Miranda
Pensé que nuestro último paseo por el centro comercial sería bueno, pero me equivoqué. Al encontrarme a Bastián con Casandra, no voy a mentir: dolió y dolió mucho. El que él no rectificara lo que Casandra decía solo me seguía confirmando que él siempre la iba a preferir a ella. Me sigo preguntando qué diablos le hice para que él me tratara con tanto odio y rencor, si siempre traté de ser una buena esposa, una mujer enamorada. Pero ya no puedo lamentarme más, así que simplemente salí de ese lugar, pues no perdería el tiempo con ellos. Me subí a mi coche, dispuesta a ir a mi departamento a tomar mis cosas e irme muy lejos. Pero cuando lo veo aquí, de pie, queriendo hablar de nuevo, por Dios, esto es tan cansado. Así que simplemente me doy la vuelta para irme, pero él, sin pensarlo,
