Caperucita

La casa de regalo

Grace y Oliver regresaron animados

—¿todos listos? —preguntó Oliver que ahora llevaba otra ropa mas adecuada

—Claro

—Genial, ahora sí, vamos, vamos, vamos, esta fiesta estará increíble

—Ya le envié la ubicación a los demás —dijo Ethan 

—Bien, perfecto, ahora sí, rumbo a donde sea que vayamos ja, ja, ja

—Estás tan emocionado y ni siquiera sabes donde es—se burló Grace

—Ja, ja, ja pues es obvio que me emocione, todo está saliendo bien, un partido bien jugado, ganamos, pasamos al equipo, me encontré con ustedes, tengo un nuevo compañero, ahora vamos para la fiesta y ya, creo que nada podría salir mal

—Tienes razón, fue un día bastante interesante —apoyó Ethan

—Totalmente —siguió Grace, Maleny solo asintió con la cabeza

Después de un rato llegaron a un conjunto cerrado, un jardín bastante amplio le hacia honor a la enorme casa que lo llevaba, la casa era inmensa, tanto así que podría caber todo el equipo de futbol con habitaciones individuales, sin embargo, estaba oscura y desolada en su interior

—Pensé que llegarían pronto —soltó Oliver

—No comas ansias, quiero que conozcan la casa antes, la persona que nos ayudara a organizar está en camino, los demás llegaran como en unas dos horas

—Por eso estabas tan relajado en el camino —entendió Oliver

—Sí, no me gusta quedar mal, como ven la casa está un poco abandonada

—¿Por qué está así? —cuestionó Grace

—Nadie ha estado aquí desde que nos fuimos de viaje con mi familia

—Debe estar llena de fantasmas —soltó Maleny

—Ja, ja, ja, no, que va, lo más tenebroso que podríamos encontrar sería una inmensa nube de polvo 

—¿seguro? —lo retó

—Sí, muy seguro —dijo serio

—Ja, ja, ja, no creo que sea el momento adecuado para hablar de fantasmas —dijo Grace viendo la tensión entre ellos

—Exactamente, ahora solo preocupémonos por la fiesta —apoyó Oliver —. Tenemos dos horas para terminarlo todo

—Bueno, mucha charla, entremos, no se sorprendan por lo que encuentren —sonrió Ethan

—Algún secreto escondido —lo molestó Oliver

—Ojalá, ja, ja, ja realmente no se que tanto hay, como dije antes hace mucho que no vengo

—¿Por qué escogiste este lugar?

—No quiero molestar a mi padre, pasa un poco ocupado y seguramente mi madre, empezaría a hablar ya que es demasiado cuidadosa

—Entonces ¿aquí si podremos causar molestias? —rio Oliver

—Aquí estaremos tranquilos y sin supervisión de nadie, creo que será más divertido así

—Veo que tenia razón contigo

—¿A qué te refieres?

—Piensas en todo, como en el campo eres muy estratégico

—Solo pienso en ustedes, creo que se sentirán más a gusto en este lugar, era uno de mis favoritos antes de irme

—¿Ya no lo es? —cuestionó Male sorprendiendo a su amiga que la miraba con cara de pánico

—Lo es, pero no como antes, supongo que todo cambia —respondió Ethan

—Todos cambiamos, a diario así sea en lo más mínimo

Se acercaron a la puerta, Ethan abrió la puerta con cuidado, como si temiera entrar porque dentro se ocultaba algo tenebroso, después de analizar el lugar los dejó pasar, abrió cada una de las ventanas que conectaba con la planta baja, a pesar de que su familia se había ido de viaje largo tiempo, suponía que su padre había mandado a limpiar regularmente, pues el lugar solo tenia un poco de polvo, los sillones estaban tapados por cobertores blancos, tenia demasiados recuerdos en ese lugar, sabía que podía escapar allí, cuando se sentía mal, o simplemente necesitaba algo de espacio por la circunstancia que fuera, tocó con recelo as paredes del lugar mirando cada detalle para no perderse de nada, quizá dirían que era un lugar demasiado grande para una sola persona, pero en realidad para Ethan era la gloriosa soledad, tranquilidad y paz solo para él, un lugar bastante apartado de todo y de todos, le gustaba ese lugar porque de todos los regalos que había recibido de Alexander Miller a lo largo de su historia, para él era el mejor, era su casa, algo propio, ganado con el sudor de su sangre, su padre cumplió con su promesa, después de haber ganado ese partido en su adolescencia le regaló esa casa, ¿la razón? No había alguna en sí, Alexander solo cumplía con su palabra, le enseñó a su hijo que, pese a todo, cuando daba su palabra siempre cumplía y él debía seguir su ejemplo

