Maldito helado abandonado

1959 Words
Me levanté decida. Abrí la puerta y salí directo a la habitación sin mirarlo. El vino detrás de mí, después de soltar un profundo respiro de alivio al verme salir. Tenía la poca ropa que tenía en unas perchas que colgaban de una vara en la pared que hacía función de armario. Tomé mi baquero y unas blusas y las puse dentro de mi cartera. _ ¿Qué haces? ¿A dónde vas? _ No respondí. _ Puedes responder por favor. _ Sin respuestas. _ Es que ahora no me hablas? _ Me toma por el brazo y me voltea para que lo mirara. Toma mi barbilla y la levanta _ ¡Mírame! _ Yo con los ojos cerrados y aún sin decir nada. _ abre los ojos y mírame. _ Sin respuestas. Me suelta y percibo que está perdiendo la paciencia. _ Ahora resulta que todos te ven demasiado joven para mí. Y estoy empezando a considerarlo. _ Abrí los ojos alerta. _ no crees que te estás comportando como una niña? Ya sé que lo que pasó no debió haber pasado y lo lamento. Pero… _ Vete. _ Le dije. Me mira de medio lado. _ Quiero que te vayas. _ No me iré. Y lo sabes. _ Entonces tomé mi bolso. Acto seguido él me lo quita y lo tira en la cama, diciéndome enojado. _ No irás a ninguna parte. _ Me voy a la escuela. _ Le dije obstinada. _ No lo harás. Estaremos aquí hasta que comprendas que no tengo nada que ver con todo esto. _ Escucha Fabio. Tú no puedes prohibirme ir a la escuela o donde yo quiera. Haremos esto. Tú te vas a tu hotel con tu familia y tu novia y yo me iré a la escuela y continuaremos con nuestras vidas como si nada de esto hubiese pasado. _ EL me escuchaba atentamente mirándome como asombrado de lo que yo decía. Al fin y al cabo, yo estaba costumbrada a eso. Era el ciclo del amor en mi vida. Llegaban y se iban hasta sin decir adiós, mucho menos un por qué. ¿Así que, por qué tenía que ser diferente ahora? Me mira sin decir nada unos segundos. _ Te diré yo lo que vamos a hacer. _ Calmado pero decidido, hermoso, parado ahí frente a mí. Mirándome con su semblante duro, pero tierno a la vez, _ si quieres ir a la escuela está bien, no es problema. Pero no te quedarás allí. Volverás cada día. _ Estás loco? Crees que puedo darme el lujo de hacer eso cada día. La escuela no está al doblar la esquina. _ Eso no representa ningún problema. Yo te llevo y te busco cuando termines. _ No. __ Dije tajantemente. Lo esquivé y fui hasta su maleta. Lo tomé y la traje hasta él. _ Tú te irás. Y no voy a vol …_ Me interrumpe tomándome de la mano para que soltara la maleta. _ NO me iré. _ Forcejeé para que me soltara _ Tranquilízate_ Me dijo y me arrincono contra la pared, dejándome inmovilizada con su cuerpo apretando al mio. Entendía que estaba enojado por su rostro serio. _ Basta ya. Deja de actuar como una niña. Basta. Estás haciendo que me enfade contigo y no quiero hacerlo. _ Me dijo con los ojos cerrados, apretando los dientes, tomando aire y soltándolo, como tratando de liberar el enojo que sentía. Yo entendí que tenía que parar. Y me limité a contemplar lo hermoso que se veía tan enojado. _ Puedo ser muy bueno chiquita créeme, pero no quieres verme enojado amor. _ Abrió los ojos y me miró. Sentí movimientos y ruido en la cocina, y supe que mi madre se había levantado ya. Quizás la despertaron nuestros gritos. Pensé. Al parecer Fabio también lo notó, porque estremeció mi cuerpo cuando se acerca a mi oído, yo esperando un beso y él solo susurró, tal vez para que mi madre no escuchara. _ Si quieres ir a tu escuela, irás. Está bien. Pero yo voy a llevarte y yo voy a ir a buscarte. _ Recalcó con autoridad y me soltó. Se apartó de mí yendo a su maleta. Luego se vira al ver que me quedé sin moverme. _ Prepárate. _ me ordena. Yo paso mi mano por la nuca, masajeando el lugar, para liberar el estupor que sentía. Tomó un tshit y se cambió el que llevaba puesto. Luego me miró por un par de segundos y salió. _ Buen día madre. _ Escuché que hablaba con mi madre. Me daba mucha satisfacción que se llevara tan bien con ella. Y hasta que le dijera madre como yo. Pero no se lo demostraría. Al fin al cabo se irá. De que vale que lo sepa. Todo lo que acepte ahora como parte de mí, me hará sufrir al final cuando se vaya. Lo encontré sentado bebiendo café con mi madre. _ ¿A dónde vas a estas horas? _ pregunta ella. _ A la UNI madre. Hace mucho que no voy. _ Ella puso cara de no entender nada. y aunque quería saber, fue prudente y no preguntó. Pero no le hizo falta hacerlo. Porque al parecer, el Fabio entendía muy bien de las personas y su lenguaje corporal, ya que respondió como si mi madre hubiese formulado la pregunta literalmente. _ No te preocupes madre. Yo no me iré. Voy a ir a dejarla a la escuela y luego regreso. No me dijo nada en todo el camino. Yo me limité a mirar el paisaje, ignorándolo a él. Estaba segura de que se cansaría y se iría cuando no me encuentre hoy de regreso. Tenía planeado irme sin decir a dónde hasta que se vaya. No podía permitirme seguir perdiendo terreno. Sus padres y hasta su mejor amigo, me habían mirado con mala cara. Como si yo fuera algo