Evangelina.
—¿Con quién vinieron?. —mi papá está al lado de la ventana con las cortinas corridas—. ¿Sales con alguien?.
—No papá, no salgo con nadie, es el papá de Jonás.
—¿Qué dijiste?. —señala hacia afuera enojado—. ¿Con quién te metiste?, ¿Dónde estabas metida?. —lo bajo a Jonás que se queda al lado mío confundido donde recién despierta—. Habla.
—Pa, no sé qué piensas, lo conocí en la facu, él estaba en su ultimo año de la carrera y se graduó cuando quedé embarazada, por eso no lo vi mas.
—No quiero que después cambies la versión a que se dedica a otra cosa.
—Que cosas piensas de mi eh. —le saco la ropa de abrigo a Jonás enojada.
—Los esperamos para la comida.
—Abuuuu.
—Hola, ¿Dónde estaban?.
—El papá de Jonás fue al parque a hablar conmigo y fuimos a comer algo.
—¿Cómo... ¿Qué quiere?.
—Ma, me quedé embarazada en la fiesta de la primavera, cuando lo volví a ver fue cuando se recibió y no lo vi mas, estaba enojado conmigo y no pude decirle que esperaba a Jonas.
—¿Y cómo se enteró?.
—Vamos a la mesa asi hablamos bien. —estaban tomando mates asi que me hago uno.
—Habla Eva.
—Me vio con Jonás en la facu, tiene su novia que estudia y nos vió, me dijo que solo fue verlo y ya.
—¿Y quién es?, vi en que llegaron y cuando se bajó no es un pibe que trabara.
—¡Ay papaaaa!.
—Pero es verdad, lo que vi no me lo vas a cambiar.
—Papá... Ay, en este mate andan bagres... —me paro a tirar la yerba y poner nueva—. Se recibió de Ingeniero industrial, dos mangos no creo que gane.
—¿Que dijo entonces?.
—Dijo que se dió cuenta y que quiere ser el papá de Jonás.
—¿Le dijiste que si?.
—Si, porque me dijo que lo hagamos por las buenas.
—¿Te amenazó?.
—No ma, lo dijo bien. —le doy un mate viendo como Jonás va a la heladera sacando un yogur que se lo da a mi papá asi lo ayuda—. Me dijo que no pretendía sacarme a Jonás, que quiere verlo a diario y que este presente para que no se asuste, fue comprensivo en todo momento para con Jonás y para asegurarme también.
—¿Y si van por lo legal?.
—Es que legalmente lo tengo que mandar con él y solo, sin siquiera conocerlo, que eso me dijo y dijo que no quería eso y no quiero ir a que un juez nos ponga días ni nada de eso, me dijo que lo quería ver a diario asi podían llegar a una relación, pero que yo este, asi no asusta a Jonás y después no quiera saber nada con él.
—Que venga aca asi lo conocemos.
—Bueno, me dijo que les pregunte y que él viene asi lo vamos conociendo y quiere trato con Jonás, es lo que me recalcó en todo momento, trato de padre e hijo con Jonás.
—Bueno, no me esperaba esto, me quede re sorprendida.
—Bueno ma, era una posibilidad que aparezca o se entere... —le doy el mate a mi papá que esta muy preocupado—. A las cinco dijo que veía asi íbamos a comprar las cosas que le faltan a Jonás. —me tomo otro mate y me paro agarrando a Jonás que esta que se duerme de nuevo—. Vamos a dormir un poco hijo.
Mientras Jonás duerme me lloro todo, porque no sé qué hacer, no sé si dejar que mi hijo tenga trato con Ezem, no sé si Ezem lo va a tratar bien, no sé si tiene una mente retorcida, no si es una buena persona, no sé como es su familia, no sé nada, y siento que voy a entregar a mi hijo para que le hagan daño, porque delante mío puede mostrarse como la mejor persona del universo y después es una porquería con mi hijo al privado, ese siempre fue mi miedo, siempre tuve miedo de ser una de esas mujeres que se quedan con la imagen que dan, no con los actos.
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Lo cambio con la mejor ropita a Jonás, nos dimos un baño los dos, y cuando lo dejé en su bañera le pedí a Meli que lo mire asi me podía cambiar tranquila, porque comienza con su maaaa, maaaaaa, y no quiere nada y quiere todo, entonces como mi hermanita llegó de la escuela le pedí que lo mire cinco minutos.
—Bien, busca el perfume asi te pongo... —agarro mi carterita ya lista.
—Mamá.
—Bien, alza los brazos y cierra los ojos, no respires.
—Aaaasssmmm. —arruga la cara aunque no le hecho cerca de la cara para nada.
—Listo hijo.
—¡TOCAN BOCINAAAAA!. —salimos de la mano de mi habitación.
—Beso a los abuelos y a la tia asi nos vamos. —abro la puerta viendo a Ezem parado en la vereda—. Ya vamos.
—Dale, espero... —voy por la lonchera de Jonás donde pongo una fruta, su vaso con agua y una cajita de jugo que le encanta.
—Tia eso. —Meli se inclina asi Jonás le da el beso.
—Pórtate bien.
—Si, emos... —va a la puerta saludando a mi papá que mira por la ventana sin disimulo—. Emos abu.
—Nos vemos hijo, pásala lindo y no te alejes de mamá.
—No abu. —a penas salimos Ezem sonríe al verlo todo agrandado mi hijo—. Holña.
—Hola Jonás, te extrañé.
—¿Si?.
—Si, mucho te extrañé, estaba desesperado por verte. —se agacha sonriendo y mi hijo me agarra fuerte de la mano—. Estas hermoso, y hueles muy rico.
—Si.
—Siii, Jonás usa un perfume de niños mas grande.
—Wou, ¿puedo usarlo?.
—Siii, ¿iste mamá?.
—Si, los chicos grandes lo usan.
—Bien, vamos entonces, tenemos mucho que comprar. —va al auto enseguida abriendo la puerta de atrás—. Mi hermana me dio una silla para niños.
—Se va a asustar si lo dejamos ahi.
—Probemos, —me mira y recuerdo que esa mirada me ponía igual de nerviosa que ahora, porque si, me pone nerviosa—. ¿Probamos?.
—Sino voy atrás con él.
—No soy un taxista como para que vayas atrás, vas adelante. —con nervios veo como lo alza y lo sienta en la silla—. Muy bieeeeeennn, mira aca, te voy a ajustar esto que es para que no te pase nada.
—Si. —frunzo las cejas porque Jonás no se da con nadie, y lo vio por primera vez en la mañana y ahora deja que lo toque.
—Listo, ahora vamos a ir a comprar. —le da un beso en la cabeza y sale sonriendo—. Listo... —abre la puerta de adelante señalándome—. Sé de modales, aunque no te los eh mostrado. —subo sin decir nada, me giro un poco viéndolo con una sonrisa a mi hijo—. ¿Vamos todos bien?.
—Si, vamos a pasear que estamos muy desesperados, con Jonás nos encanta pasear.
—Siii, amo.
—Wou, que lindoooo, vamos entonces, no esperemos mas. —le alzo las cejas sonriendo a mi hijo que se rie—. ¿Hablaste con tus papás?.
—Si, les conté como fue que pasó que llego Jonás. —me mira enseguida—. Les dije que solo fue eso y no va a haber nada mas, y que bueno, que lo quieres... Quieres ser responsable de él y que acepte.
—¿Cuándo puedo ir a tu casa y conocernos?.
—Cuando puedas, bueno... Mi papá ahora esta semana trabaja de noche, mi mamá es enfermera y solo de mañana trabaja, pero mi papá entra a las veintidós y se va de la casa veintiuna y treinta, la otra semana entra de tarde y después una de descanso y ahi de mañana.
—Bueno, al mediodía entonces, tiene que ser cuanto antes asi ya puedo ir a tu casa tranquilo.
—Puede ser mañana si quieres.
—Si, mañana entonces, vengo a las doce y ahi compartimos... Y también hablé con mis papás y dijeron que quieren conocerte y obvio, desesperados por conocer a Jonás, ahi si, cuando lo quieras, ellos están disponibles los días que no tenemos iglesia,
—Yo no tengo problema para nada, trabajo de tarde, las noches las tengo libres y las mañana debes en cuando donde voy a la facu.
—¿Con quién queda cuando trabajas?.
—En la mañana me lo llevo conmigo cuando mi papá trabaja, sino lo dejo con él, y las tardes queda con mi mamá.
—Bueno, te voy a pasar una plata asi que creo que va a ser innecesario que lo dejes encargado.
—Tengo que ver cuanto me vas a pasar, si no me sirve sigo trabajando, porque tengo que seguir con mis gastos, lamentablemente el dinero que mandes aunque no te guste es para mis gastos también.
—¿Porqué lamentablemente?, entiendo eso Eva, si te pido que te quedes para mi hijo te estoy diciendo que te voy a dar para que vivan bien, que cuando no estén conmigo lo que sea dispongas con dinero, porque cuando estén conmigo yo me encargo de eso.
—Bien, no digo nada porque no sé de cuanta plata hablamos Ezem, y lo siento, pero todo es plata... —lo miro cuando se rie—. ¿Qué?.
—Obvio que todo es plata Eva, el dinero no da la felicidad pero si la estabilidad, porque no andas dele que dele con que no tienes, no llegas, no sabes qué hacer, el dinero te da tranquilidad, yo por lo menos pienso asi, una relación de amor no vive, pueden vivir sin quererse, sin sexo, pero no hay dinero y son los problemas.
—Eso es verdad, mis papás hace unos años casi se separan por los problemas económicos.
—Uuhh, que bajón.
—Si, encima fue cuando mi mamá estaba embarazada de mi hermana, entonces fue peor todo, entonces pienso lo mismo, por la plata casi se separan.
—Bueno, hablé con mi papá, le consulté si era correcto lo que pensaba darte y me dijo que por él estaba bien, pero si necesitas mas me avisas.
—¿Cuánto es?, asi voy pensando lo que debo hacer con ese dinero.
—Pensaba millón y medio.
—¿Eh?. —comienzo a reir para que se ría y me diga que es una broma.
—¿Es poco?, —me mira de pasada sin perder la calle de vista—. Eemmm, dos, ¿dos y medio esta bien?.
—¿Va a ser por única vez?.
—No, mensual, como corresponde.
—Wou.
—¿Te sirve?.
—Siiii, un millón y medio es no sé, ocho veces mas de lo que gano y con lo que vivimos.
—Bueno, entonces te voy a pasar esa plata, me tienes que dar los números de alguna cuenta bancaria.
—Si, tengo, después te la mando.
—Bien, me alegra que te sirva, crei que era poco, porque quiero que coman bien, y no es que digo tu y Jonás, tus papás y hermana, igual, si te quedas sin dinero me hablas enseguida.
—Primero las cosas de Jonás, este mes no le pude dar pescado y ahora le voy a comprar, que alegría.
—Ahora vamos a comprar todo lo que les haga falta, veo que necesitas zapatillas, asi que ahí te eliges unos cinco pares.
—Ay siiii... Igual, cuando vaya a comprar la comida de Jonás, ¿me podrías llevar?.
—Siii, obvio que si, primero porque me tienes que llamar, yo los llevo a donde sea, y quiero ver lo que comer.
—Voy a ir a la pescadería, a la pollería, carne no come asi que eso no. —aunque una sola vez me de dinero, me va a ayudar muchísimo en abastecerme de cosas, vitina, polenta, fideítos, y todo lo que le gusta, galletitas, leche, jugos, yogur, fruta, mucha fruta porque le encanta.
—Llegamos gente... Yo lo bajo.
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