Desnuda frente a mí

1442 Words
No supe cuando me había quedado dormido. Pero me despertó el ruido del agua cayendo en la ducha. Escuché y pensé en cómo debía comportarme ahora. ¿Qué debía hacer? ¿Qué era lo que venía ahora? ¿Se irá? ¿Qué debo hacer para que se quede? Me quedaban apenas dos días contando el día de hoy. Ella se va a la Uni mañana domingo y yo regreso a Italia el lunes. Tengo que convencerla de algún de modo. Sentí que el agua dejó de caer. Eso significaba que ya había terminado. Me senté de salto y nervioso en la orilla de la cama. Aquella chiquita me traía en verdad nervioso, desconcertado. Tenía que haberme despertado primero que ella y haber traído el desayuno. Pensé. Pero me había quedado dormido mucho después que ella, contemplándola y fantaseando con, cómo será cuando por fin la haga mía. ¿Pero qué hora es? Miré el Rolex en mi brazo y eran ya pasada la una de la tarde. Le diré para ir a comer. Pensé. Sentí sus pasos y quise abofetearme cuando me vi acostándome otra vez, fingiendo que dormía. “Pero ¿qué estoy haciendo? ¿Qué pasa conmigo? “ pensé apretando los ojos y tratando de calmar la respiración para que no notara que estaba despierto. Estaba literalmente comportándome como un adolescente novato. Haciendo planes para conquistar a una mujer. Qué digo a una mujer.! Por favor, pero si es prácticamente una niña comparada con mi edad. Al caer en cuenta de ello mi corazón se aceleró aún más. Estaba allí haciendo planes para hacerla mía. Ya no era una niña, pero yo le doblaba la edad. Apreté los ojos y mordí mis labios ante aquella información, por el frio que pasó por mis huesos. Estoy literalmente nervioso, asustado y frustrado por una mujer y para colmo por mucho, más joven que yo. ¿Será el Karma o algo así de esas cosas que dicen algunos locos por ahí, que uno siempre recibe lo que merece, conforme a nuestras acciones? Ella me va a hacer pagar todo lo que le he hecho a otras.? Bueno tampoco he obligado a ninguna. Todas lo han querido así. Y tampoco ninguna me había llamado tanto la atención como esta. Y es cierto que es por mucho más joven que yo. Pero yo soy un hombre joven también. Y atractivo, modestia aparte. Fuerte. “Además, ¿por qué estoy pensando en ella a futuro?” “ Bueno hace una semana debías estar en Italia Fabio. Te quedaste por ella.” _ Me dije a mí mismo. _ Se que estás despierto Fabio. _ Cortó mis pensamientos. Ni siquiera había notado que se había sentado en la cama. Abrí los ojos y allí estaba mirándome con sus ojos alegres, y su hermosa sonrisa. Como si hubiésemos estado jugando a las escondidas y ella me hubiese encontrado. _ Cómo lo sabes.? _ Fue lo que se me ocurrió preguntar. _ Lo se. _ Hizo un gesto levantando los hombros. _ Nos miramos. La contemplé por unos minutos. Llevaba puesta mi bata de baño. La imaginé sin nada debajo. _ ¿Eres hermosa, lo sabes? _ Y tú eres guapo. De hecho... muy guapo. Como de película. Por eso no entiendo qué quieres conmigo. _ De repente se baja de la cama y yo hago lo mismo detrás de ella. La tomo por un brazo, cuando se inclinaba para recoger su vestido, obligándola a quedar frente a mí. _ No sabes lo que quiero? _ Claro que lo se.! _ Me dijo de mal humor, apartándose de mí con un tirón, mientras recogía su vestido. _ Y claro, ... voy... a darte lo que quieres. Supongo que te lo debo, ¿no? _ Aquellas palabras me enojaron un poco. Sin creer lo que había dicho me acerqué a ella intentando tomarla otra vez del brazo. Pero su reacción al apartarse de mí fue inapropiadamente de miedo, lo que me dejo al instante petrificado. _ No creo que debas tenerme miedo. _ Le dije algo incomodo. _ Piensas que voy a hacerte daño? _ Aquello se sintió como algo desagradable. Como un dolor que no sabes de donde proviene o por qué te duele. _ No. No tengo miedo. _ Reaccionó ella corrigiéndose apenada. _ Perdóname Fabio. Fue en