Cómo me encontraste?

1327 Words
Emily Parecía que me dirigía con mucha paz hacia algún lugar, a donde tenía mucha expectativa por llegar, cuando de repente, escuché a lo lejos unos golpes que llamaron mi atención. Miré hacía atrás y aunque no veía de dónde provenían, percibí que se tornaban más altos cada vez. Mi alma supo que estaban llamando mi atención. Pero visto que me traía un gran deleite llegar a donde iba, vacilé. Miré hacia adelante, tratando de decidir, si seguía o si regresaba, Pero miré otra vez hacía atrás, ya que el llamado se hacía insistente a medida que iba adaptándome al trance de regresar mi alma a mi cuerpo, lo cual creo que no me agradó mucho por la cara de disgusto que puse, al entender que lo que pasaba era, que alguien estaba tocando a la puerta de mi habitación, obligándome a despertar, mientras los toques se hacían más altos e insistentes. Decidí ir a abrir, y mientras me dirigía a la puerta, estaba segura de que se trataba de alguien del personal del hotel, porque no le había comunicado absolutamente a nadie, de mi decisión de irme a un hotel, y mucho menos a cuál hotel iría. Así que, aunque confiada, abrí solamente un pequeño espacio por donde podría hablar con la persona que llamaba. Cuando saco mi cabeza, para preguntar qué deseaban, me quedo muda al ver a dicho personaje allí parado frente a mí puerta. No podía creerlo. Pero peor aún era la actitud de asombro primero y luego de enojo que tenía él cuando me vio. Después de mirarnos con asombro los dos por unos segundos, empuja la puerta bruscamente y entra invadiendo mi espacio sin pedir permiso. Aunque me sorprendió su inesperada llegada, más me impresionó ver el enojo que tenía. _ Oh! ¡Hola Noah! Claro, pasa. Sí, Sí puedes pasar. _ Le dije irónicamente después que entró como perro por su casa. No me responde y se gira para mirarme. Yo me quedé parada cerca de la puerta y cruzando los brazos por el enojo que me hizo sentir su peculiar manera de llegar y entrar sin ser invitado. _ Además de que casi me tiras al entrar, sin siquiera pedir permiso, quiero saber, ¿qué carajos haces aquí y quién te dije dónde encontrarme? _ El me escudriña de arriba abajo y luego vuelve su mirada lentamente desde abajo hacía llegar a mis ojos. Se acerca sigilosamente a mí. Se detiene quedando muy poco espacio entre nosotros. Continúa mirándome sin decir nada. Miraba mi rostro detenidamente. A mis ojos y luego a mis labios. Su próximo movimiento me hace temblar de pies a cabeza, porque lo veo estirar una mano por encima de mi hombro, sin desviar su mirada, quedando mi nariz pegada de su pecho, permitiéndome absorber el delicado aroma de su camisa. Ese segundo de deleite me hizo quedar en vergüenza cuando siento el golpe fuerte, al cerrarse la puerta, y entonces abro los ojos para ver su media sonrisa, como burlándose de mí, al descubrirme con los ojos cerrados por el contacto que tuve con su cuerpo. Él se había estirado por encima de mí para cerrar la puerta, y yo pensé que iba a abrazarme. No dejándome llevar por la vergüenza y los nervios que sentía que querían traicionarme, lo reté, mirándolo fijo a los ojos. _ Qué haces aquí? _ Le pregunté. Acto seguido se separa de mí, dándome la espalda, caminando hacia el centro de la habitación. _ Pensabas irte sin despedirte Emily? _ Su voz sonaba enojada. Yo no respondí a eso y se gira para volver a mírame. _ Claro. No hace falta que respondas. Es evidente tu intención. _ Metió las manos en los bolsillos del pantalón. _ ¿Te esperamos ayer, sabes? _ Otra vez un silencio_ Te llamé y …. _ También te llamé Noah. _ Lo interrumpí. _ Varias veces. Incluso te envié mensajes. Quería explicarme. Dejar clara la situación. Pero tú no respondiste. Así que decidí que sería mejor marcharme de una vez y no asistir a tu casa. Era mejor así. _ Ah sí? ¿Era mejor así? ¿Eso crees? _ Saca una de sus manos y apunta hacia mí y hacia él, gesticulando mientras habla. _ ¿Crees que iba a estar tranquilo después de lo que sucedió, si te ibas sin despedirte? _ Me interrogaba, parado firmemente en medio de mi habitación, mirándome, con una mano en el bolsillo y la otra gesticulando sus palabras. Su cabello castaño claro, estaba revuelto. Creo que no se había peinado, o tal vez el viento lo despeinó, Algunos caían rebeldes, como casi siempre sobre su frente, tapando casi sus ojos, que estaban más oscuros en este momento. _ Em. _ siento que dice mi nombre, pero no reacciono, porque estaba profundamente embelesada, contemplándolo. Todos y cada uno de sus rasgos y sus gestos me parecían hermosos y muy bien combinados. Sentía enojo con él por haber venido, pero en el fondo, estaba a la vez feliz. _ Emily no me estás escuchando? _ Entonces vuelvo en mí, por el tono fuerte con el que me habló. _ Quiero saber cómo me encontraste. _ Le dije, tratando de disimular la reacción que provocaba en mí. _ No lo se. Dímelo tú. _ entrecerró sus ojos y me miro de medio lado. _ Yo no le dije a nadie donde iba a estar. ¿Cómo es que tú…? _ introduce las manos en el cabello, como queriendo acomodarlos, pero se quedan más revueltos, dándole un porte más guapo y seductor aún. Se gira y camina para sentarse en el sofá que había en la habitación. Se inclina hacia a delante, apoyando los brazos en las piernas y su cara entre las manos. _ Me está pasando algo extraño Em. _ me dijo perturbado, con un tono preocupado, enderezando su cuerpo nuevamente y recostándose esta vez al espaldar. Sus manos apretaron sus muslos fuertemente. _ Estoy teniendo una especie de sueños que parecen reales. Yo nunca soñaba antes, sabes. _ Me mira. _ Y si lo hacía no recordaba nada. Tenía la sensación de que podía dormir tranquilo, que nada podía perturbar la paz de mis sueños, mientras descansaba. Pero ahora… Noah Esto no podía ser normal. Abrí los ojos asustados, y me senté en la orilla de la cama, tratando de entender lo que me había pasado. No sé si era un sueño. Es que me parecía tan real, que no estaba seguro. Sentí, cómo el sudor corría por mi espalda. Miré hacia atrás para cerciorarme de no haber despertado a Viviana. Pero ella ya no estaba en la cama. Miré la hora y ya eran casi las 7 de la mañana. Analicé el dichoso sueño. Y aunque trataba de negarlo y de Convénceme de que había sido solo eso, un sueño y no más; algo muy adentro me decía que era real. Me puse de pie y después de ponerme la primera ropa que encontré, me lavé la cara y los dientes y salí, decidido a comprobar, si era cierto. Cuando salgo de la habitación, me encuentro con Viviana y mi hijo, ya preparados para desayunar. Entonces recuerdo que tenía que llevarlo de regreso a su casa hoy. O mejor dicho directo a la escuela. “Rayos.” Maldije en mi interior. _ Buen día amor. _ Me dijo Viviana. _ Siéntate. Te estábamos esperando para desayunar. _ Buen día. _ Le di un beso a cada uno. Pero no me senté _ Lo siento, pero no tengo tiempo. _ Dije a Viviana, sin siquiera mirarla a la cara, consciente de que haría lo que le pidiera. _ Podrías por favor llevar a Randy.? Tengo algo importante. Necesito salir ahora mismo. _ Pasé la mano por la cabeza de mi hijo. _ Lo siento campeón. Deja que Viviana te lleve esta vez. Necesito resolver algo. _ Le di un beso y salí sin esperar ninguna respuesta.
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