Miramos Crepúsculo cuando Bella es convertida, aunque ya estamos un poco aburridos, ya que ambos la hemos visto al menos unas cuarenta veces. Él me acaricia el cabello suavemente, mientras yo estoy recostada sobre su pecho, disfrutando de la calma del momento. Lo miro a los ojos, y él sonríe como un niño travieso, una sonrisa que ilumina todo su rostro. Nos miramos en silencio durante unos segundos, y sin poder evitarlo, mi mirada se desliza hacia sus labios. Desde aquel beso en el zoológico, no hemos vuelto a besarnos, y la sensación de desearlo me recorre con fuerza. Se acerca lentamente a mí, sus labios apenas tocando los míos, y cuando nuestras respiraciones se mezclan, siento mi corazón latir desenfrenadamente. Me siento vulnerable, pero a la vez segura, aunque un poco temerosa de q

