Nos falta un titulo

Solo me queda decir que tengo una vida monótona, llena de trabajo y llena de estrés ya que me he vuelto tolerante al carácter amargado y pesimista de mi adorable y mandón jefecito más conocido como don gruñón, aunque él no lo sepa.   Les contare un poco de mi vida para que comprendan mi difícil situación con este hombre que nunca da su brazo a torcer ante ninguna situación, ni con familia ni amigos ni con su explorada asistenta, en fin. Me llamo Casandra Nandez tengo 25 años, tengo una estatura promedio podría decir 1.65 cm, piel blanca ojos marrones oscuros y cabello castaño, me consideraba alguien común aunque siempre me decían que mi manera de ser y mi sonrisa enamoraba a cualquiera, consideraba que eso no era mentira ya que por eso tuve dos relaciones las cuales no terminaron bien pero esa es otra historia; después de acabar la carrera de administración, buscando trabajo me encontré trabajando para mi jefe, don gruñón, Thiago Moore el cual es dueño de varios hoteles en el país con cafeterías propias y en el extranjero, hoteles 5 estrellas, aunque solo lo he visto en revistas ya que nunca he ido alguna inspección ya que paro inclaustrada en mi escritorio, aunque para hospedarme en un cuarto me costaría como 6 sueldos.   Ya tengo trabajando para él casi 4 años que se cumplirán en unos meses, con este jefe que tengo he pasado muchas vergüenzas y demasiado incomodas las cuales han hecho de mi vida laboral no solo divertida, sino también estresante y algo complicada los cuales les contare, aunque a él nunca le de vergüenza estas situaciones.   -        Casandra necesito que tengas lista la sala de juntas en 10 minutos. Me desperté de mis pensamientos y lo quedé mirando -        Y por qué no alista usted.  Aunque solo lo pensé no se lo dije. -        Si, Sr Moore. -        Me confirmas cuando este todo listo y también me entregas el informe sobre logística de los proveedores. -        Sí, justo se están imprimiendo.  No entiendo si él es el jefe porque tengo que supervisar y revisar siempre el trabajo de otros si el encuentra un error es mi culpa. Paciencia   Y así va mis días revisando informes, llevando café o té, alistando su oficina o documentos importantes o llamando a su chofer para que lo espere en la entrada ya que muy pocas veces el maneja, la última vez que lo hice lo tuve que sacar de la comisaria en la madrugada.   Con este don gruñón tuve que aprender muchas cosas porque aparte que soy su secretaria con el tiempo me volví casi su asistente personal y por esa situación estuve a punto de ser despedida ya que recordando que en una ocasión me moleste tanto que lo grite y le tire las llaves y me fui a mi casa y me suspendió dos días, de los cuales me descontó la paga, pero me obligo a ir a trabajar y todavía me descontó el día que no fui a trabajar por que según él me dio la rebeldía adolescente.   A pesar de que tengo muchas por contarles, ahora entiendo a sus padres, ese hijo suyo es un dolor de cabeza, primero su padre que siempre salía renegando cuando venía a su oficina por temas de negocio y terminaban discutiendo por temas personales y su madre que muchas veces le pedía una novia o esposa y nietos lo cual don gruñón decía que el nació para ser soltero y sin hijos. Sus padres eran una pareja excepcional siempre eran atentos el uno con el otro y aunque don gruñón no tenía solución siempre se preocupaba por sus padres, aunque era un duro de corazón o eso nos hizo creer a todos, incluyendo a mí.