verdad un gesto inapropiado. En verdad lo siento. _ Se acercó a mí y me tomó una mano. _ No tengo miedo de ti. Para nada. No habría venido nunca contigo hasta aquí, si no hubiese confiado en ti. _ Bajó su mirada. _ Anoche bebí como nunca lo había hecho. Pero recuerdo todo lo que sucedió. _ Yo permanecía inerte, sin mover ni un solo músculo. Mirandola indeciso. Pensando si realmente valía la pena tanto sacrificio. _ Recuerdo que me gustó mucho cuando me besaste. Que bailamos y cantamos juntos. Y ahora estoy aquí conmigo, en tu habitación, ... yo..., no lo se. No es de ti de quien tengo miedo. Es de la situación sabes. _ Estaba ahora nerviosa. Me mira y se ríe. Suelta mi mano y empieza a hablar gesticulando con sus manos como haciendo mímica de cada una de las palabras que decía. Era otra de esas características propias de ella. _ No creo que sea lo suficientemente buena para ti. ¡Mírate! ¡Eres guapo y hermoso! Te conocí con una rubia modelo. ¿Quién soy yo? ¡Mírame! Ni siquiera creo que pueda satisfacerte. _ Hace una pausa y me mira. _ Anoche me atreví a ir contigo al club, pero… Vi cómo me miraron todas esas mujeres cuando entramos y me vieron contigo. ¿Pude verlo en sus miradas, sabes? Fue por eso por lo que bebí como loca. Quería tener valor para no ver lo insignificante que soy delante de ti. Y si al final te ibas con una de ellas al menos podría decir que estaba borracha, no lo se.! Tal vez no sentiría tanta vergüenza si eso llegaba a pasar. Y luego todas ellas, tan hermosas y elegante que te saludaban y te devoraban con la mirada. Sabes, ellas son para ti. Pasan mejor que yo… _ No quise escucharla más. La tomé por la cintura con una mano y con la otra por la nuca y me apoderé de sus labios. La besé hasta quedarnos casi sin respiración. Lamí sus labios mientras mis nervios se desbordaban como manantial. No sé por qué motivo me hacía temblar todo el cuerpo. Pero estaba alegre de saber que esos eran sus motivos y no, que yo no le gustaba o algo así. Enredé mi mano en sus cabellos y me hice de un poco de ellos cerrando mi puño halando suavemente su cabeza hacía atrás, para que pudiera verme bien a los ojos _ Escucha chiquita. ¿Si no hubiese querido estar contigo, crees que habría estado todo este tiempo tratando de conquistarte? Se que hubiera podido tener a cualquiera de ellas. Pero estoy aquí. Contigo. Y no quiero que tengas miedo. Te deseo. Mira cómo me tienes. _ Le mostré la mano que tenía abrazándola por la cintura, para que pudiera ver que temblaba. _ El simple hecho de tenerte cerca, de tocarte, me pone nervioso. Pero no haré nada que no quieras hacer te lo aseguro. Me dijiste que no tienes a nadie y creo que así es. Por eso estás aquí conmigo. Quiero hacerte mía porque me gustas demasiado desde el primer momento que te vi. Pero si tú no quieres, tal vez porque soy mucho mayor que tú o por algún otro motivo… _ Sopesé lo que iba a decir, porque me daba miedo su respuesta. Pero tenía que hacerlo. La solté y entonces se lo dije _ … puedes irte. En verdad eres libre de hacerlo. Y no me debes nada. No he salido contigo todos estos días para que me pagaras con sexo, porque no lo necesito. Lo hice porque quería conquistarte. Si decides irte, lo tomaré como una batalla perdida. Y para tu información, será la primera que pierda, y la primera por la que luché con intenciones de ganar. _ Acto seguido después de aquel discurso que le di, quería darme la vuelta para dejarla llevar a cabo lo que sea que quisiera decidir. Así que pensé ir a la ducha por si decidía irse, ni siquiera ver cuando se marchara. Pero antes de que pudiera dar un paso, aquella bendita chiquita mía, llevó sus manos al nudo que sujetaba la bata que traía y lo deshizo, dejándola ahora deslizar por su cuerpo, hasta caer al suelo, quedando totalmente desnuda frente a mí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD