Me quedaré si eso quieres

1578 Words
Había llegado el servicio y mi chiquita todavía dormía. Deseaba dejarla dormir todo el tiempo que ella quisiera, pero ya no disponíamos de tanto tiempo juntos. Me senté a un lado de la cama. La besé y le hablé al iodo. _ Chiquita. Despierta. _ La sacudí despacio tomándola por uno de sus hombros, para que no se asustara. Respondió abriendo lentamente los ojos. Me miró desorientada. Luego hace un gesto como sintiéndose ya segura de donde estaba. _ ¡Mmm! Fabio. _ se sienta en medio de la cama y hace un gesto como de dolor. Se acomoda un poco y seguido toma la cubierta con una mano para tapar su desnudez, mordiendo aún su labio como si algo le causara dolor o molestia. Intentando quitar la somnolencia de sus ojos, los estruja, como una niña, con el dorso de la mano que tenía libre y mientras lo hacía me dijo: _ supongo que... ahora es cuando tengo... que irme.!? _ No estaba seguro de si había mal interpretado la pregunta. Pero tenía la ligera impresión, de que eso significaba que, ya que YOO había obtenido lo que quería, ahora era tiempo de que ella se fuera. Me mira como esperando una respuesta. Yo solo la observé, sin decir nada. Aún incrédulo. Esperando por si había pensado mal. _ No te preocupes. _ Me dijo al ver que me quedé callado. _ Lo entiendo. _ y se levanta de la cama, emitiendo un gemido de dolor. Se sienta en la orilla, sin fuerzas, evitando caerse y tratando siempre de cubrirse con la cubierta de la cama. Fui rápido hacia ella para ayudarla. _ Estás bien? _ La tomé por los hombros. _ No te asustes. Estoy bien. _ me dijo apartando mis manos de ella. _ Solo necesito ir un momento al baño y luego me voy. _ Pude notar su cara de enojo al mirarme. _ Qué… qué quieres decir exactamente? - pregunté sin poder creer todavía el cambio tan repentino. _ No tiene importancia Fabio. De todas formas, aquí termina todo. Mañana te regresas a tu país y ya no nos veremos más. _ vuelve a ponerse nuevamente de pie y trato de ayudarla una vez más. Me aparta de ella quitando mis manos de sus hombros. Apenas si podía caminar con firmeza. Por su reacción, sabía que no me había equivocado. Todavía no podía entender, cómo ella pensaba que la quería fuera de mi vida, después de todo lo que vivimos ayer. La alcancé con dos pasos y la abracé tomándola por la espalda. Hice caso omiso de lo que dijo. La apreté fuerte entre mis brazos y le di varios besos entre el cuello, las mejillas y allí donde cayeran mis labios. _ Tú quieres volver a verme? _ le susurré al oído. _ Esperas que te diga que sí? _ La verdad es que sí. Es más; estoy seguro de que me pedirás que me quede. _ Intenta separarse de mis brazos y en el intento, la manta con la que se cubría se cae, dejándola una vez, totalmente desnuda. _ Pues crees mal. Yo… _mordí suavemente el lóbulo de su oreja, mientras una de mis manos acariciaba uno de sus pechos y la otra descendía despacio acariciando su cuerpo. _ No importa lo que intentes. No vas a lograrlo. En verdad te aseguro que puedes irte. _ Eso no era lo que me decías ayer, _ llegué hasta su parte más íntima y un gemido salió de ella cuando toqué suavemente, haciendo círculos pequeños en su pétalo. _ No. No puedes hacerme eso. _ me dijo ya excitada. _ Además, te digo que me duele. ¡Ayer… oohhh! _ _ Ayer me pedias más y más. ¿Lo recuerdas ahora? _ le recordaba entre besos y caricias _ Te dije varias veces que podíamos dejar para luego; ¿y qué me respondías, dime? _ Que podríamos tener ahora y …. mañana y siempre. _ Me respondió con la cabeza apoyada en mi hombro. Mordiendo sus labios, arqueando sus caderas y moviéndolas al ritmo de la excitación que le provocaba con mi mano. Sus manos me buscaban desesperadas por tocarme, pero no se lo permití. Tenía que ser fuerte si quería oírla pidiéndome que me quede. _ ¿Y entonces, me estabas mintiendo chiquita? ¿Uhm? Me acabas de decir que quieres que me vaya. _ No me respondió nada. Aún de pie en medio de la habitación, le di una vuelta dejándola frente a mí, y atrapé con mi boca uno de sus pechos, haciéndola gritar de placer. Fui descendiendo hasta llegar a su dulce flor. El temblor se apoderó de su cuerpo a medida que se acercaba al clímax. _ No quiero que te vayas…. Quédate…. _ soltaba deliciosos quejidos entrecortados_... conmigo... por favor. _ Amaba el va y ven de sus caderas y escuchar mi nombre mezclado en sus gritos desahogando su placer. Sus piernas temblaban y pudo haberse caído si la dejaba llegar al tope así de pie. Pero sus gemidos y sus movimientos tan sensuales me enloquecían sin control. Y como no pude soportarlo más, la cargué y la puse en el mueble más cercano que encontré, que era una cómoda. Entré en ella tratando de no perder el control. Era realmente demasiado bueno para mí entrar en ella. Pero hice el esfuerzo y me concentré. _ Quiero que me lo pidas otra vez_ Le dije mirándola a los ojos y entrando y saliendo de ella desesperadamente. Cierra sus ojos para hablar y la interrumpo. _ Mírame. _ Le ordeno. Entonces abre los ojos. La pasión que veía en aquella mirada no podía mentirme. Era la misma pasión que vi en ellos ayer. _ Quiero que me lo digas otra vez, ... mirándome a los ojos. _ Quédate. Te lo pido ... por favor no te vayas… _ _ Oohhh. Maldita sea. _ La excitación crecía cada vez más en mí. _ Aaaahh! ¡Sí! Voy a quedarme...si eso quieres. Lo haré…. Aaaaahh! _ y aunque estaba lastimada de tanto que lo habíamos hecho, me permitió disfrutar una vez más de ella. Bañados en sudor y temblorosos los dos, nos duchamos. _ Pedí comida que ya debe estar fría, pero supongo que tienes hambre. Si quieres pido algo más. ¿O prefieres comer afuera? _ Me mira _ Puedes prestarme algo para ponerme? Es que no tengo ropa aquí y no creo que sea buena idea que siga así desnuda. _ Puedes tomar lo que desees. Aunque para mí está bien que andes desnuda. No tengo problemas con eso. Me gusta mirarte. _ Sonríe negando con la cabeza. Se acerca al closet y toma uno de mis T-shirt blancos y me asombra ver que también coge un bóxer. Me sonrío cuando veo que no era para ella _ Toma _ Me lo tira _ ponte eso. _ Me dijo mientras se ponía el T-shirt. Luego se acerca y me abraza. _ Comeremos lo que han traído. _ Me deja un beso suave en los labios. Su mirada era distinta. _ Tengo mucha hambre. _ Está bien. Como quieras. _ Sentía que sus actos naturales de cariño, su manera de mirarme que pareciera acariciarme con la mirada, me estaban haciendo débil. Quería que me mirara, que me besara, que me tocara constantemente. También podía usar toda mi ropa si eso quería. No tenía ningún problema con eso, hasta que la conocí a ella. Antes no permitía que nadie lo hiciera. Sonreí y la tomé de la mano para llevarla a la mesa. De repente antes de sentarme suena otra vez el teléfono. Miro y veo que era mi padre. _ Lo siento preciosa, tengo que responder. Puedes empezar sin mí. _ No. Te espero. Acepto la llamada. _ Pronto. ¿Come stai pá? (Hola papá. ¿Cómo estás?) _ Tutto a posto figlio mio. ¿Tú come stai? (Todo bien hijo mio. tu cómo estás?) _ Mientras mi padre me reprendía por haber dejado retrasado todos los compromisos que tenía y por no haber respondido a las llamadas, vi a la chiquita sentada en la orilla de la cama escribiendo en algo así como un cuaderno. No le di mucha importancia, porque mi padre pasa a mi madre y ya no sabía que excusa poner para que al fin me dejaran y pudiéramos comer. _ Va bene mama. Non ti preocupare piú. Io sto bene. Ho voluto solo rimanere un po di piu. (Está bien mamá. Yo estoy bien. Solo quise quedarme un poco más). Ciao mama. Un bacio. Ci vediamo pronto ancora. Ciao. (Adiós mamá. Un beso. Nos vemos pronto otra vez). Terminé la llamada y todavía estaba enfrascada en la tarea del cuaderno. Cuando la llamé, lo dejó sobre la cama y nos sentamos a la mesa que teníamos en la habitación. Ella ni siquiera prestó atención a la habitación. La cual era bastante grande y hermosa. Contaba con una sala de estar amueblada con todo lo que necesitábamos, un balcón y la habitación de dormir con un baño. Pero, aun así. Era como si ella hubiese estado allí otras veces. Lo cual me sorprendió mucho, pero a su vez me gustaba su desinterés. El tiempo pasaba sin que nos diéramos cuenta, mientras comíamos y yo me divertía con sus ocurrencias. Entonces me dijo que necesitaba hacer una llamada, que si era posible desde el teléfono de la habitación. _ Sí. Puedes llamar. No es problema.
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