"Déjame Tranquila Roberto"

1251 Words
Actualización.. Dos semanas después… Han pasado varios días desde que Roberto hizo tal cosa. Desde entonces no hay día en que me suplique que le ayude a aprender piano, eso es porque su padre lo ha estado vigilando con más frecuencia por ahora lo hace solo con el chofer quien lo lleva y lo trae a donde sea, pero por lo que escuche si él no aprende piano ni mucho menos aprueba el próximo examen de música le pondrán dos guardaespaldas. Hoy ha sido un día muy largo tan largo que tuve que pedir permiso en la cafetería para faltar durante algunos días obviamente esos van a hacer salteados puesto que doña Abril no podría sola. En fin, recién he salido de la biblioteca de donde además de haber estudiado durante toda la tarde también he salido con un montón de libros en las manos. Tengo que seguir manteniendo la beca es por eso que debo esforzarme el doble y si es necesario el triple, así no duerma durante estas semanas. No obstante, con los próximos exámenes también debo ensayar la canción que le cantare a mi tía. Por lo tanto, debo ir al salón de música al que le queda una hora abierto. Camino con rapidez hacia mi objetivo, recién doy la vuelta y choco con Roberto quien hace que todos mis libros salgan volando, mi único gesto es suspirar a la vez que meto mis manos por debajo de los lentes en señal de frustración. — ¿Por qué no te fijas por dónde caminas? —se atreve a culparme de tal suceso. Ni siquiera me tomare la molestia de responder, así que prontamente me agacho y levanto los libros del suelo, solo me falta uno así que en culequillas camino hacia él, sin embargo, Roberto lo toma primero, por lo tanto, me pongo de pie y extiendo mi mano para que lo ponga justo en ella cosa que no sucede. —Alberto dame ese libro, necesito estudiar —lo miro cansada. —¿Qué no sabes que hay computadoras para que estudies en tu casa? ¿Por qué un libro? —frunce el ceño a la vez que lo apunta con su otra mano. —Nosotros los de clase baja no tenemos una computadora, así como así, para eso nos toma tiempo y por eso es que existen bibliotecas además de que los libros son mejores, así que dámelo—intento tomarlo, pero él lo alza hacia arriba. Vaya que novedad “Roberto aprovechándose de mi baja estatura” cierro mis ojos al mismo tiempo que volteo hacia otro lado para luego volver enseguida mi mirada hacia él quien sonríe de lado. —Dámelo—intento nuevamente alcanzarlo. —Te lo daré solo si prometes que me ayudaras aprender a manejar mejor el piano—pasa ese libro por detrás de su espalda. — ¡No! —respondo rotundamente—No lo hare. Además, ya estas con otra profesora, no entiendo porque me quieres a mí, como sea olvídalo quédate con ese libro sirve que lo lees solo no olvides regresarlo, con permiso. Paso por un lado de él, tan solo doy algunos pasos para de pronto sentir como él me toma del brazo y me devuelve hacia él haciéndome girar completamente, para ser sincera eso me asombra así que lo veo un poco asustada en cuanto me detengo frente a sus ojos. —Nadie—intenta decir algo sin embargo poco después se queda callado. Luego de eso veo como agacha la cabeza y después la levanta para verme fijamente seguido de tragar saliva. —Si lo que quieres escuchar es que te lo pida por favor, ok. Por favor me puedes enseñar a manejar mejor el piano—aunque él quiera aparentar estar bien sé que hacer esto le cuesta demasiado, tanto que su frente está sudando y ni hablar de sus manos las cuales están cerradas. —No soy tan egocéntrica, aunque el por favor suena mejor. Sin embargo, no entiendo ¿Por qué Yo? Además, si tu novia sabe que me estas suplicando tendré problemas y es lo que menos quiero, por favor, Roberto, déjame en paz ya te dije que no. —Mi novia esta fuera del país así que no se enterara, ni mucho menos nadie y no te estoy suplicando ¿De qué hablas? Es solo que no había conocido alguien tan apasionada por el piano ni la música, es solo porque haces bien tu trabajo eso es todo. —Déjame pensarlo y después te digo, ahora déjame tranquila debo ensayar y seguir estudiando—me acerco a él. Quien de pronto retracta sus pasos hasta que choca con una pared, sinceramente no tengo idea del porque tiene cara de susto si yo solo quiero tomar el libro e irme. —Esto me pertenece—le quito ese libro de sus manos y me voy de su presencia. Horas más tarde… Por Dios ser estudiante de universidad sí que es cansadísimo, pero esto en un futuro sé que valdrá la pena, me digo a mi misma a la vez que sobo mis pies sentada en el sillón de la sala. —Hermosa, toma necesitas esto—menciona mi tía quien me ofrece una pomada especial para estos casos. —Gracias tía—le sonrió al mismo tiempo que tomo esa pomada. —Celia querida sé que estas estudiando para exámenes y que estas muy ocupada, sin embargo, te necesito mañana por la tarde después de que salgas de la universidad—menciona un poco apenada. —Si mi tía consentida me necesita claro que hare un espacio, pero dime ¿Para qué me necesitas con tanta urgencia? — ¿Recuerdas que hace unas semanas atrás elegimos unos vestidos? —comenta con emoción. Es verdad hace unas semanas atrás justo en esta sala durante un fin de semana si no me equivoco un domingo elegimos unos vestidos, ella uno de novia y yo uno para la ocasión y aunque me negué aceptarlo lo tuve que hacer puesto que es un día especial para ella. —Si tía lo recuerdo—respondo mientras sigo sobando mis pies. —Mañana estarán listos, así que debemos ir a medirnos esos vestidos, también vendrá Alberto y su hijo. Nena hablando sobre su hijo, ciento que tú y él. Ay no me digas que es el chico que te gusta —se asombra al mencionar las últimas palabras. Enseguida suelto mis pies para negarlo rotundamente con las manos y si bien eso es mentira es algo que tengo que negar. —No tía como crees—intento no verla a los ojos. —Nena dime la verdad —trata de buscar mis ojos. Sin embargo, enseguida me levanto y trato de caminar, pero la crema se me cae al suelo, aun así, eso no me impedirá evadir sus respuestas. —Tía mañana te veo. Me duele la cabeza hasta mañana—termino de decir para subir casi corriendo las escaleras. Recién llego a la habitación y cierro la puerta bajo llave, ahí mismo toco mi corazón el cual está algo acelerado, justo en ese momento me doy cuenta de las palabras de mi tía ¿Qué? ¿Cómo que Roberto también ira? Ay no, no puede ser, lo que me faltaba, juro que durante todos estos días me he mantenido alejada de él todo eso con el fin de no sentirlo tan cerca para tratar de dominar estos sentimientos hacia él. Los cuales están más que equivocados.
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