—Se ve limpia —dijo Grace mirando la casa con atención

—Exacto, no parece que haya estado sola por mucho tiempo —apoyó Oliver

—Cosas que pasan —se rio Ethan —. Pueden sentarse están en su casa

Ethan se dirigió hasta la cocina, la nevera estaba vacía, en ese momento recibió una llamada de uno de los hombres de su padre, ya estaba en la puerta al parecer y traía todo lo necesario, le dijo que pasara con confianza que se encontraba en la cocina, el hombre llegó pronto

—Aquí está todo señor —dijo cuando llegó

—Bien

—Señor, ¿necesita algo más? —cuestionó el hombre en cuanto terminó de dejar todo sobre la alacena

—Las mujeres que pedí ¿ya vienen?

—Sí señor, ya vienen en camino

—¿Alguna novedad?

—Ninguna, que yo sepa señor

—¿Seguro?

—Sí, señor, aquí está todo, si necesita algo más no dude en llamarme

—Mi padre te mandó ¿no? —afirmó —. Eres uno de sus hombres de confianza

—Sí, señor, al presidente Miller le preocupaba que no tuviera todo listo para el compartir con sus amigos

—Lo sabía, dile que no se preocupe, todo está bajo control, los traje aquí para no molestarlo en casa, sé que yo soy responsable de este lugar

—Sí señor, las señoritas vendrán pronto a limpiar su casa y a colaborar en todo lo que necesite

—Puedes quedarte si lo deseas

—No me es apropiado señor, no quisiera dañar su imagen delante de sus amigos

—Eso es lo de menos, pero tranquilo, sé que estarás muy ocupado ¿verdad?

—Sí señor, su padre viaja esta noche

—¿Qué?

—Su padre viaja esta noche señor

—¿Y mi madre?

—La señora también

—¿Por qué no me dijeron?

—Lo llamaron señor, pero colgó antes de decírselo

—Así que era eso

—Si, señor

—Llévame con ellos, si me llamaron debe ser por algo

—Como diga señor

—Bien, ya salgo

Llegó a la sala y vio a los chicos reunidos

—Debo irme —dijo sin mas

—¿Qué? —cuestionaron al unisonó

—Surgió algo, parece que es importante, volveré en cuanto pueda

—Pero ¿qué haremos? —cuestionó Oliver

—Quedas a cargo, en la cocina ya están todos los preparativos, dentro de unos diez minutos llegaran dos señoritas o más y ayudaran a organizar todos, por favor, reciban a todos los invitados, las mujeres son de confianza no se preocupen

—¿Cómo sabremos que volverás? —cuestionó Maleny

—Cumplo lo que digo

—Te acompaño —soltó sorprendiéndolos

—¿Vas a ir con él? —cuestionó Grace

—Sí, así me aseguro de que sea lo que sea no se demore y vuelva, no me gusta que me queden mal

—¿Estás segura? —preguntó Grace incrédula

—Sí, a menos de que Ethan tenga algún problema —lo retó

—Ninguno, estaremos aquí pronto —aseguró

—Debes cuidarla —dijeron al unisonó Oliver y Grace recordando lo dicho por Tatiana

—Sí, eso es lo de menos

—Por favor cuídate —abrazo Grace a Maleny —. Estás loca —le dijo bajito—. Me cuentas que pasa.

