"Es definitivo, me enamoré." Las lágrimas regresaron a mí, pero esta vez no eran de dolor, ni de tristeza. Eran de pura felicidad. Me sentía ligera, eufórica, como si todo en el mundo hubiera cobrado sentido de repente. Donovan estaba enamorado… de mí. El hecho me llenaba de una emoción que no había experimentado antes. Sin pensarlo, me lancé hacia él en un abrazo, sintiendo su calor envolviéndome. Lo amaba, no solo me gustaba, lo amaba con todo lo que tenía. Pero había un problema. Él no sabía lo que yo era. Debía decírselo. No podía ocultárselo más tiempo. Era un riesgo, lo sabía. Su reacción podía ser impredecible, pero si lo que sentía por él era real, tenía que confiarle mi verdad. —Donovan, tengo que contarte algo… —le dije, mi corazón latiendo más rápido de lo que debía. —Dime

