La cena termina, y caminamos hacia el coche en silencio. Los dos sabemos lo que sucederá en los próximos días, aunque ninguno de los dos lo dice en voz alta. Sabemos que el futuro es incierto, pero que lo que nos une es más fuerte que todo lo que pueda separarnos. Esa noche, mientras me encuentro en casa, el teléfono vibra. Es un mensaje de Eduardo. "He hablado con Sofía. Le dije que todo lo que hemos hecho fue para una película. Ella lo ha creído." Mis ojos se abren de par en par al leer sus palabras. La mentira, el engaño... el riesgo que está tomando para estar conmigo. Pero no siento miedo. Al contrario, siento una extraña satisfacción. Finalmente, he ganado. Eduardo está en mis manos, y todo lo que quiero es asegurarme de que no haya vuelta atrás. Al ver el mensaje, una sonrisa se

