REENCUENTRO

El hermano y sus vecinos

Dicho y hecho. Miré a todas partes buscando un lugar donde acomodarme y resguardarme de aquel sol que ardía en demasía.

Pero aparte del pórtico que estaba todavía todo mojado, y que ella aún estaba limpiando; solo me quedaba, la sombra del frondoso árbol, donde estaban los expectantes más cercanos del show que habíamos montado, para resguardarme y no terminar con una insolación al final del día.

Sin pensarlo más, decidí entonces ir con ellos. Me les uniría sin lugar a duda. Ya comprobaría así, quienes eran mis fans y cuales los de ella, en medio de lo que decidí bautizar como el show para los que no dejaban de contemplarme.

Sí, un show era lo que yo pensaba que les parecía a ellos, pero me gustó la idea, sí. Porque si querían ver un espectáculo podían prepararse porque se los daría.

Fui hacía ellos, debajo del árbol. Levanté una mano en son de saludo

_ Ah... Hola.! _ puedo… unirme a ustedes.? _ Los miré a cada uno amablemente tratando de descifrar qué opinaban y preparándome por si resultaba que eran más fan de mi chiquita que de mí.

_ Es que parece que voy a estar por aquí un buen tiempo. _ les dije cuando vi que me miraban sin decir nada, como con dudas, preguntándose si permitir que me uniera a ellos o no. Pero para mi sorpresa, uno de ellos se dirigió a mí

_ Claro que puedes. Eres bienvenido. _ Después de eso inmediatamente todos rompieron el silencio y me saludaron muy amablemente. Invitándome a sentarme con ellos.

Miré hacía atrás a mi chiquita y estaba atenta a lo que sucedía. Repitió un gesto de incredulidad, y se volvió para continuar con lo de ella. El hombre que me habló primero extendió su mano hacia mí. Y muy serio, como cuando me habló por primera vez, me dijo:

_ Mucho gusto. Me llamo Emíl. Soy el hermano mayor de Emily. _ Quedé de piedra. Mi reacción

hizo reír a casi todos. Me sentí asustado y derrotado. No sabía cómo tratar una situación así, porque nunca la había vivido. De pronto me di cuenta de que estaba en un lugar desconocido, con gente desconocida y detrás de una mujer que al parecer no le importaba en la situación en la que yo mismo me había metido; porque cuando la miré buscando su ayuda, la muy ingrata, estaba con una sonrisa de oreja a oreja y con una mirada que claramente me decía: _ “coge ahí. ¿y ahora que vas a hacer?” _ Me sorprendí haciendo el mismo gesto incrédulo que ella, ladeando la cabeza y mirándola con ojos entre cerrados, enviándole un mensaje que parece que entiendo a la perfección: “Traicionera. Ya verás, me las pagarás. “Le dije con mi mirada. A lo que ella respondió: “Hm ya veremos,” con un gesto de indiferencia.

Juro que no había contado con estos percances mientras urdía mi plan de conquista, que era el nombre original del show que parecía que iba a terminar más pronto de lo que comenzó. Personajes de tan alto rango que podían seguramente poner barreras protectoras alrededor de mi conquista, podrían hacer que me retirara sin haber avanzado ni unos pasos en la trinchera.

_ Ah… el hermano de… Emily… sí. Mayor. _ me sentía un poco frustrado _ Qué bien. Soy Fabio. Fabio... eh… _ Por Dios qué debía decir ahora? Acaso la perjudico si digo que es mi chica.? Por qué no le pregunté por su familia. Miré otra vez donde ella y ya no estaba por ahí. Respiré hondo y respondí.

_ ...bueno yo... conozco a tu hermana y…ella… ah... está un poco enfadada conmigo. No quiere hablarme, pero… yo… eh lo siento yo…_ realmente no sabía que era lo correcto en esta situación.

_ Te entiendo. _ Me dijo, ayudándome a salir del aprieto. Sentí como si hubiesen soplado sobre una herida. Respiré hondo y me relajé un poco más mientras lo escuchaba

_ Emily es mayor de edad. No tienes que darme explicación alguna. Al menos no, mientras no le hagas daño. _ respiré hondo y dejé escapar todo el aire, por el alivio que sentí. Los demás se echaron a reír consientes de mi situación, y yo junto con ellos.

_ No te preocupes. No es mi intención hacerle daño. Estoy aquí para arreglar las cosas con ella.

_ Me parece bien. Pues que sepas que suele ser muy obstinada.

_ Sí. he notado eso. Pero igual lo intentaré. Creo que merece todo mi esfuerzo. _ Le respondí.

El aceptó con un movimiento de cabeza. y supe a medida que iba pasando el tiempo con ellos, que él no representaba ningún peligro en mi plan.

Me acogieron y me permitieron integrarme, como si no fuera un extraño para ellos.

Los observé y me llamó mucho la atención que, aunque el entorno era a mi vista, sin ningún recurso, conforme a lo que yo estaba acostumbrado; los caracterizaba una alegría contagiosa.

Me explicaron en qué consistía el juego, que era dominó, para que pudiera jugar. Lo entendí rápidamente y me permitieron participar. Estaban bebiendo algún tipo de alcohol, y noté que todos bebían de la misma botella que, además, era de plástico. Me pareció antihigiénico y pensé si no tenían miedo de alguna bacteria o cosas así, al compartir todos, el mismo recipiente.

_ Y qué beben de esa botella? _ Les pregunté. Uno de ellos, un poco mayor, como de unos 60 años o más, al que nombraban Tico, y que noté que trataban con mucho respeto, tomó la botella y me la ofreció.

_ Quieres probar.? No es a lo que estás acostumbrado, pero no podemos ofrecerte más. Lo sentimos, es lo que tenemos.

_ Tengo que tomarlo… así… no tienen vasos tampoco? _ hubo un silencio ante mi pregunta. _ bueno no lo tomen a mal, es que… _ Me callé porque Todos me miraron con mala cara. Preferí no decir nada más y mejor pasar por aquella prueba. Probaría de lo que sea que estaban bebiendo, en aquella botella de plástico; y pondría mi boca, por donde han pasado la de todos y cada uno de ellos. Qué todo sea por la conquista.!! _ Está bien hombre probaré entonces. _ Le dije. Tomé la botella y me arriesgué. No quería perder el terreno que ya había conquistado. Pensé que no podría ser tan malo, si ellos lo hacían y estaban todos bien. Hasta que puse aquella botella en mi boca y bebi tratando de impresionarlos. Cuando aquella cosa llegó a mi garganta, parecía que había consumido fuego. Rápidamente escupí aquello de mi boca, pero como el trago fue grande, no pude botarlo todo. Lo que tragué, parecía quemar mis entrañas.

_ Pero que mierda…_ comencé a toser y mi rostro se puso rojo del ardor. Ellos morían de la risa.

_ Cómo... pueden beber... eso? _ pude preguntarles entre tos y tos. La madre de mi chiquita había visto todo y me trajo un vaso con agua. Cuando llegó, todos dejaron de reír y se pusieron serios porque ella los reprendió.

_ Están locos todos? Cómo le dan a beber esa porquería.?! Emíl, _ dijo dirigiéndose enojada a su hijo. _ no debiste permitirlo.

_ Lo siento mamá. _ Respondió Emíl. _ No era con malas intenciones. Solo queríamos que probara. _ Entonces se dirigió a mí. _ Oye Fabio perdona. Es que no nos diste tiempo a advertirte que le dieras suave. Te diste un trago muy largo. _ y volvieron a reírse.

_ Pero qué porquería es? ¿Cómo pueden…?

_ Es alcohol de 90 grados, inventado por unos vecinos. _ me dijo Madre. _ no vuelvas a tomarlo. _ me ordenó. _ Estos se lo toman porque están acostumbrados. Sus estómagos son de piedra ya. _

Yo volví a sentirme también de piedra. Alcohol de 90.? me dieron a beber alcohol de 90? Joder, pero... Pero cuando iba a maldecir, vi que me chiquita estaba observando todo, y se veía preocupada. Fingí que no le prestaba atención.

_ Muchas gracias, madre. No lo beberé más. _ Dije. pero como estaba dispuesto a continuar con el show, les ofrecí comprar algo más decente para beber. _ Pero podemos ir y comprar cerveza. Se presta más para este calor que hace; no creen.? _ les dije_ Yo invito.

Me dirigí a Tico, que parecía ser el que tomaba las decisiones. Este me abrió grandes los ojos, haciéndome una seña, apuntando con la cabeza a madre. Entendí el mensaje y se me escapó una risita, porque ya me sentía completamente asociado al lenguaje de señas de estas personas. Miré a madre y supe que ella cargaba más respeto que Tico, entre aquellas personas. Pero su mirada seria y su carácter, no me inspiraban ningún miedo. Más bien entendía que estaba de mi lado. Y Me aproveché de eso.