeté uniendo los puntos en mi cabeza—, A ustedes no les hacían daño. —¿Qué sugieres con eso? —, dice Drey—Si, cuando Grace comenzó… —Cuando Grace comenzó fue en las mismas fechas donde Juls regresó a California, más no se quedó. Le hirió—interfirió Gael—Por ello quiso hacer daño, Kyara es su hermana, tiene apellido Morgan. —Las cosas comenzaron cuando Juls se fue—, menciona Liv—, Y comenzaron para nosotras porque ella decidió no quedarse. Es como si tanto para ustedes, como para nosotras al irse… Se hubiera desatado algo. —Algo que la quería de vuelta—, finalizó Gael dejando la pluma—, ¿Quién quiere hacerte daño Juls? —¿Cuándo yo me fui las cosas se hicieron mejores? —Se detuvo un poco—, aseguré mirando hacía ella—, Porqué en el día que… En el que ustedes terminaron…. Y tu te fuiste, lo único que podía recibir era sobre Kilian, no eran amenazas…. No fue hasta un par de meses después, donde comenzó de nuevo. Y sí, tú estabas allá. —Yo llamé a Juls—, interrumpió Uriel. Pasando su mano por el cabello de la rubia de aún lado—, Cuando las cosas se vinieron abajo a Drey, llamé a tu número… Ahí se desató el caos… Lo sé, porque lo recibí cuando estábamos juntos, ¿Lo recuerdan? —Si sigues insistiendo el juego comienza de nuevo—, espetó Gael levantándose—Es posible… Que a lo único que quiera sea a Juls, a quien quiera mantener a salvo. —Eso explica todo, y a la vez nada—, espetó Juls con las cejas fruncidas—, ¿Tendrían alguna persona en mente? Si quiera tenía amigos en California o una vida social. —Salía menos que nada—Le da la razón Gisela. Se encoge de hombros para después rodar los ojos—, Se mantenía en las bibliotecas o leyendo en casa. —Mi vida eran mis hermanos y mis primas, de ahí en más no había nadie en mi vida. —Quien era mi ex ayudaba a Grace—, espetó repentinamente Liv—, Él era violento, por ello Grace le ingresó al juego, tenía una orden de alejamiento que en días se vencería… ¿No tienes algún ex loco, toxico? O una amiga que sea un desastre… —Nadie. —O sea, que la búsqueda inicia desde cero—, se queja Guillermo—, Joder… —No sabemos si sea en realidad eso—, interrumpe Saith—, Unieron puntos, sí. Pero si se dan cuenta que tiene que ser alguien que conozca la historia, ¿No es así? —Como Paulina—, le señala Gilberto. —Bien, tenemos dos puntos que investigar—, señala Liv—, Y ambos suenan igual de complicados… —Es tu mamá, seguro no es difícil encontrarle… —Por alguna razón me dejo, ¿No crees? —le menciona. Alza las cejas para después mirar hacía la puerta—, Me dejo porque no quería estar conmigo, no se nada de ella, ni donde pueda estar. Apenas lo dijo se empino la cerveza, su rostro se lleno de un poco de molestia, no tenían a su madre cerca porque ella era quien quería estar lejos, las dejo en un lugar desconocido por no querer hacerse cargo de ellas, eso fue lo que me dijo Grace, seguro que le preguntaran o le dijeran eso le había lastimado de cierto modo, ¿Cómo no hacerlo? Seguramente le había dolido de un modo u otro. Quien haya creado el juego pensó en todo, en los puntos débiles de cada uno de nosotros para terminar restregando en nuestras caras que el tendría el control. Que no dudaría nunca.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD