Los quiero lejos de mí

1250 Words
_ Entramos? _ Dije dirigiéndome a Luis. Pero Noah no me soltaba de su abrazo. Tomé la mano que tenía sobre mi hombro para apartarlo de mí. Si bien era cierto que me gustaba, y demasiado estar tan cerca de él, también era consciente de que no debía ser. Estaba separando su brazo mientras le decía: _ Puedes irte Noah. Estaré bien. _ En cambio él, aparta mi mano y me tira con fuerza, como si le hubiese molestado lo que le dije, acercándome más a él de un solo golpe. Me toma por el mentón y hace que lo mire a los ojos. La claridad de las luces de la calle me permitía ver, el oscuro de sus hermosos ojos verdes, enojados. Su mirada, con los ojos entre cerrados y la cabeza un poco ladeada hacia un lado, el susurro de su voz que era apenas audible, alteraron todos mis sentidos, dejándome inmóvil, contemplándolo, admirándolo. _ Quieres que te deje sola con él.? ¿Eso quieres? _ me dijo en un susurro, con aquella voz ronca, y luego tragó, haciendo mover seductoramente su manzana de Adán, como quien está tratando de tragar toda la frustración que siente. Aparté una vez más su mano de mi mentón, mientras quitaba la mirada de él. _ Noah! _ susurre. Él aparta mi mano y vuelve a hacer que lo mire una vez más. _ Mírame. _ Sonaba bajo, pero enojado. No dice nada por unos segundos hasta que yo vuelvo a fijar mis ojos en los de él. _ No me importa si quieres que me valla. No voy a hacerlo. Voy a estar aquí, hasta que sea él, quien se valla. _ Me dijo con determinación. Podía sentir su aliento masculino tocando mis labios, penetrando mis fosas nasales, dejándolo grabado en mi mente, en mi piel, en todos mis sentimos. Ya solo podía ser consciente de ello, de su aliento tan cerca de mí, y de la dulce sensación que comencé a sentir en mis partes más íntimas. El deseo que había despertado en mí, su mirada enojada y posesiva, su voz ronca y susurrante. Me soltó de repente haciéndome volver a la realidad y me dijo: _ Entremos ahora. _ Y caminó dejándome sola en el lugar, todavía un poco despistada y avergonzada. Había esperado una vez más que me besara. Lo había deseado. Me preparé para él y no lo hizo. Maldije por dentro cuando miré y vi a Luis. “Cómo pude olvidarlo? ““Noah y el alcohol me afectan demasiado. Los quiero lejos de mí de ahora en adelante. A los dos. “ Pensé. Con las manos en los bolsillos del pantalón, se detuvo a un lado de la puerta a esperar que yo abriera. Luis estaba del otro lado. Lo miré, al ver su cara risueña, como burlándose de la situación, lo reprendí con una mirada furiosa, que él pudo entender perfectamente, pero que lo hizo reír. No sé qué le parecía gracioso. Pero luego se las vería conmigo. Abrí la puerta y pasé antes de ellos. Noah Había dicho a Viviana que estaba por llegar a casa. Pero al escuchar que el formato sin terminar, amigo de mi amiga, la estaba esperando en la puerta de su casa, comencé a cuestionarme si debía irme y dejarlos solos o no. Tomé la decisión de quedarme, al imaginarla terminando el día en los brazos de él. El sueño no se hizo realidad en su totalidad. Ya no estaba seguro de lo que estaba pasando conmigo en tan pocos días de estar cerca de Emily. Me pregunto en dónde quedó mi raciocinio. podía ver lo peligroso de la situación. Las consecuencias que podrían venir a nuestras vidas. Pero, había como un vacío dentro de mí, un sentimiento de perdida, que me hacía tener miedo de dejar ir otra vez, lo que tanto deseé tener una vez. Sentía como si me estuvieran dando una segunda oportunidad de poder vivir lo que no viví en aquellos tiempos y que tanto deseé vivir. La tenía ahora aquí, tan cerca de mí y no poder hacerla mía me estaba volviendo loco. No me iré. Definitivamente, no lo haré. Lo había decidido. Luego veré como me las arreglo con Viviana. Cuando bajamos del auto, allí estaba él esperando. Vi como al caminar se tambalea un poco y rápido la tomo por los hombros para poder sostenerla y evitar que se cayera. No me consideraba un hombre celoso, hasta que llegó Emily otra vez a mi vida. Cuando la vi quitando mi brazo de su hombro y pidiéndome que me fuera, el enojo que sentí no era normal en mí. Pensé que en verdad quería estar sola con él. La tomé con furia evitando que se apartara. Tenía deseos de castigarla, de pedirle una explicación. Tenía deseos de desahogar esta rabia que sentía, peleando con ella, gritándole, para poder liberarme de la frustración que sentía, la impotencia de no poder reclamarle ardía dentro de mí. _ Quieres que te deje sola con él? ¿Eso quieres? _ Le pregunté. Pude sentir que mi voz salía en un susurro apenas audible, pero exigente. Sus ojos de ella me miraron asustada por un momento. Luego sentí, como cambiaba el ritmo de su respiración. Su pecho subía y bajaba con más frecuencia. El deseo y la rabia que sentía se mezclaban dentro de mí, cuando ella vuelve a intentar apartarse de mí. _ Noah! _ El susurro de mi nombre en su boca era suficiente para volverme loco. Sonaba como un gemido que me hacía una invitación a hacerla mía. Pero al apartar mi mano, el enojo me domina. La acerco más a mí y la obligo a mirarme una vez más. No estaba dispuesto a perder. No, al menos esta vez. _ Mírame. _ mi voz apenas se oía. Estaba en verdad enojado. _ No me importa si quieres que me valla. No voy a hacerlo. Voy a estar aquí, hasta que sea él quien se valla. _ Su mirada fija en mis labios y los de ella, entreabiertos, parecían suplicar a gritos que los besara. Y sabe Dios cuánto deseaba hacerlo. Pero parece que el universo, al mismo tiempo que me daba una segunda oportunidad, también conspiraba en contra, para que no se diera el momento. Porque a una muy corta distancia de nosotros estaba el insípido de su amigo. Todavía no podía entender, qué vio ella en ese… Hice un gran esfuerzo para poder soltarla, después de un largo suspiro. _ Entremos ahora_ La solté y caminé hasta la entrada. Sentía que estaba perdiendo todos los modales de educación que conocía. Emily no podía esconder la frustración que tenía. Y eso me enojaba aún más. ¿Por qué no se relajaba sencillamente? ¿Por qué hacía que pensara que, quería que yo me fuera y él se quedara? Su amigo le dio lo que traía para ella. _ Esto es para Fabio Em. _ Le entregó un paquete que traía. _ Yo no puedo quedarme porque mi vuelo sale temprano y tengo que ir al aeropuerto. _ Agradecí por dentro cuando dijo eso. El me saluda, y tuve que calmar mi rabia, porque al mirar su cara sin gracia, que estaba toda risueña me daba la impresión de que se estaba burlando de mí. Ella lo sigue hasta afuera y no alcanzo a escuchar lo que hablan. Pero me daba igual. Ya se iba y eso era lo que me importaba.
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