Recuerdos

1433 Words
Después de saludarnos y saludar a otros compañeros, decidimos buscar un lugar donde sentarnos y conversar para ponernos al día. No cabía en mí del gozo que sentía mi alma de estar con él, de volver a verlo, de saber que recordaba muchas cosas de nosotros y principalmente, detalles míos, que ni siquiera sabía que los había notado. No podía dejar de mirarlo, mientras él iba por unas bebidas. Recordé, cuánto me gustaba su forma de caminar. Vi desde lejos cómo una de las mujeres lo interceptaba. Ella saluda muy alegre y conversa con ella unos minutos. Luego se dirige al bar. De regreso ya con las bebidas, saludó a una que otra persona. _ Aquí tienes. Espero que te guste. _ me trajo el vino que le pedí y para él una cerveza. _ Ella es Caroline verdad? _ Le dije mirando hacia donde estaba ella y él gira su cabeza en la misma dirección que yo miraba. Se sonrió y Me miró con esa mirada tierna, restándole importancia a mi pregunta. _ También te extrañé Em!!! Cuando terminé el ejercito te busqué y supe que te habías casado y que te habías ido del país con tu esposo. Para entonces no había teléfonos celulares y la comunicación no era como ahora. No había correos y nada de eso. Cuando pasaron los años, supongo que, di por contado que no te vería más. Que nuestra historia se había reducido a solamente en la escuela. _ Su voz y su mirada parecían dolidas. _ Y me dolió. Me sintió mal. Pero supongo que lo acepté. Sentí, que no podía hacer nada. Lo siento. _ Tomó mi mano y la entrelazó con la de él, _ Pero estoy muy feliz de tenerte otra vez en mi vida. _ Me dijo, y me regala una media sonrisa, con esa hermosa mirada alegre, de color verde. _ Y espero que esta vez sea para siempre. _ Se acerca a mí y me abraza. Un abrazo lleno de ternura. Un abrazo que sentí que me decía que no quería dejarme ir otra vez. Y lo amé. _ Por qué no me dijiste cuándo llegabas? _ Me preguntó, luego de soltarme. _ Estuve muy ocupada estas últimas semanas. Tenía que dejar muchas cosas arregladas antes de venir_ Dejé de mirarlo a los ojos cuando respondí. No quería realmente decirle el verdadero problema. Al menos no por ahora. _ Tú por qué demoraste tanto en responderme la primera vez que te escribí? ¿No querías responder? _ Realmente no sabía que decir. Hacia tanto tiempo que no sabíamos uno del otro. _ No dejaba de mirarme mientras hablaba. Ladeo la cabeza un poco al lado derecho y entrecerró los ojos, mirándome y regalándome esa media sonrisa que estaba amando de él como nada. Me di cuenta de que era un gesto que hacía, que yo no conocía de antes. Tal vez lo adaptó con los años. Pensé. _ Tampoco me esperaba que tú aparecieras y mucho menos que mostraras interés por mí. Seguía hablando mientras me miraba con esos ojos entrecerrados y aquella sonrisa, que yo, ya comenzaba a sospechar, de que él lo hacía porque sabía que me gustaba que lo hiciera. No podía quitar mis ojos de aquellos labios mientras hablaba, y mi miraba hacía un recorrido de sus labios a sus ojos constantemente. Detuve mi mirada en sus ojos, al reaccionar por lo que acaba de decir que no me gustaba para nada, ¿Cómo podía pensar que podría olvidarlo? _ Éramos amigos Noah. Al menos para mí significó mucho lo que tuvimos en aquellos tiempos. No creo que fuera algo que podríamos olvidar así no más. _ También para mí fue importante Em, créeme. Más de lo que puedes imaginar. _ dejó de mirarme y tomó un trago de su bebida. Pero pensé que cambiarias al estar casada y viviendo en otro país. Lejos de todo y todos. _ Aquellas palabras me dejaron triste. _ Pensé que me conocías Noah. _ Le dije Noah Si había una cosa que amaba de ella era, como decía mi nombre. Siempre lo amé, el modo como lo pronunciaba o como se escuchaba cuando ella me llamaba por mi nombre. Y eso no había cambiado. Tenía un efecto en mí que, no sabía describir con palabras, porque me parecía mágico, dulce, sensual. La miré y, realmente no creí que aquellas palabras lo fueran a poner tan triste de repente. Pude notar como cambió su semblante, e inmediatamente me arrepentí de decirlas. _ Perdóname Em!! No es lo que piensas. No lo tomes a mal por favor. _ Le dije para aliviar la situación_ Míralo por el lado de... la distancia que hay entre países y el compromiso de por medio. Te habías casado. Y me habían dicho que era un hombre con mucho dinero. Así que pensé que no tendrías mucho tiempo para... para los amigos de tan lejos, y.