Encuentro

1449 Words
Para cuando llegué al local donde sería el encuentro, que era en un club de Tenis que había sido decorado para la ocasión, ya estaban allí, unos cuantos compañeros y compañeras. Algunos con los que si había mantenido contacto y otros que hacía mucho que no veía. Busqué por todo el local y no estaba. Me cuestioné si había venido no, porque a mí, no me dijo nada. Pero supe por el grupo de unas compañeras que nos habían saludado que sí había venido, pero que faltaban algunas personas todavía por llegar. Y entonces no dejaba de mirar a la puerta de entrada, esperando que entrara en cualquier momento. Me distraje en medio de una conversación con un amigo cuando lo veo con la mirada fija hacia la entrada. Y cuando sigo la dirección de su mirada, ahí estaba ella. Sinceramente no podría describir a ciencia cierta, la impresión que tuve al verla. Solo podré decir, que literalmente tuve conciencia de los latidos de mi corazón Empezó a palpitar de tal modo, que creí que se me iba a salir por la boca. Emily, se había convertido una mujer mucho más hermosa. Ya no era aquella adolescente tierna e introvertida de la que me enamoré una vez. Pero era mucho más hermosa. Los años que ahora tenía la habían convertido en una mujer hermosa y elegante. Se veía dueña de sí misma, mucho más segura y confiada, y además de eso, sexi, sensual. Un grupo de mujeres salieron corriendo a su encuentro para saludarla. La abrazaron y la besaron. Todos nos quedamos mirando ese momento porque ella estaba totalmente cambiada. Yo ya había visto algunas fotos de ella en sus páginas sociales, pero nada comparado con verla personalmente. _ Caramba! Que guapa está Emily. Europa le ha asentado de maravilla_ dijo Rey mi amigo. Ella iba saludando a todos los que encontraba en su camino. Y mientras hablaba con un grupo de mujeres, miró a mi grupo en el mismo momento en el que yo también la miraba a ella. Y pude ver el brillo en sus ojos. La alegría que reflejaba a través de sus ojos al verme. _ Noah! _ Gritó, y salió corriendo hacia donde yo estaba. Pasó sus brazos a través de mi cuello y me atrapó. Me abrazó y me besó varias veces. Un abrazo apretado y fuerte que duró por un buen rato y que yo correspondí con mucho agrado. Y unos besos que solo yo sabía el efecto que causaban en mí. _Emily! ¡Bienvenida! _Le dije cuando me soltó. _ Estás hermosa.! ¿¡Cuánto tiempo no!? _ Sí. Mucho. Tú también estás mucho más guapo amigo. Los años más bien te favorecen. _ me dice toda risueña y feliz, mirándome de arriba a abajo. _ También a ti te han hecho muy bien. A ver. Déjame apreciar todo eso. La tomé de una mano y le di una vuelta completa mirándola también de arriba abajo, tratando de no hacerme ver tan perturbado. Llevaba un hermoso vestido naranja con un escote V que se pegaba perfectamente a su cuerpo, dejando apreciar sus hermosas curvas. Mientras le daba la vuelta, Rey y otros compañeros emitieron algunos silbidos y aplausos dejando saber lo bueno que era lo que sus ojos miraban. Ella se reía muy feliz y me siguió el juego. Cosa que me llamó la atención, porque ella no era una a la que le gustaba que la miraran cuando éramos adolescentes. Era muy reservada. Estuvimos conversando en grupo por un buen rato. Saludando a todos y recordando anécdotas de las cosas que hacíamos en la escuela. Después del discurso de presentación para darnos la bienvenida, le dije: _ Busquemos un lugar donde sentarnos. ¿Te parece? _ ¡Uhumm! Me respondió con un gruñido y un movimiento positivo con la cabeza. Lo cual me hizo sonreír. Ella frunce el ceño y con una mirada retadora me pregunta: _ De qué te ríes Noah? ¿Dije algo gracioso? Yo por mi parte no podía dejar de mírala. _Hacías eso también antes. Le respondí. Y ella sonrió. Giró su cabeza un poca hacia la derecha, para mirarme de lado y entre cerrando los ojos me dijo: _ Lo recuerdas? _ Ya te dije que recuerdo Em! _ Le respondí. Encontramos un lugar vacío y lo ocupamos. No quería parecer tan emocionado, pero ¿cómo lo podía ocultar? Estaba feliz de