— ¡Abran esa maldita puerta! — Grita Isaías golpeando y pateando la puerta después de haberse cansado de tocar el timbre.
Thomas e Isaías, reposaban sus cuerpos sobre unas exageradas esculturas, que estaban a los lados de la entrada, esperando con un poco mas de paciencia para que les abrieran.
—Seguro se arrepintieron y no nos quieren en su castillo, sería perfecto. Tendríamos la excusa perfecta para largarnos de aquí — Explica Thomas serenamente, con una pequeña sonrisa plasmada en sus labios, la cual desaparece cuando la puerta se abre.
— ¡Niños vengan! pasen ya. Disculpen la tardanza al abrir, seguramente se deben estar muriendo de frio, están empapados pobrecitos — Exclama Andrej dejando pasar a los jóvenes.
Misha fue el único al que Andrej pudo convencer para que recibiera a sus invitados. El jovencito que estaba en contra de su voluntad, ve con sorpresa, como los niños de hace 10 años, eran prácticamente irreconocibles ante sus ojos. En medio de su sobresalto interno, no pudo evitar fijar su atención a los gemelos. Desde el punto de vista de Misha, el parecido en ambos era escalofriante, ya que los jóvenes tenían el mismo corte de cabello, el mismo arete en el labio inferior, incluyendo los mismos tatuajes en ambos brazos derechos, la única diferencia, era que vestían distinto. Uno de ellos cargaba una camiseta blanca unicolor, la cual por estar mojada se adhería a su piel, dejando entrever un moldeado pecho, donde se asomaban otros tatuajes. El otro gemelo por el contrario, tenía una camiseta negra que no dejaba tanto a la imaginación como el anterior.
Los gemelos por otra parte, miraban sin una pizca de disimulo a Misha, el chico tenia la misma estatura de su madre, que no paraba de hablar sobre un tema que ellos no escuchaban. Los chicos le calculaban a Andrej una estatura de 1.65 Mts. de alto, que por supuesto no se comparaba con sus aceptables 1.85 Mts. Para sorpresa de ambos, el rubio ahora con su cabello corto y ropa sencilla, lucia mas como un chico realmente apuesto, que como a esa niña extraña que todavía recordaban de cuando eran niños. Sus enormes ojos azules no se despegaban de ellos, al parecer también sorprendido por verles.
Isaías decidió apartar su atención de Misha por un segundo, para mirar por encima de su hombro a Isaac, notando que este tenía su boca entreabierta, sus mejillas estaban tenuemente sonrojadas, y en ningún momento despegaba su atención de “la princesa”, ver aquello, por alguna extraña razón le hizo enfurecer.
Otra vez su hermano comenzó a actuar extraño. Pensó Isaías.
—…Entonces les acompañaré a sus habitaciones, así se cambiarán de ropa, no quiero que se resfríen — Dice Andrej entre una pequeña risita. Él había estado explicando a los chicos, el motivo del porque no fue por ellos al aeropuerto, explicaciones que realmente ninguno de los jóvenes escuchó.
—Misha querido ¿puedes guiar a los niños a sus respectivas recamaras? es que voy a ver cómo va la cena ¡Dentro media hora cenaremos todos, hice pavo! ¿Huelen ese aroma? ¡Es mi pavo que ya estará listo! aunque realmente no fue yo quien cocinó… fue la cocinera, pero yo le ayudé a pelar las verduras, así que también me llevo el crédito — Explica Andrej encaminándose hasta la cocina, pero Misha rápidamente le sujeta la mano.
—Mamá… puedes ver si la cena esta lista luego... acompáñame — Pide, o más bien suplica el rubio que no deseaba quedarse a solas con ninguno de ellos, que desde su perspectiva, ahora lucían más peligrosos e intimidantes que en el pasado.
Andrej se acerca a Misha, solamente para acariciarle el cabello y luego darle un besito en la frente.
— ¡Anda ve tu solo no seas tímido, ellos no te van a comer! así te pones al día con tus amiguitos — Insta Andrej, dándole un empujoncito a Misha que tragó saliva por ver como los gemelos no le quitaban la vista de encima, mientras que Thomas, estaba entretenido con su celular, desde que se dio cuenta que había recepción y WiFi libre.
—Vaya tranquila a la cocina señora, nosotros cuidaremos de su hijo mientras usted no esté — Dice Isaías acercándose para abrazar a Misha que se estremece del miedo.
Isaac con el ceño fruncido, también se acerca a Misha con otro abrazo, que logró dejar al rubio en medio de los altos y mojados pelinegros.
Andrej cuando observó el amor que recibía su hijo por parte de los gemelos, sonrió ampliamente, pensando que no entendía cual era la mala fama que tenían esos encantadores y apuestos muchachos.
— Pero que niños más amables. Okey, entonces te dejó en buenas manos Mish, escoge cualquiera de las tres habitaciones que preparé, Ou revoir! — Se despide Andrej con su mano caminando rumbo a la cocina.
Misha ve con temor como su madre se marchaba. Thomas que deja de prestarle atención a su teléfono, observa como los gemelos abrazaban al rubio que se veía pequeño en el medio de los dos.
— ¿Qué estas esperando? quiero quitarme la ropa y dormir, estoy cansado niño — Espeta Thomas dirigiéndose a Misha que logra escapar de los brazos de los gemelos.
—Sí-síganme… — Pide Misha adelantándose dos pasos de los jóvenes.
Isaac e Isaías aprovechan para ver el trasero y la manera de caminar de Misha, el cual de vez en cuando volteaba su mirada, notando como los gemelos no disimulaban en su morbosa inspección a su cuerpo, un hallazgo que le puso los pelos de punta.
En el area de las habitaciones, Misha señaló las recamaras donde los tres podían dormir, pero al ver como Thomas, Isaac e Isaías comenzaron a abrir las puertas de todas las habitaciones de manera imprudente, se tornó bastante nervioso, porque en medio de su molesta búsqueda, podían encontrar la habitación de Jacob.
— ¡Dejen de hacer eso! — Exclama Misha pretendiendo detener a los jóvenes, que hicieron caso omiso a sus palabras.
—Esta no me gusta — Dice Thomas abriendo y luego cerrando la puerta — Esta tampoco, ni esta, ni esta — Continua mientras los gemelos hacen lo mismo, solo con la intensión de molestar a Misha que parecía estar a punto de morir por los nervios.
—Relájate princesa, solo estamos viendo cual habitación nos gusta más… ¿Qué te parece la habitación principal? debe tener una cama enorme, perfecta para hacer tríos — Dice Isaías con una risita maliciosa, escuchando como Isaac comenzó a reírse por su chiste.
— ¡No pueden, mi mamá me dijo que las tres habitaciones de al fondo eran las suyas! si no obedecen me van a reprender… — Exclama mientras empuña sus manos, pero luego abre sus ojos como platos, cuando observa que Thomas estaba a punto de abrir la habitación de su hermano.
El rubio corre para impedirle que lo haga.
— ¡Thomas no hagas eso! — Vocifera corriendo hasta el moreno que se percató que la puerta estaba cerrada con llave.
—Esta está cerrada… ¿Quién está ahí, tu novia? — Pregunta en tono de broma dirigiéndose a Misha.
Una broma que los gemelos no encontraron graciosa.
— ¿Tienes novia? — Preguntan ambos al unísono, a un nervioso Misha que niega efusivamente con su cabeza.
— ¡Esa es la habitación de mi hermano! deja de molestarle… ¡No toques esa puerta! —Exclama Misha llegando hasta donde Thomas, el cual comenzó a tocar la puerta con más insistencia, solo para empeorar el estado del rubito.
— ¿Y porque se encierra, es que acaso no va a venir a saludarnos? ¡Jacob abre la puerta, soy tu madre, la cena ya esta lista! — Remeda Thomas escuchando como los gemelos detrás de él se reían, y Misha le empujaba para quitarlo de ahí.
En ese momento, el rostro de Sam apareció en la mente de Thomas, recordándole cuando su padre le hizo prometer que no molestaría a Jacob, pero su mente se encargó de excusar sus actos, diciendo que solo deseaba saludarle, no le estaba molestando…
***
— ¡Jacobito mi amor soy tu madre, abre la puerta! — Escucha Jacob del otro lado de la puerta junto con insistentes golpeteos. El por supuesto sabía que esos remedos, venían de alguno de los tres individuos que no deseaba ver.
El de ojos grises pretendió ignorarles, pero cuando los golpes en la puerta, seguido de esa molesta voz continuaba perturbando su paz, decidió abrir, pensando que su hermano Misha pagaría muy caro por eso, ya que su único deber era que ninguno de esos idiotas, se enterasen donde estaba su habitación.
— ¡Pueden dejar de…! — Grita Jacob al momento que abre la puerta con violencia. Pero luego a medio camino se detiene, cuando observa a la persona que estaba del otro lado.
El rubio teñido tragó saliva al ver a Thomas, sus ojos verdes le miraron con un destello de humor que él recordaba de hace 10 años, pero sin dudas, eso era lo único que quedaba del niño que se enamoró hace tanto tiempo atrás.
—¿Y este quien es, un fan loco de Draco Malfoy? — Pregunta Thomas al instante que los gemelos se acercan para ver.
Misha también se acerca viendo a su hermano con temor, porque él sabía que cuando Jacob se enojaba, era como un peligroso volcán en erupción, El cual explotó cuando escuchó las risas de los jóvenes, unas burlas que él al parecer eran a causa de su nuevo aspecto.
Por supuesto que Thomas reconoció a Jacob, ya que el par de ojos grises del joven eran inconfundibles, pero al ver como este parecía estar a punto de convulsionar por la ira, seguido que su hermanito Misha, daba la impresión que se desmayaría en cualquier momento por los nervios, se sintió en la obligación de empeorar la situación, algo dentro de él, le decía que debía molestar un poco más a esos dos.
—Esta habitación es perfecta — Dice empujando a Jacob a un lado para entrar —Me quedaré aquí — Agrega saltando a la cama mientras arrojó su equipaje a un lado — Oh, pero que cómoda es esta cama — Dice Thomas amoldándose en el lecho ajeno.
Jacob se paraliza por completo, cuando observa a un empapado Thomas acostado en su cama. El alto muchacho se movía sobre sus sabanas blancas, mientras colocaba aquellas sucias botas sobre el libro que estaba leyendo anteriormente, ver aquello le hizo gritar de la rabia, mientras que por otra parte, Misha al observar como su hermano estaba a punto de estallar por la rabia, se acercó a él para detenerle, pero lo que se llevó por su parte fue un empujón, que lo arrojó hasta los brazos de los gemelos que estaban detrás de él.
—Hola princesa — Saludan los chicos al unísono, a un nervioso Misha que les mira con terror.
— ¡LEVANTANTE DE MI CAMA ASQUEROSO, MUGRIENTO PIOJOSO! — Grita Jacob lanzándose sobre Thomas para sacarlo a la fuerza.
El moreno con una sonrisa, sujeta las manos con las cuales Jacob pretendió golpearle, con tanta facilidad que luego de un movimiento rápido, logró ponerse sobre él, dejando en esta ocasión al rubio debajo de su cuerpo.
— ¿En serio quieres pelear conmigo? en serio — Pregunta Thomas cerca del rostro de Jacob que se voltea a un lado para no verle.
—¡Solo quiero que saques tu sucio y mojado trasero de mi cama! — Exclama sin mirarle.
— ¡Bésalo, bésalo, bésalo! — Grita Isaías que aun tenía como prisionero a Misha, su hermano Isaac, que también tenía al rubio natural sujetado, comienza a reírse, y decide seguirle el juego a su hermano.
— ¡Bésalo, bésalo, bésalo! — Gritan ahora ambos gemelos al mismo tiempo, Misha al escuchar aquello decide entrar en acción.
— ¡Cállense, dejen de molestar a mi hermano, no! — Vocifera estremeciéndose para poder soltarse, sintiendo como Isaías repentinamente le cubrió su boca para que dejara de hablar.
—Shhh Misha, no cortes la diversión ¡Thomas dale un beso de lengua a Draco Malfoy! —Grita Isaías a Thomas, que sonríe en esta ocasión de una manera más perversa, sin quitarle las manos de encima al chico de ojos grises.
Jacob por otra parte, envuelto en la desesperación, mira con lentitud a Thomas, que al parecer si quería besarle porque su rostro estaba más cerca que hace minutos atrás. Su corazón comenzó a latir con fuerza y sintiéndose derrotado, decidió cerrar sus ojos dispuesto a recibir ese supuesto beso que Thomas, solo por seguirles el juego a sus amigos pretendía darle.
