-No te pediré que lo hagas y la dejare ir no por ella sino por ti- baja la vista pero no la cabeza- Te amo Sander Swan siempre lo hare y no la voy a perseguir y menos si eso te lastima. Te amo, nunca haría nada que lo hiciera. Un rey tiene el poder de eliminar a quien quiera incluyendo a su reina- estás palabras se las dijo mi padre al rey Peter y en mi boca suenan con más poder tanto que hace que vuelva a levantar la vista a mí- ser un rey o reina es tener piedad y compasión, no solo tener poder y coraje sino ver por los demás antes que en ti, si hubiera querido matar a Kendall ya lo hubiera hecho en cuanto me quito el metal Can en nuestro castillo, pero no lo hice. Piénsalo.-las palabras de mi padre nos llevan a un recuerdo que compartimos como si fuera ayer- si ya no me necesitas deja me retiro-camino un paso en dirección a la salida del ruedo pero jala mi mano e imprime sus labios en los míos, la tormenta de nieve se crea tras él y dejo que mi fuego emane detrás de mí, forma una corona de hielo en su cabeza la siento al intentar recorrer su cabello blanco y sigo su ejemplo formando una de fuego en mi cabeza, algo helado cubre su cuerpo pero no me interesa me concentro más en el sabor de sus labios en la adrenalina recorriendo mi cuerpo, formo un vestido de fuego lo hago de color azul marino, el fuego detrás de mí crece sé que lo prendí, rodeo su cuello con mis brazos y él mi cintura con los suyos el fuego del vestido no lo quema y no lo hará porque él lo alimenta, él es su combustible, así como yo alimento la tormenta de nieve que él provoca, sus labios tan conocidos no se despegan de los míos sea lo que sea que estemos haciendo me encanta, sus manos bajan más buscan una forma de cargarme salto sobre él y sus manos evitan que mis pies vuelvan a tocar el suelo, me gira dejándome en la tormenta y a él en el infierno.
-Es fácil perder el control contigo-murmura sobre mis labios quiero contestar cuando ya están de vuelta sobre los míos, el fuego y la tormenta no dejan que nadie entre al ruedo pues si entran se queman o mueren por el frio, estoy sin aire pero lo quiero, quiero lo que me provoca en mi cuerpo, él es mi droga y mi más grande vicio.
-Eres mío Sander- sus labios comienzan a recorrer mi cuello su respiración me estremece y electrifica- y siempre seré tuya.
-No necesito que me lo digas pero me gusta escuchar que lo digas- veo lo helado que siento es un traje hecho de fino hielo que no se derrite con mi fuego- que te parece si recuperamos lo que es nuestro- me baja con cuidado- avisemos a toda Caldera que se cubran del frio que azotará en dos días y que la capital sea desalojada su rey y su reina van a sacar una rata del Fuego Celestial- me dedica una sonrisa torcida- ya me harte de esconderme, cuando estoy en mi reino.
-Apoyare a mi rey en todo- comparto su sonrisa y lo vuelvo a besar- apeguemos lo que está aquí en el ruedo- con mi pensamiento el fuego regresa a mí como una esponja que adsorbe el agua, él chasquea los dedos y todo el hielo desaparece solamente dejando el traje y la corona, es cuando la veo mejor es la misma corona que se puso cuando mi padre le dijo lo que yo le dije hace un momento, giro la vista a el palco donde veo ya no nada más Atina, Miranda, Gabriel, Alexander y Kendall sino también a la reina Amaneth, mi madre, mis hijos, mi primo, su esposa mi capitana y amiga, el abuelo y a la familia que me cuido y protegió- Caldera ya tiene reyes, y en dos días volverán al trono y pobre del diablo que este sentado en mi lugar, el lugar que hemos ocupado los Hijos del Sol.
-Capitana Asur- vocifera Sander en el tono de rey que me encanta.
-Majestad-cuando se trae la corona se debe de dar reverencia, Sander y yo la tenemos aunque sea con nuestros dones y Asur da la reverencia.
-Mande un aviso a toda Caldera diciendo que en dos días llegara un frente frio- no aparta la vista de mis ojos, los de Cassian y los de Cal- que se preparen para él, solo a los ciudadanos de Caldera, nacidos en Caldera, en tres días la Reina Sara Soleil volverá a portar la corona…
-Con el Rey Sander Swan, y desaloje a la capital y alrededores esto será una guerra de familia, por el poder de una nación con dos reyes y herederos vivos- prendo una llama en mi mano y él crea un copo de nieve- ya me canse de huir de lo que soy, no permitiré que una rata de Nórdico se siente en mi trono. Soy Sara Soleil, una Hija del Sol, Señora de los Infiernos, y el infierno saldrá en dos días, no quiero a nadie de Caldera peligrando por las calles, ni en sus casas Asur los quiero a todos fuera de la Capital.
-Como ordene majestad- da una reverencia y se retira.
-Alexander si quieres Nórdico de regreso vas a ir con nosotros-vocifera Sander a su primo girando la cabeza a él- porque si no vas, me sentare en tu trono y veremos si me quitas.
-Iré, te ayudare a quitar a la rata de Nórdico del trono de Caldera- no titubea está seguro de su decisión- recuperare lo que es mío por derecho, soy el primogénito Señor de los Vientos, no un criminal.
-Kendall, si quieres pagar tu deuda con Caldera es tu oportunidad de hacerlo- me giro a ella quien da una reverencia, el metal se doblega ante el fuego- vas a hundir cada barco que no sea de Caldera.
-Mis tropas majestad-murmura la reina Amaneth- hicimos un trato.
-Lo sé- la voz de reina de mi madre desprende más poder que mi fuego- dije que sus tropas se irían pero no especifique por dónde. Se irán por la frontera que colinda con Tundrax y lo del frente frio no es cosa mía avisarles, ni del rey es suya como su monarca. ¿Me entendí?-asiente un poco dolida pero no me interesa- en cuanto a los demás me gustaría saber que tanto se arriesgan.
-Cuente conmigo majestad- Gabriel me da una reverencia acercándose a mí.
-Siempre será un honor- Miranda sigue el movimiento de Gabriel.
-Cuenta conmigo Eliza- dice mi abuelo dando una reverencia- te ayudare a portar la corona de nuevo.
-Siempre te ayudare Sara, después de todo soy un Hijo del Sol-Nicolás da algo parecido a una reverencia ya que no tiene por qué darla sino no quiero.
-No puedo esperar para dormir en mi cama-dice Gabriel y hace que emboce una sonrisa.
-Kendall te ayudare a hundir barcos-le dice Miranda a la bruja de metal- ¿Eliza le dijiste?
-No, deja lo hago- tomo a Gabriel de un brazo y lo jalo a un lado del ruedo.
-Me lastima majestad-no ha visto que no porto la corona-¿Qué me quieres decir?
-¿Qué tanto te gustaría ser papá de nuevo?- digo con una gran sonrisa en mi rostro.
-¿Por qué la pregunta?
-Contéstame- no puedo creer que sea tan tonto para ver que su esposa no ha tenido su periodo en tres meses.
-Mucho ¿Por qué?- no creo ya lo confirme.
-Felicidades Gabriel- tomo su mano y la sacudo, pero no capta lo que le estoy diciendo.
-¿Por qué me felicitas?-quiero golpearlo pero no puedo, veo a Miranda esperando la reacción de Gabriel en frente de Sander espera que mi hermano la levanté de alegría.
-¡Ay te voy a golpear!-mi hermano me desespera bastante, me rasco la cabeza ¿Cómo le habrá dicho Miranda la primera vez?- no puedo creer que seas tan tonto para no darte cuenta de lo que te estoy diciendo.
-No me estás diciendo nada solo me estas amenazando que me vas a pegar como cuando éramos niños…
-Gabriel eres un caso perdido, te lo tengo que decir directamente-sacudo la cabeza.
-¿Decirme qué?
-¡Que tu mujer está embarazada grandísimo idiota!- se queda pálido no sé si por la noticia o por la palabrota que le dije-¿Gabriel?- me carga y gira conmigo- ¡Gabriel me vas a matar!
-Llevo esperando está noticia por años- está muerto de alegría pero me va a matar y él conmigo- años Sara- mi nombre real se escucha raro en el eufórico de mi hermano, me vuelve a bajar y besa mi cara.
-Gabriel suéltame-lo hace para dar brincos como niño chiquito.
-Estoy muy feliz.
-¿Por qué no mejor abrazas a tu esposa que es la madre de tus hijos?-apunto a Miranda qué está a un lado de Sander con la cabeza encogida y una sola palabra sale de sus labios, creo que es “Perdón”.
-Tienes razón- se da la media vuelta y me deja sola en el espacio del ruedo, llega con Miranda la carga y besa camino de regreso, Sander me toma entre sus brazos y me levanta dándome una vuelta. Una canción resuena en el aire es muy conocida es la favorita de Sander la que me encanta bailar con él, y es su favorita porque es la primera canción que baile con él como su esposa.
-Te la sabes ¿No?- me pone el suelo, sujeta mi cintura y mi brazo poniéndonos en la posición correcta, el fuego aparece de nuevo formando mi vestido de novia que está guardado en su caja en mi armario del castillo, él se forma el traje con él que se casó conmigo hecho con una fina capa de hielo que no se derrite por el fuego blanco que me envuelve, una lágrima cae por mi cara.
-¿Puedo saber porque lo hacemos?-digo mientras me hace girar una vez y arre pega a él.
-Feliz aniversario-murmura sobre mi cabeza, recuesto mi cabeza en su pecho y dejo que mis pies bailen al ritmo de la música pero no sé de donde sale hasta que es momento de hacerme girar Atina es mi reproductor de música- nueve años de estar contigo.
-Que rápido paso el tiempo- me hace girar otra vez y me vuelve a atrapar en sus brazos, conozco perfectamente estos pasos sé cuándo acostarme en su pecho y cuando separarme para que me haga girar por el ruedo que se convierte en nuestra pista de baile- no se notan los años- me vuelve hacer girar y que aterrice en sus brazos, nadie se nos une está canción es nuestra, cuando Atina termina de reproducir la canción y Sander se detiene en la posición correcta.
-¿Solo una Sander?-me mira a los ojos y sonríe.
-Si solo una- me contesta con otra sonrisa- no puedo tener Atina muchas horas para sobre explotando su poder.
-Atina no, pero una grabadora si-me mira extrañado, quito el vestido de novia y me suelto de Sander y tomo a Nicolás del brazo los dos sabemos que hay una grabadora en el refugio.
Encuentro la grabadora en donde la había dejado y Nicolás me ayuda con los discos de música clásica y de salón, tomamos los cables, regresamos al gimnasio, él sabe cómo conectarlo, acomoda los cables y la conecta a la corriente, pongo el primer disco, y ese tiene todas mis canciones favoritas de la lista de reproducción la tercera es la favorita de Sander pero no le digo nada solo lo pongo, la primera canción empieza a sonar y Gabriel toma a Miranda arrastrándola al centro del ruedo y la toma de la cintura. Alexander toma a su hermana y comienza a bailar con ella, Nicolás a Asur que regreso con nosotros avisándome que ya había mandado el comunicado, Sander me hace una reverencia y me invita a bailar tomo la mano que extiende hacia mí y dejo que me arrastre con él al centro de la pista improvisada cuando llega la tercera pieza vuelvo a sacar el vestido de fuego blanco y él el traje de hielo, está canción la conocemos perfectamente y la bailamos como si fuera la última que bailamos, los demás se hacen a un lado y nos dejan al ruedo para los dos, conozco cada giro y como caer en sus brazos de nuevo, extrañaba mis bailes con él, dejar que mi cuerpo fluya a su ritmo de baile y hundirme en el glaciar de sus ojos, ser su centro de atención recordar la primera vez que la baile con él se siente tan presente daría mi vida por regresar a ese momento, volver a decir acepto y ver su sonrisa cuando lo hago. Kendall está parada viendo a todos bailar y es donde me siento mal por ella, me detengo en seco y Sander me mira confundido lo jalo para con ella y se lo entrego para que baile con él unas piezas, Sander me mira confundido todavía.
-Solo tres- aviso a Kendall, me encamino para sentarme en una silla cuando una pequeña visita de Cassian evita que me siente deshago el vestido-¿Cassian que haces aquí?
-No podía dormir- dice Cassian mientras me enrolla las manos en el cuello- me siento mal, me duele el estomagó.
-¿Mucho o poco?
-Mucho, me duele mucho mi estomagó- lo enredo mis brazos en su cuerpo y salgo con él del ruedo, caminar a la enfermería con él en mis brazos es algo cansado, unas manos toman a Cassian.
-Alexander no te escuche- Cassian enreda sus brazos en su cuello rápido.
-No te preocupes Sander sabe que vine, él me mando- usa ese tono confuso de entre verdad y mentira pero no digo nada y sigo avanzando a la enfermería.
Cuando llegamos a la enfermería apresuro mi paso a las medicinas y encuentro lo que busco píldoras con flor Flamer seca, sirvo agua en un vaso y dejo que Cassian se la tome toda con la píldora, Alexander lo vuelve a cargar y me acompaña a dejarlo en su habitación, arropo a mi niño y a mi niña que está bien dormida pero deja que la arrope, Alexander va con Cal, lo que ahora nos une por siempre esto es algo que no puedo quemar con mis manos, llego con él y hago lo mismo que hago con Cassian y Sharon un beso en su cabeza y lo acomodo con cuidado para no despertarlo, Alexander y yo regresamos al ruedo en silencio, que paso en nuestra ausencia no sabemos solo vemos a Atina furiosa, a Kendall con su poder al flor de piel, Miranda y Gabriel protegiendo a Sander que tiene su mano en su abdomen a Nicolás y Asur atados al suelo con bandas de metal en sus manos, hay muchas navajas en el aire.