Llegaron al jardín

—¿Se puede saber por qué quieres acompañarme?

—No quiero ser un mal tercio —dijo mirando a Oliver y Grace

—¿Planeas dejarlos solos siempre?

—Necesito respirar, supongo que no te molesta que vaya contigo ¿no?

—Para nada, es más de vuelta, podríamos comprar algunos bocadillos

—Señor, el auto esta listo —dijo el hombre abriendo una de las puertas de un carro n***o bastante llamativo

—Iré en el mío, no te preocupes

—Bueno, señor.

—¿Dónde estarán mis padres?

—En este momento deben estar en su casa señor, pronto saldrán para el aeropuerto

—Bien, llegaremos al aeropuerto entonces

—Como diga señor

—Buen trabajo —se despidió y se dirigieron al auto de Ethan

—¿te ibas con ese hombre?

—Sí, es alguien de confianza de mi padre

—¿Por qué ahora vas en tu auto?

—Por ti —dijo serio —. No quiero tener que llegar en uno de los carros de mi padre a mi casa, cuando todos estén aquí

—¿Por qué?

—Solo no lo quiero

—¿Esta es tu casa? —cuestionó sorprendida —. Pero dijiste que era otra de las propiedades de tu padre

—Sí, eso dije, en realidad esta es mi casa, fue un regalo de mi padre hace mucho

—¿No vives aquí?

—No, tengo un gran cuarto en mi otra casa, quizá te la muestre después

—¿Por qué esta casa?

—Me gusta, desde que la vi me enamoré de ella, así que se la pedí a mi padre por mucho tiempo

—Y te la dio

—No fue tan fácil, la gané en un partido de futbol

—¿Cómo?

—Simple, mi padre me puso ciertas condiciones, si ganaba el partido con la mayoría de touchdown hechos por mí, me la daría—sonrió—. Cumplió en cuanto gané

—Ya veo

—¿Por eso nos trajiste aquí?

—Sí, básicamente por eso, no le digas a nadie que es mi casa

—¿Por qué?

—Me gusta mantener un perfil bajo

—A mí también —sonrió—. Aunque para ti parece ser difícil

—Un poco, sobre todo por la cantidad de expectativas que tienen los demás sobre mi —dijo mirando el volante por unos segundos —. ¿Lista?

—¿Para qué?

—Para esto —dijo acelerando su auto de improviso—. Supongo no te molesta ¿no? —la retó

—No, no, para nada —dijo Maleny sin perder la compostura  

—Excelente —sonrió maliciosamente —. Ahora viene lo mas divertido, las avenidas

—¿Qué? —expresó un poco aturdida por la velocidad —. ¿Acaso no te multan?

—No, en esta parte no hay reductores de velocidad de ningún tipo, se podría decir que es un espacio abandonado, así que es genial correr

—Ya veo — dijo Maleny que se debatía entre reír o llorar de la emoción —. Es chévere, me gusta

—Por un momento pensé que vomitarías ja, ja, ja

—Tan gracioso —dijo con sarcasmo—. No soy an débil, me gusta la velocidad, sobre todo la brisa golpeando tu rostro, debe ser encantador en la mañana —eso llamó la atención de Ethan que se quedó observándola por un momento —. ¿Qué me ves? —cuestionó ella—. ¿Tengo algo en la cara o qué?

—Que agresiva, ja, ja, ja

—Ahora me dices agresiva, ¿no sabes decir un cumplido que no tenga un insulto en medio?

—¿Quieres que te haga cumplidos? —cuestionó él riendo con malicia

—No —se apresuró a decir—. No dije eso

—Eso insinuaste

—Claro que no, no haría eso

—Ya lo hiciste

—Piensa lo que quieras —dijo molesta

—Ahora estás furiosa —afirmó él

—No te incumbe

—Es tan fácil, hacer que te molestes

—¿Lo haces solo para burlarte de mí?

—¿no es obvio? —soltó el triunfal

—Bien, ya no dejaré que te diviertas —le sonrió ella de manera fría, para luego voltear a ver el camino.