Capítulo 3

676 Words
Danna Luego de que salí huyendo del evento que parecía ser el compromiso de Jason, llamé al señor Linn. Éste me atendió visiblemente malhumorado. —¿Pero quien te crees, muchacha para retirarte sin avisar? —casi podía imaginarlo arrugando mucho su frente. —Señor Linn, quería pedirle disculpas. Debía ir a ver a mi niña, hacía varias horas que no la veía y temí que algo haya pasado con ella...—mentí en parte, jamás debía saber que alguna vez conocí al dueño del evento. Escuché un suspiro del otro lado de la línea. —No sé que hare contigo, muchacha. Entiendo tu situación, pero al menos corresponde que me avises cuando te retiras. Aquí tengo tu paga. —Oh, señor. ¿Aun así me va a pagar?... pensé que...pensé...—el llanto viene a mí sin quererlo, no puedo entender como así como hay tanta gente mala en este mundo hay otras que son bondadosas, y el señor Linn es uno de ellos. —-Por supuesto, has trabajado, te corresponde paga. te espero a las ocho y de paso tengo otro trabajo para tí —me dice sin esperar a que responda y cuelga. Estoy feliz por primera vez en mucho tiempo. Hace mucho que nadie hace nada por mí. "No le fallaré", digo para mí. Miro el reloj, faltan unas horas para presentarme de nuevo al trabajo. Ni siquiera he tenido tiempo ni ánimos para lamerme las heridas que me causó verlo después de tanto tiempo. "Dios, se veía tan...tan...espectacular", los años le han sentado mejor que cuando estuve con él. Una sensación que no tenía desde hace casi tres años recorrió m cuerpo. "Debo olvidarme de él, está comprometido", me grita mi conciencia, pero mi cuerpo no responde. Tanto su rostro como su cuerpo han madurado visiblemente y su treintena le ha caído mejor que bien. Intento mantenerme ocupada para eliminar todo rastro de recuerdos. Limpio, lavo, plancho, cocino. dejo todo listo para desaparecer varias horas y dejar a Douglas los alimentos y todo lo necesario para atender a Lucille. Me baño, cambio y me preparo. Salgo haciendo que Douglas cierre con llave por dentro, ellos permanecerán encerrados hasta que regrese, y eso seguramente será a altas horas de la madrugada. Bajo las oscuras escaleras del edificio destartalado en el que conseguí el alquiler más barato pero no me puedo quejar, es un techo. Voy ensimismada en mis pensamientos cuando se cruza un auto oscuro enfrente mío, trato de esquivarlo pues pronto pasará el autobús que me lleva a un par de cuadras de donde debo asistir. Bajan tres hombres grandes, con oscuras ropas. —Señora Miller...—se dirige uno a mí. Me quedo quieta en el lugar, "¿cómo sabe quien soy?", tiemblo, miles de ideas vienen a mi cabeza. Weber está muerto, nadie sabe que estoy aquí... —Por favor, tenga la amabilidad de acompañarnos —expresa amablemente pero mi miedo crece a cada minuto. —¿Quiénes son ustedes? ¿tienen una orden? —-retrocedí asustada. Otra idea cruzó por mi cabeza. "Policía"...quizá querrían interrogarme pero ¿por qué? Ya había quedado liberada del juicio en el que la gente de Weber fue acusada formalmente y metida en la cárcel y él estaba muerto, Jason lo había matado o así me lo aseguró. Giré sobre mis talones y corrí. No tenía a donde ir, no tenía quien m defendiera, no tenía nada que dar a cambio. Solo mis piernas, aunque éstas no querían responderme. "Lucille, tengo que escapar para volver a ver a Lucille", fue el siguiente pensamiento. Corrí con lo que pude, una mano con dedos larguísimos me tomó de la manga del abrigo e hizo que retrocediera violentamente. Repartí uñazos y mordidas por doquier sin mirar a quien, sentí un dolor agudo al lado de mi ojo derecho que me dejó mareada. Grité con las fuerzas que me quedaban, quizás alguien se apiadara de mí, de una pobre mujer que solo quería trabajar para dar lo mejor a su hija. Nadie acudió. Solo encontré oscuridad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD