+LILIANE+ Estoy fuera de la clínica y nada que aparece Ana. Me crucé de brazos, dándole vueltas al mismo círculo en la entrada como una tonta. ¿Dónde se metió? ¿Será que me dejó? ¿Acaso se aburrió de esperarme? Saqué el celular por enésima vez y volví a marcarle. —Vamos, Ana… contesta —murmuré entre dientes, apretando el aparato contra mi oído. Nada. Ni un tono. Ni un mensaje. Nada. Bufé y levanté la cabeza hacia el cielo. El sol comenzaba a bajar y la brisa se sentía más fresca, pero no lo suficiente como para calmar mi impaciencia. Ya iba a darme la vuelta para entrar de nuevo cuando, como si el universo se burlara de mi inestabilidad, apareció Saskia. Caminaba con esa sonrisa dulce que me sacaba ronchas y con esa manera de moverse como si el piso fuera una pasarela. —Tu hermano no