— ¡Niños ¿Dónde están? — Escuchan todos a lo lejos la voz de Andrej.
Thomas con una velocidad envidiable se levanta de la cama, mientras que los gemelos dejan en libertad a Misha, el cual se tambalea un poco. Los tres jóvenes se colocan inocentemente delante de los otros dos chicos, que se sintieron usados y ultrajados por los más grandes.
—Oh, aquí están — Revela Andrej viendo como sus invitados lucían muy sonrientes.
— ¿Qué hacen en la habitación de Jacobito, aun no se han instalado? — Pregunta Andrej al ver que sus equipajes estaban regados en la recamara de su hijo.
—Estábamos a punto de instalarnos, pero Misha quiso que pasáramos a saludar a
Jacob ¿cierto Misha? — Miente y pregunta Isaías, volteándose para mirar con una expresión un tanto aterradora al rubio que, por seguridad propia asintió con la cabeza.
—Si mamá, fue mi culpa… — Murmura encogiéndose de hombros.
En eso Thomas se acerca a Jacob, sentándose a su lado en la cama, solamente para cruzar su brazo alrededor de su cuello en una especie de abrazo, que al rubio teñido le pareció bastante violento.
— ¡Déjame en paz, mamá no le creas, estos grandulones están mintiendo. Solo vinieron a molestarme! — Revela al instante que Bruno aparece.
El pianista observa a los tres muchachos, que repentinamente se tornaron serios. Thomas deja de abrazar a Jacob, y este se levanta de la cama mientras se acomoda su ropa que ahora estaba húmeda por culpa del moreno.
— ¿Qué es todo este alboroto? — Pregunta Bruno viendo a todos los presentes, en especial a los invitados.
Jacob con una sonrisa malvada se acerca a su padre.
—Estos idiotas nos estaban molestando, en especial Thomas, tenía pensado quitarme mi habitación, mira mis muñecas papá — Dice Jacob mostrando lo enrojecidas que quedaron después del tosco agarre que le había dado el de ojos verdes — Fue Thomas, es un salvaje, y los gemelos estaban amenazando a Misha para que mintiera frente a mamá. Estos chicos son de lo peor, es un peligro que vivan con nosotros — Concluye Jacob en su explicación, sintiendo como las miradas asesinas de Thomas, Isaac e Isaías se posaron sobre él.
Bruno frunció el ceño mirando a sus dos hijos, seguido de Andrej y los otros tres muchachos.
—La cena esta cancelada, se van a encerrar en sus habitaciones ¡Apenas tienen minutos en mi casa y ya están causando problemas! molestando y lastimando a mis hijos ¡Yo no soy como mis hermanos, que hacen los que se le vengan en gana con ellos! — Vocifera Bruno sintiendo mucha molestia por ver como ese Thomas había lastimado a Jacob.
Pero Andrej que estaba muy emocionado por la cena, se ve en la obligación de intervenir.
—Pero Bruno… los niños deben estar hambrientos — Musita Andrej pretendiendo sobrepasar la autoridad del pelinegro, que lo aleja solo con la mirada.
— ¡Me importa una mierda que tengan hambre, se quedarán sin comer como castigo dije! estos mocosos tienen que aprender a respetar— Exclama con autoridad, Andrej frunce sus labios encogiéndose de hombros.
Thomas y los gemelos empuñan sus manos mordiéndose la lengua para no hablar, sin embargo Thomas no puede soportarlo más.
— ¿Aprender a respetar? ¡Tú no eres nadie para decirnos que hacer, viejo amargado! — Vocifera Thomas viendo como Bruno arqueó sus labios en una sonrisa extraña.
— ¿Qué no soy nadie? ¡Pero mira quien lo dice, al que recogieron de la casa de un psicópata, si no fuera por mi hermano, no fueras nadie!… ¡al igual que ustedes dos, son un montón de recogidos que solo han causado problemas! ¡Un grupo de antisociales sin remedio! — Exclama entre burlas Bruno, escuchando como Jacob sonreía entre dientes, mientras que Misha y Andrej se mantenían al margen, sintiendo como el ambiente comenzó a tornarse bastante incomodo.
Los gemelos cuando escucharon las palabras de Bruno, pretendían acercarse de manera amenazante hasta el mayor, pero Thomas los detuvo.
—Maldito vejete… — Mascullo Isaías mientras escupía en el suelo — Hijo de puta… —Murmuro Isaac, ofensas llenas de odio que Bruno logró escuchar.
El pianista se acercó hasta los jóvenes dispuesto a voltearles los rostros de un solo golpe por faltarles el respeto, pero en eso Misha y Andrej lo sujetaron para evitar más problemas, complicaciones que los gemelos pretendían aumentar, cuando se acercaban al mayor dispuestos a romperle la cara, sin importar que Bruno era hermano de Nick, sin embargo, Thomas se adelantó para detenerles.
—Ya, ya cálmense — Dice Thomas volteándose para ver a los gemelos que parecían un par de demonios, listos para asesinar a cualquiera.
Por otra parte, Jacob muy sonriente por toda la situación, se acerca a las maletas que estaban regadas en su habitación. Con cierta dificultad las recoge, y luego las lanza al pasillo.
—Deberían dormir en el garaje, este montón de salvajes sin cultura no merecen buenos tratos— Propone Jacob sin dejar de sonreír maliciosamente, viendo a su padre que al parecer le resultó esplendida su idea.
— ¡Dormirán esta noche en el garaje, sin cenar! o hasta el tiempo que sea necesario hasta que comiencen a respetar a sus mayores—Sentencia Bruno, tratando de disimular su entusiasmo por ver como los tres jóvenes le miraban.
— ¿Dormir en el garaje y sin cenar? Oh, que castigo tan horrible. Miren como tiemblo del miedo — Dice Thomas sarcásticamente, logrando que la paciencia de Bruno se terminara.
— ¡Como te atreves a burlarte de mí! ¡Ahora por culpa de su amiguito, dormirán por una semana en garaje! y cuando lleguen al instituto, estarán castigados sin salir por dos fines de semana, no temblarás de miedo, pero si te voy a j***r tu estadía en MI territorio. Sin mencionar que todo esto se los diré a mis hermanos, para que se sientan ORGULLOSOS de ustedes, en especial de ti Thomas — Amenaza el pianista viendo como en esta ocasión los tres jóvenes cambiaron sus expresiones a unas más serias.
— Gracias Thomas… — Masculle Isaac viendo de reojos al castaño, Luego Isaías le da un golpe en el brazo al moreno con su hombro — Si, gracias Thomas — Murmura mirando con rencor al culpable que se encoge de hombros, desviando su atención a Jacob.
—Estás muerto… — Murmura casi en un hilo de voz al rubio, ya que él era el principal causante de sus nuevos problemas.
***
—Ese maldito peliteñido, va a pagar caro — Murmura Thomas de manera siniestra.
Los tres ya se encontraban “instalados” en el garaje, el cual sería su habitacion por una semana, todos estaban sentados en el suelo, pretendiendo usar su equipaje como almohadas, ya que Bruno especificó que debían dormir en el suelo como “salvajes”, ideas infundadas principalmente por Jacob, que solo se encargo de echar leña al fuego, para intensificar las llamas de todo aquel problema, que se volvió más grande de lo que realmente era.
Isaías se levanta, y sacando de su bolsillo una navaja suiza, comienza a rayar uno de los autos, luego pincha la llanta, la cual hace un sonido agudo al instante que el aire comienza a salir, logrando captar la atención de los jóvenes, en especial su hermano Isaac.
— ¿Pero qué estás haciendo, quieres que ese loco de Bruno nos haga dormir en la intemperie? ¡Ahora le pinchaste un neumático y rayaste su Ferrari, cuando se entere se formara la grande por tu culpa! — Vocifera Isaac empujando a su hermano que rápidamente le regresa el empujón.
— ¡Lo hice porque me dio la puta gana! ¿algún problema? — Dice empujándolo más y más hasta que queda contra otro auto.
— ¡Claro que tengo un problema grandísimo idiota, te lo acabé de decir! ¿Te volviste sordo? si quieres puedo destapar tus malditos oídos a punta de trompadas — Amenaza Isaac empuñando su mano.
—¡Me pones una mano encima y juro que…! — Pretende decir Isaías empuñando su mano en la camiseta de su gemelo, hasta que aparece Thomas para separarlos. —¡Dejen de actuar como idiotas entre ustedes, mejor descarguemos toda esa frustración con el par de niños mimados! — Insta Thomas, viendo como los gemelos se miraron mutuamente y luego sonrieron.
— ¿Qué tal si vamos a darle las buenas noches al rey y la princesa? — Propone Isaías viendo como su hermano y Thomas sonrieron maliciosamente.
—¿Saben cómo abrir cerraduras? — Pregunta Thomas a los gemelos soltaron unas risas con aires de prepotencia.
—Por favor Thomas ¿con quién crees que estás hablando? — Se jacta Isaac sin dejar de sonreír con presunción.
***
Misha veía el paisaje nocturno, desde la ventana de la habitación de su hermano, se sentía preocupado y no dejaba de pensar en los chicos aunque lo deseara, los cuales posiblemente en ese instante estaban hambrientos, congelándose en el garaje, por culpa de Jacob por haberles delatado.
—Creo que te excediste Jake… los chicos solo estaban jugando — Dice por fin Misha, encaminándose hasta su hermano que estaba muy ocupado rechazando por mensaje de texto, a una chica que había conseguido su número de manera misteriosa.
—No me excedí, hice lo correcto ¿Qué se creen al venir aquí a intimidarnos? — Revela Jacob sin quitar la mirada de su teléfono —…Y eres una zorra ardida sin vida social, una puta de cuarta asquerosa… no me busques más, ojala un n***o te deje embarazada y luego seas madre soltera, Adiós. Te odio con todo mi corazón, tu amor platónico e imposible. Jacob — Murmura el rubio lo que estaba escribiendo. Para después enviar el mensaje que acaba de escribir, con una pequeña sonrisa maliciosa — ¿escuchas ese sonido Misha? es el sonido de otro corazón rompiéndose, mi trabajo aquí ha terminado —Agrega el chico arrojando su celular en otro punto de la cama para ver a su hermano, el cual le veía con el ceño fruncido.
— ¿Qué? — Pregunta con una expresión inocente, la cual Misha reprochó, pensando que algunas veces, su hermano se comportaba de manera despreciable.
—Nada Jacob… me voy a dormir — Dice caminando hasta la salida, pero luego cuando está en la puerta se detiene.
— Por cierto… ¿Viste como los gemelos tenían los mismos tatuajes? incluso en la misma posición, me pareció muy genial — Comenta de repente Misha con una pequeña sonrisa.
Jacob dirige toda su atención a su hermano, observándole con una mueca extraña.
—No sé, ni me fijé en ellos…— Murmura de manera más pensativa y aburrida.
Misha sonríe, reposando su delgado cuerpo sobre la puerta.
—Claro… solo tenias ojos para Thomas ¿También está simpático no crees? vi como te sonrojaste cuando pesabas que te iba a besar ¿querías que te besara? — Pregunta Misha con suma curiosidad, al instante que esquiva el almohadazo que le lanzó su hermano.
—¿¡Que asquerosidades dices?! ¡Me sonrojé porque estaba muriéndome de la rabia! el idiota pesaba mucho y estaba sobre mi ¡Jamás en la vida aceptaría que ese gorila imbécil me bese! ¡Qué asco! ¿Quieres que vomite la cena? ¡Mira que aun no olvido que por tu culpa fue que entró en mi habitación! — Vocifera con rapidez logrando su cometido: desviar la atención de Thomas.
Misha se encoge de hombros.
— ¡Te he dicho mil veces que lo siento! ¿Sabes qué? ¡Me voy a dormir! — Exclama abriendo la puerta.
—¡Si, largate. No te quiero ver hasta mañana, y apaga la luz cuando salgas! — Grita Jacob volteándose en su cama, sintiendo como Misha apagó la luz antes de marcharse.
Cuando se vio solo, Jacob regresó a su natural forma de ser, pensando que si realmente fue evidente que deseaba un beso de Thomas, el cual desde su parecer, lucia mas apuesto que nunca. Aun recordaba sus ojos verdes mirándole, y su rostro tan cerca del suyo, sin pensarlo emitió un suspiro que le hizo despertar de sus estúpidos pensamientos.