insignificante para ellos que no encajaba en su ambiente. Como a alguien, que se estaba aprovechando de Fabio o que no tenía nada que ver con él. Y Fabio…, Lo miré de reojo, ... él seguramente solo quería ir en contra de sus padres. Y yo…, Pensé, ¿qué creía yo de todo esto tan hermoso que he vivido con él en estos días...? yo solo estaba viviendo un momento de suerte. ¿Quién se apiadará de mí, cuando todo este golpe de suerte termine? Es la vida real. No existe ninguna hada madrina esperando para hacer magia cuando esté yo muriendo por un amor imposible. ¡Por favor! _!Schhh! ¡Ni pensarlo! _ Me dije. Detuvo el auto frente a la universidad cuando llegamos. Fui a abrir la puerta para salir, y me tomó de la mano. _ A qué hora terminas? _ A las cuatro. _ Le dije y salí del auto. Sentí fastidio al ver que también él se estaba bajando. Miré para percatarme de que nadie nos miraba. No quería ser el florero también en la escuela. Ya tenía suficiente con mis vecinos. De pronto me toma otra vez del brazo y me acerca hasta él. _ Ibas a irte sin despedirte? _ Y sin esperar más me besó. Yo, que me estaba volviendo adicta a sus labios, al sabor de su boca, a su lengua jugando con la mia, a su aliento fresco y varonil, respondí inerte a su beso. Me avergoncé de mí misma cuando sentí salir de mi un gemido, y sentí que él se separa un poco de mí. Quedé como idiota cuando abrí los ojos al ver que no volvió a besarme y me dejó allí con la boca abierta esperando y deseando más. Su cara burlona y satisfecha me dijo que estaba complacido de ver lo vulnerable que era ante él. Me miró bien de cerca, con una sonrisa de satisfacción, mis ojos, mi boca, todo mi rostro y sentí que me derretía como un maldito helado abandonado en medio de la tribuna de una plaza, a pleno medio día, con 45 grados de temperatura. _ Hasta más tarde chiquita. _ Me dijo y volvió a acercarse a mi oído y susurró sus últimas palabras allí, como si supiera que amaba que lo hiciera _ Pórtate bien. _ y mientras me daba un beso en el oído escuché: _ Vaya amiga, al fin regresas. _ Era Anni mi amiga. ¿De dónde rayos sale esta, y en este preciso momento? Pensé. Sentí un vacío cuando él me soltó, pero mi amiga llegó en ese momento, sin darme oportunidad de analizar ese vacío, como estaba acostumbrada a hacer con todo lo que sentía, para darle un sentido, una explicación. _ Hola. Soy Anni. _ Se presenta sin más ante Fabio y le da hasta la mano. _ La mejor amiga de Em. O…_ Me mira a mí como analizando bien lo que acaba de decir y rectifica eso, dirigiéndose a él_ … bueno, más bien la única amiga que tiene creo. _ Dice y se ríe como es natural en ella. Siempre alegre y parlanchina. Fabio la miraba alegre y sonriente. Entrecerró los ojos, encorvando los labios hacia abajo e inclinando la cabeza un poco, encontrando interesante la información que acababa de recibir. ¿O… tal vez a ella? Pensé. _ Mucho gusto Anni. Yo soy Fabio. _ Le dijo él y yo no quitaba mis ojos de los dos tratando de descifrar alguna química. Y es que era normal. Siempre fue así desde que éramos pequeñas. Anni siempre llamaba la atención de todos porque era hermosa y carismática. _ AL fin te conozco. _ Exclamó ella muy entusiasmada. _ ¡Uuhmm! ¿Has oído hablar de mí? No lo sabía. Espero que cosas buenas. _ Aaaah, pero claro que me han hablado de ti. ¡Y cosas super buenas eeehhh! _ Le dice pícaramente y con doble sentido. Como para que él entendiera el tema del que le hablé. _ Pero seguramente quería tenerte escondido solo para ella. _ Seguido y sin darse, aunque fuese un segundo para respirar, me mira y me dice: - Qué mala amiga eres. _ y bajando la voz _ Oye pero que guapo es amiga… _! Anniiii! _ Le dije pellizcándola para que se callara, mientras él se reía de lo que ella decía sin dejar de mirarla. La tomé por el brazo obligándola a irnos, y mi corazón se para de golpe cuando lo escucho: _ Adiós Anni. Espero que nos veamos pronto otra vez. _ Adiós Fabio. También lo espero. _ Y seguido como para terminar el golpe final y que me dé el infarto _ ¡Adiós Emily! _ Con una voz seca y sin emoción alguna. Me detuve de golpe junto con mi corazón. Nunca me llamaba por mi nombre. Sentí la puerta del auto cerrase detrás de él y luego cuando se marchó. Se que respondí adiós, Fabio, pero no lo dije con palabras audibles. Mi corazón se estaba despidiendo de él _ Vamos Em. Por qué te quedas ahí parada amiga. Tienes que contármelo todo. _ Anni me jaló por el brazo, haciendo en ese momento función de desfibrilador, y me saco de mi casi infarto. Le miré y le sonreí automáticamente mientras me decía: _ Amiga, pero qué guapo es Fabio. A ver, no me lo imaginaba así…. _ Yo no voy a entrar Anni. Entra tú. _ _Qué? ¿Y por qué? _ No quiero entrar. Yo… necesito ir a otro lugar. _ A dónde vas amiga. ¿No puedo saber? _ No es nada. No te preocupes. Yo regreso pronto. Para las próximas clases estaré aquí. _ Puedo ir contigo si quieres_ _No es necesario. Ve a clases. Yo prefiero ir sola. _ Y me fui dejándola allí.
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