volver a verla, de volver a tenerla cerca, de poder hablar con ella. Me hacía feliz que no me olvidara, me hacía sentir bien al saber que ella, quería volver a verme. Y, sobre todo, me dolía en el corazón saber que todavía sentía algo por ella, que la deseaba. Pero que nunca podría ser. Que ella nunca sería mía. Hubo un momento de silencio en el que solo nos miramos. No nos dijimos nada. Solo nos miramos. Yo no podía dejar de mirarla. Mi mirada transcendía de sus ojos a sus hermosos labios, que se entreabrieron, como queriendo decir algo, pero no dijo nada, y ese simple gesto me pareció tremendamente sensual. Sentí, como mi entrepierna reaccionó a tan simple gesto de ella y me sentí un poco incómodo. _ Quieres beber algo? _ Le pregunté para aliviar un poco la tensión. Ella tomó mis manos y mirándome a los ojos me dijo: _ Te extrañé Noah. Te extrañé mucho. Sus ojos estaban húmedos, pero inmediatamente me regaló una hermosa sonrisa. _ Vino. _ Me dijo. _ Quiero vino rojo. Que sea seco por favor. Emily Había decidido viajar a mi país para participar a un encuentro de los compañeros de nuestro curso en la preparatoria que habían organizado un grupo de ellos, con el objetivo de volver a encontrarnos y compartir juntos lindos recuerdos. Me sentía muy emocionada, porque al fin vería a Noah después de tantos años. Pero después de organizar casi todo, encontré a mi esposo muy mal en el piso de nuestra habitación, lo cual me asustó y mucho. Rápidamente hice la llamada a emergencia y lo llevaron al hospital donde estuvo una semana internado. Me enojé mucho con él, porque me estaba ocultando que estaba enfermo. En esos días dejé de mensajear con mi Noah porque estaba muy preocupa y además ocupada, dando a mi esposo la atención que necesitaba, y también me sentía un poco preocupada por su situación y no creía conveniente, al menos por ahora, de comentarlo con nadie. Mi esposo se recuperó y volvió a incorporarse a trabajar y a su rutina de cada día. Fabio era 21 años mayor que yo. Nos casamos cuando yo tenía apenas 22 años y él 43. A pesar de la diferencia de edad, era un hombre muy guapo que me enamoró inmediatamente y él también se enamoró de mí. Nuestro matrimonio fue rápido y desde entonces vivimos en Italia, su país. Ha sido en verdad un matrimonio muy lindo. Hemos superado todos los percances que hemos tenido y nos hemos mantenido a flote. Con amor y confianza. No hemos tenido hijos, por motivos que trajeron muchas discusiones y desacuerdo entre nosotros. Y aunque lo deseé, no funcionó. Decidí después de tanto probar, dejarlo y vivir para nosotros aceptando la voluntad de Dios. Cuando llegué al local donde se celebró el evento, algunas de mis compañeras vinieron a mi encuentro y nos saludamos con abrazos y mucha alegría. Hacía mucho que no nos veíamos. Pero lo primero que noté al entrar fue a Noah. Mi corazón parecía que iba a salirse de mi pecho. Noah estaba más guapo aún. Más alto y fuerte, sus cabellos estaban más oscuros y cortos que cuando estábamos en la escuela. Estaba conversando. Pero tan pronto como me vio, interrumpió la conversación y puso su mirada en mí. Hizo un gesto ladeando la cabeza un poco hacia el lado derecho y entrecerró los ojos como para ver mejor. Pasó la lengua por su labio inferior en un gesto que me pareció instintivo, y enloquecedoramente sexi. Metió las manos en los bolsillos del pantalón y me sonrió. Inmediatamente corrí hacia a él y lo abracé y lo besé, lo cual él correspondió a su vez. Y aunque estaba nerviosa pude disimularlo en verdad muy bien. Noah estaba mucho más guapo. Me parecía injusto que fuera así. Cómo podía una sola persona tener tantos buenos atributos a la vez.? Mi estómago estaba apretado juntamente con mi pecho y mi corazón palpitaba sobremanera. Me decía a mí misma que era por la alegría de volver a verlo. Pero no podía mentirme a mí misma. Noah me atraía todavía. Pero sería solamente eso. Él nunca lo sabrá, como nunca lo supo, cuando estábamos en la escuela.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD