Gasparin

1295 Words
Kimmi Era el nombre de Gasparin. Eso significaba que fue una persona real y no un ser imaginario que creó su mente. —Dejemos a Kimmi descansar mientras que tu y yo...—lanzó la fotografía al suelo devorando los labios del muchacho, guiandoles las manos para que las situara en su gran culo. Kimmi quiso recoger su foto, no pudo, su condición no se lo permitía. Alzó la vista fijándose en como esa mujer devoraba aquellos labios delgados de Max. Un sentimiento de desaprobación perforó su corazón acompañado con algo que pudiera llamarse celos. —Woo, woo, woo—puso sus manos al nivel del pecho—. La temperatura está subiendo en esta habitación. La mujer siguió besando, mordiendo, masticando. Le desabotonaba la camisa como si estuviera desesperada. —Quiero que me folles duro—susurró en su oído. Kimmi con sus Converse, su camisa blanca, sus jean claros y su pelo suelto se colocó muy cerca de Max. —Podría ser tu mamá. —Pero no lo es—contestó Max tomando aire a medida que la mujer descendía a besar su cuello y luego su pecho. —Por dios tiene unas tetas y un culo falso. —¿Y? Hanna se detuvo. —¿Dijiste algo? —No—musitó Max disfrutando de aquella lengua que exploraba su pecho. —No puedo ver esto—se tapó Kimmi los ojos cuando Hanna le quitó el cinturón, desabotonando su pantalón. —Entonces vete—jadeó Max. Nuevamente Hanna se detuvo. —¿Estas bien? —Lo estoy. —Max no hagas esto. Te merece mucho más que un cochino y sucio sexo con una mujer que te dobla la edad y con tetas falsas—suplicó Kimmi volteandose cuando Hanna estuvo punto de arrebatarle la ropa interior para dejar su pene al aire. —¡Max!—exclamó gasparin. —¡Callate!—gritó el chico. La mujer se detuvo levantándose del suelo ya que se había colocado de rodillas. Se echó a reír y alejándose se colocó una bata de baño. —Creo que no es el momento mi niño, vístete y avísame cuando estés preparado—y con esas palabras salió de la alcoba. Max se quedó anonadado, la había cagado hasta el fondo y todo por culpa de ese maldito fantasma que lo perseguía a todas partes. Se comenzó a vestir enojado, más bien ese estado de ánimo era poco, estaba furioso, botaba humo por los oídos, fuego por los ojos y veneno por la boca. —Dios, crei que esa mujer te la iba a chupar...—resopló Kimmi con un destello de alegría. —Si, me la iba a chupar y tú lo arruinaste. Siempre lo estás arruinando todo—gritó indignado—. Eres un fantasma y quiero que te alejes de mí. Kimmi se quedó mirándolo fijamente apabullada. —¡Dejame mi vida en paz!—gritó cerrando de un portazo. Max salió como alma que se lleva el diablo, entró a su casa y directo a su habitación se tiró en la cama. No quería saber absolutamente nada de Gasparin. Con rabia se tomó su aspirina y tomó su teléfono para ojearlo un rato. Googleó: Fantasmas que no encuentran sus propósitos. Almas en penas. Animas. Como deshacerse de un fantasma, como eliminar un fantasma. ¿Los fantasmas son demonios?. Me atormenta un fantasma ¿qué hacer?. La esquizofrenia. Y después de tanto leer y tratar de darle respuesta a sus dudas, se durmió. ☆☆☆ El detective se estacionó fuera de su casa, había recibido un mensaje de su hijo que estaría en una fiesta a casa de la vecina donde él también estaba invitado. Se frotó la cara, ya eran como las 11. Pasaría buscando a Max y ambos se irían a ver una película así se quedara dormido a mitad de la misma. Se bajó del auto directo a la casa de la vecina y al tocar, ella le recibió en bata de baño. —Vecino... que gusto verle—se mordió el labio con una risita. —Vecina, que pena molestarla a esta hora es que busco a mi hijo. —Ah, un padre ardiente y responsable—el hombre soltó una risita. —Eh, ¿se encuentra por ahí?—preguntó tratando de fisgonear por dentro de la casa. —Por que no entra usted mismo y lo busca. Él la miró con desconfianza. Hanna se hizo al lado mostrando una sala libre de invitados. —Creo que ya terminó la fiesta. —Oh señor Sandle no sea agua fiesta y acompáñeme a una copa de vino. Estoy segura que después de un día largo de trabajo querrá por lo menos relajarse un poco. Él sonrió mirando a todos lados. —Bueno—dió pasitos hasta que detrás de él se cerró la puerta. Hanna moviendo las caderas de un lado a otro se dirigió al mini bar y con unas copas e hielo le sirvió en vez de vino un poco de ginebra. Taconeó hacia él, mientras que el detective tomaba asiento en el sillón. —Aquí tiene—le entregó la copa. Él la tomó arrepintiendose de haber aceptado aunque ya era demasiado tarde. Mike Sandle no era un niño inexperto como Max, era ún hombre hecho y derecho que discernia las intensiones y coqueterías de una mujer. Hanna se incorporó a su lado cruzándo una pierna. El vestido de baño se le abrió un poco exponiendo sus muslos bronceados. Fue inevitable para Mike Sandle que su vista recayera en esas piernas. —Digame señor Sandle... ¿cómo hace para mantenerse tan guapo?—bebió un poco sin aparta esa mirada pícara. —Usted es la que está muy guapa señora... —Hanna, dígame Hanna. —Hanna—repitió él bebiendose todo el contenido de un solo golpe. La conversación se tornó en coqueteos, y después de un rato, Hanna estaba sentada en hojarasca encima de Mike. Se quitó la bata de baño mientras desvestia al hombre, sin embargo, este un poco brusco se levantó y colocandola de espalda le puso las esposas en las muñecas.—Uuuu... le gusta rudo ¿eh? —Si, me gusta rudo—le susurro en la oreja desabrochandose el pantalón, inclinandola para colocarla en la posición del perrito y embestirse dentro de ella como un animal. Duro y salvaje, esos dos terminó uso Hanna acostada en la alfombra. Ese hombre era todo un leon en la cama, y santa madre al tocar era un dios. Eso es lo bueno de coger con un hombre experimentado, sabe perfectamente que punto volverte loca y hacerte gemir de placer. Se había corrido dos veces mientras se embestia con bestialidad y recorría con su lengua toda su piel. Uff, era sensacional ese hombre. Un buen culazo, piernas fuerte, pene grande, un caminito de vello púbico, y lo más importante un buen follador. El hombre se vistió con toda seriedad mientras que la mujer lo devoraba con la mirada. —Sabes donde encontrarme, guapo. Aquí estaré mojadita y esperando por ti. Mike no dijo nada, salió de la casa para ingresar en la suya. Se acarició la barba una vez cerró todo con candado y caminó por toda sala. Kimmi sentada desde la escalera escuchaba sus pasos. A simple vista el padre de Mike era muy guapo y salir de la casa de la vecina a horas tardías significaba una cosa que Gasparin no quería pensar después de mirarlo desde la ventana de Max. Vieja zorra, quería acostarse con el padre y el hijo y como no pudo con el hijo se fue con el padre. Esa vieja zorra era la única que tenía información de ella. Tenia que investigarla... Modo detective activado. ☆☆☆☆☆ Dejen sus comentarios.
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