CAPITULO 3
NUEVA MANADA
RIÓ
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Había crecido escuchando que mi hermana era la prioridad en mi vida, debía protegerla de todo el mal que pudiera acecharla. Era la chica más fuerte que conocía, sabía que estar sola no era un problema para ella, el problema era la marca que nuestro bis abuelo tatuó en su piel que la volvía vulnerable a la maldad que existía en el mundo, nuestra madre nos sobre protegía de sobre manera, la entendía y la respetaba, pero en esta ocasión no me quedare en el mundo mágico mientras mi hermana corre peligro.
Soy de los chicos más obedientes que existen pero soy humano y llego el momento de cometer errores y romper las reglas, después de ver desde la ventana a mi madre partir sola en busca de Grecia. Reuní un grupo de amigos lobos que estaba seguro me ayudarían aun si rompíamos las reglas de los templos.
—No soy quien para pedirles esto, ni siquiera sé cómo decirlo —rascando mi cabeza mientras encontraba las palabras correctas para expresarles mi plan —. Quiero crear una manada, para salir en búsqueda de mi hermana, tengo frente a mí a los que considero más fuertes y más capaces de enfrentar el mundo, no me voy a comparar con mi padre porque sin duda su espíritu lobo siempre será mucho más fuerte y más sabio, hoy he escogido un nombre para mi espíritu lobo estoy listo para mi siguiente etapa, si me aceptan como su alfa.
Ellos se miraban unos a otros incrédulos de mis palabras, ni siquiera yo me creía capaz de proponer romper las reglas que tanto defendía, no sabía si les causaba gracia mi petición, o no les parecía lo suficientemente fuerte como para crear una manada y ser el alfa, aun cuando estaba escrito en mi destino ser el elegido para salvar el mundo. Los entendía muchas veces me preguntaba ¿que tenia de especial?, mi abuela siempre me dice que lo descubriré el día que me enfrente a la maldad y a los obstáculos que el mundo tiene destinados para mi gran propósito en la vida.
—Me apunto —grito con voz ronca mi mejor amigo Jacobo —. Cuentas conmigo, no dejaremos a Grecia sola, tampoco te dejare solo a ti.
—¿Estás seguro? La tía Rebeca y el tío Rick pueden tomarlo mal, sabes que se apegan a las reglas. No quiero que ninguno lo haga solo por complacerme o no quedarme mal, seguirán siendo mis amigos aun cuando rechacen mi oferta.
—Mis padres se molestan por cosas menos interesantes —levantándose y caminando hacia mí —. Cuentas conmigo.
—Conmigo también, no hables de mis padres, de todas maneras todo lo que hago les parece mal —sonriendo —comento Agus —Muero por tener una manada propia y si tú eres el alfa mola más.
Los demás sentados frente a mi alegaron aceptar por voluntad propia en total éramos cuatro y me parecía suficiente para partir en busca de mi hermana y mi madre.
—Me apunto —desde el marco de la puerta —. No me invitaron pero soy fuerte puedo ser de gran ayuda.
Frente a mi estaba Ian el lobo más odioso y descontrolado que tenía el templo, iba un nivel más avanzado que nosotros pero le veíamos poco, la mayoría del tiempo escapaba de campus, era solitario y rebelde, si alguien sabia de romper las reglas era el, pero no sabía si era de confiar.
— ¿Cuál sería tu razón de pertenecer a esta manada? Eres un lobo solitario.
—Soy un lobo, quiero una manada tu hermana me cae bien su rebeldía me representa. ¿Me aceptas o no?
Estire mi mano y el respondió estirando la mía dándome un apretón de mano.
— ¿Sabes a dónde fue? Su amiga la humana debe tener información, las mujeres suelen contarse todo.
—Su amiga la humana tiene nombre cavernícola —reclamo Viviana entrando —. Qué lugar tan básico para armar un plan de huida y rebeldía rio —dirigiendo su mirada a mí —. Estoy segura que con mi péndulo y el mapa puedo encontrar su ubicación.
Ian soltó una carcajada y tras el resto de chicos, la cuestión es que no dudaba de las capacidades de Viviana porque aun siendo humana se ha adaptado a nuestro mundo logrando convertirse en la mejor estudiante de ambos templos, conoce cada libro y cada historia tras estas paredes, por algo era la mejor amiga de Grecia, su madre hada le había enseñado a usar el péndulo para encontrar personas perdidas, tenía la intuición de que podría ayudarnos, desaloje el escritorio y la ayude abrir el mapa, permití que se concentrara ordenando un silencio arrollador, miraba como con sus ojos cerrados movía la cadena del péndulo sobre el mapa, abrió sus ojos confundida sobre el lugar.
—Es extraño, es como si fe un lugar inexistente.
—Te dije que era una pérdida de tiempo —murmuro Ian.
—Porque no cierras el hocico perro callejero, aun sin ver el lugar puedo observar los límites en el bosque. ¿Cuándo iremos?
—Tú no puedes acompañarnos Viviana, las razones son obvias y las conoces mejor que todos los presentes, no te pondré en riesgo no me lo perdonaría, no sabemos con qué nos podemos encontrar.
— ¿Crees que ser humana me convierte en estúpida? Sé que no soy un lobo mágico, ni tampoco una chica inmortal o una de las brujas sexys con quien sueles besarte en el bosque, pero a diferencia de todos aquí soy inteligente y si alguien escuchara Grecia es a mí. No me asuntan los lobo porque crecí con ellos, mucho menos los vampiros, mi padre adoptivo es uno ¿recuerdas? Y mi madre es un hada, ¿acaso crees que las criaturas que hay fuera del mundo mágico y monte video me asustan?
—Nos acompañaras hasta donde te marca el péndulo, después regresaras al templo, la razón no es porque te crea estúpida es porque me importa tu seguridad.
Armamos pequeñas mochilas con agua, algo de ropa y partimos sin ser vistos, no podía negar que sentí temor por lo que nos esperaba a todos lejos del mundo que conocíamos, lejos de nuestro hogar, la responsabilidad que llevaba sobre mis hombros era muy grande ser un alfa era un gran compromiso para el que me estaba preparando, solo había adelantado el tiempo estipulado para convertirme en uno.
Viviana se detuvo frente al acantilado, ¿Cómo podría ser este el limite donde estaba mi hermana? Quizás Ian tenía razón y esto era una tontería, se presentó una discusión entre todos.
—Basta, la solución no es pelear ¿enserio Viviana? Mira donde estamos, dudo que Grecia o mama estén aquí.
—Es aquí rio, esperen ella hablo de algo que tenía que repetir del libro puente.
Ella se detuvo frente al acantilado y susurro algunas palabras en latín que no lograba entender, una brisa helada golpeo nuestros rostros, casi de manera sincronizadas alzamos la mirada al ver el gran torbellino que se abalanzaba contra nuestros cuerpos, caímos de forma violenta, por aquel precipicio.
— ¿Dónde estamos? —pregunto Jacobo.
—Es aquí donde vino Grecia —comento segura Viviana —Es un mundo paralelo, invisible al nuestro.
—Es imposible, nunca hemos escuchado hablar de un mundo que limite con el nuestro.
—Deberíamos hablar de eso después, tenemos compañía.
Frente a nosotros habían tres hombres que a simple vista supimos que al igual que nosotros eran lobos, sus rostros desprendían maldad y violencia, tome a Viviana y la puse detrás de mí, sin mediar palabras aquellos hombres convirtieron sus cuerpos humanos en lobos, obligándonos a actuar de la misma manera, era nuestra primera pelea real, en el templo nos enseñaban de forma teórica y practica a como debíamos defendernos pero sinceramente no era real, la adrenalina que sentía era potente, mi cuerpo se comunicó por primera vez con mi espíritu lobo llamado media noche, mostro su carácter y su empatía hacia lo correcto, la pelea fue violenta pero corta, nuestra fuerza gano, acabando con dos de ellos, el tercero escapo.
—¿Viviana estas bien?
—Si —saliendo de su escondite, entregando algo de ropa a cada uno de nosotros —Creo que se cual es este mundo, en los libros antiguos que me regalo la tía roma, hablan de un mundo llamado el mundo invisible, se dividió hace siglos del mundo mágico, quizás por eso aun limitan aunque no lo podamos ver, creo que Grecia de alguna manera lo descubrió en el libro puente, solía escuchar voces que la atormentaban.
—Debemos movernos, acabamos de acabar con dos lobos de este nuevo mundo, de seguro no tarda en llegar una manada entera acabar con nosotros.
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
He venido a este mundo en busca de mi padre, aunque Henry me ha caído bien y se portó muy amable conmigo no es lo que estoy buscando, ahora sabia el nombre del lugar donde mi padre se refugiaba para no lastimar a sus seres amados, un mundo invisible que limita con el nuestro llamado Roshwell específicamente en uno de sus grandes territorios “el pantano rojo”. Emprendí mi viaje sola al menos eso pensaba, había una lechuza sobre volando mi camino, después de largas horas caminando sin aparente rumbo fijo me adentre en una zona sombría y tenebrosa de aquel bosque, empecé a sentir la presencia de criaturas acercarse a mí, correr no era una opción, el piso era resbaladizo y podría patinar en cualquier momento, pequeños piquetes en mis piernas me hicieron gritar de dolor, percatándome que frente a mi tenia pequeñas criaturas peludas con ojos rojos y un gran hocico adornado con muchos dientes filosos, era la primera vez que tenía frente a mi aquellas bestias miniaturas, respire profundo para mantener la calma de mi cuerpo, salían uno tras otro detrás de los arbustos y la penetrante oscuridad que tenía frente a mí, sentía que en cualquier momento devorarían mi cuerpo con sus filosos dientes, uno de mis mayores defectos es mi mente en situaciones angustiantes, suele olvidar todo lo aprendido, no tenía la capacidad envuelta en el miedo de conjugar ningún hechizo que pudiera acabar con mis pequeños pero malévolos enemigos, una nueva presencia se hizo notar esta vez más fuerte, una nube de humo n***o recorría el bosque, despertando miedo en las criaturas que estaban a punto de nutrirse con mi cuerpo, desapareciendo en la neblina que acompañaba aquel bosque, tras un árbol salió un chico no mayor a los 25 años, era un vampiro.
—No deberías estar sola en un pantano, los hotchet son peligrosos, podrían degustar esa tibia carne en segundos, sin darte el tiempo a que reacciones, cazan en manadas por lo que es más difícil luchar contra ellos, te acechaban desde los arboles incluso bajo la tierra.
—¿Quién eres?
—Sabes lo que soy
—No pregunte que eres, pregunte quien eres.
Sonrió entre la neblina mirándome de arriba abajo.
—Me dicen el BRUJO pero me llamo fénix ¿y tú? ¿Cómo le gusta a su alteza real que la llamen? Princesa, alteza, la marca del mal o simplemente Grecia.
—Desconocidos deben llamarme señorita —dándole la espalda buscando claridad
La luz llego a mis ojos, dándome cuenta que su don era el manejo de la claridad y la oscuridad.
—¿Eres el ying y el yang?
—Soy el sol y la luna —respondió con una sonrisa en su rostro —. Eres más simpática en la claridad.
—¿Simpática? Soy hermosa patán
—Eres presumida princesa, te imagine diferente, quizás con la mirada de Víctor o su carácter, pero te trasmitió su soberbia.
—Otro que cree que conoce mi historia solo por leer una historieta con un fragmento de una batalla épica que protagonizaron mis familiares.
—¿Si te crees importante no? ¿Qué parte es la que más disfrutas cuando eres el centro de atención de todos? El ser la hija del príncipe Blake, no esa no, ¡ya sé!, que tu madre fue parte de una profecía y termino convertida en vampiro por el mejor de todos los ancianos tu bis abuelo, creo que esa tampoco, seguramente es que tu abuelo es el conde Drácula, ¡tampoco! —comentaba, mientras caminaba de manera circular analizando mis gestos —. Probablemente lo que te guste más es la razón por la que estas en este mundo, Asgard ¡ohhh! Mira como le cambio el rostro a la princesa, quien te mueve es tu padrastro Nick.
—Él no es mi padrastro, payaso. Él es mi papá, y ya que te crees muy chistoso porque no me dices ¿dónde está el pantano rojo?
Su carcajada odiosa y poco empática retumbo en un eco la profundidad del bosque.
—¿enserio? —Entre risas —No pudiste con los hotchets ¿y quieres ir al pantano rojo? Eres muy chistosa.
Los aullidos se adentraban en aquel bosque, espantando incluso las aves que descasaban en los enormes árboles, una visión de mi hermano, me hizo correr sin saber muy bien el porqué, su presencia en aquel mundo era eminente, al igual que esa sensación de que estaba en peligro, aquellos lobos iban en busca de él y no permitiría que nadie lastimara a mi alma gemela.