…_ Ya no sabía ni qué decir. Noté como se estaba enfadando. ¡Si creí que iba a aliviar la situación me equivoqué y cómo! Ni siquiera me dejó terminar. _ ¿Un simple amigo, eso crees? ¿Eso fui para ti Noah Van Dalen? _ Me lo decía con una voz baja y calmada, pero podía notar que estaba enojada. Y tuve que reír, porque pude recordar en ese momento que también hacía lo mismo antes, cuando se enojaba conmigo. _ Te ríes? ¿Es en serio? _ Con el ceño fruncido y esa mirada de querer matarme, no podía más que reír por el lindo recuerdo que me traía a la mente ese hermoso momento. _ Es que hacías lo mismo antes cuando te enfadas Em! Estoy recordando las veces que discutíamos y me ha hecho reír. Perdóname de verdad. Y entonces ella también comenzó a reírse. Luego comenzaron a agruparse algunos de nuestros antiguos compañeros y comenzamos a hacer historias de aquellos tiempos y a reír. Lo cual agradecí, porque me sacó del apuro de tener que justificarme, para que ella no se enojara más conmigo. Bailamos y pasamos una maravillosa noche en verdad, y decidimos volver a hacerlo, al menos una vez por año. Con más tiempo de antelación. Tal vez la próxima vez podrían venir los que esta vez no pudieron asistir. Llegué a casa y Viviana dormía. Eran ya pasada las 2 de la madrugada. Había bebido un poco pero no como para estar ebrio. Estaba emocionado. En el fondo estaba feliz, eso podía notarlo. Agradecí que Emily no se haya enojado de verdad con lo que le dije, porque era realmente terca cuando se enfada. Lo recordé, y no sé por qué, pero lo amé. Amé recordar las veces que por cualquier motivo discutíamos y dejábamos de hablarnos por unos días. Pero a pesar de todo, ella siempre tenía mis cosas personales. Como mi cepillo de diente, el cual cada mañana yo iba hasta su albergue para buscarlo y cepillar mis dientes y luego regresárselo. También era ella la que tenía mi ropa. Lavaba y planchaba, y me la entregaba cada día lo que iba a ponerme. Mis libros. Teníamos un solo bolso para los dos, porque teníamos todo juntos. Cuando salía con la mochila de los libros me la entregaba y yo lo cargaba por el peso que llevaba. Y aunque peleábamos, nunca dejábamos esa rutina de cada día. Aquellos recuerdos me sacaron una sonrisa. Habíamos quedado de hacer una barbacoa en mi casa para el próximo fin de semana. Un grupo de amigos en los que estaba también ella, que deseaba conocer a mi hijo y a mi esposa. Pero estaba pensando que tenía que hacer algo para volver a verla antes de. Solo teníamos una semana y no sabía cuándo volveríamos a vernos, una vez que se regresara a su país. Tendríamos que aprovecharla lo máximo. Esos pensamientos invadían mi mente y no me permitían dormir. Apretaba los ojos para obligarme a hacerlo, pero no lo lograba. Trataba de concentrar mis pensamientos en otra cosa, pero no me funcionaba. Y aunque no tenía que ir a trabajar en la mañana, pero tenía que descansar un poco. ¿Qué puedo hacer para poder verla otra vez? Voy a invitarla a salir. Pero tal vez tenga algo que hacer con su familia.!! Bueno tal vez hoy no pueda ser, pero mañana podría invitarla a mi empresa, con la excusa de que vea lo que he construido. Sí. Esa me parece una buena idea. Quiero que ella vea lo bien que me ha ido y mostrarle mis logros. Después todo somos buenos amigos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD