CONEXIONES

657 Words
“Valerio Nicolai” mostraba la pestaña del folder en la oficina del azabache al que Erina llamaba padre. —Es el tipo que me violó —explicó la rubia viendo la fotografía del chico dentro de la carpeta—. Parece que mi vida está más enredada que una bola de estambre luego de que un gato jugara con ella... Valerio es sobrino de Karina. El hombre azabache en el sofá suspiró mientras una sonrisa extraña delineaba sus labios, terminando en sacudirse un poco por esa risa que no logró contener. El destino era muy divertido, algunas veces. —Creí que te parecías a Karina —informó el hombre—, pero no pensé que en serio fuera tu madre. Aunque estaba seguro de que ellos eran mis nietos, son idénticos a Valerio. —Esto es como un ridículo drama —bufó la rubia, dejándose caer al lado del azabache de ojos negros—. ¿Ahora seremos una enorme familia feliz, señor Yamil? —No lo sé, señorita Eri —soltó el hombre, terminando en sonreír por el mini drama que estaban montando, y la joven sonrió burlonamente—, pero sería bastante lindo que así fuera, ¿no lo crees? —Karina dijo que Valerio no era un chico malo —recordó la rubia—, pero me cuesta mucho creerlo, porque al menos a mí me hizo cosas muy malas… Y, creo que, aun comprobando que es una buena persona, no lograré perdonarlo. —Todos cometemos errores —explicó Yamil con calma—, eso no define quienes somos, y lo sabes. Pero perdonar los errores de los otros sí lo hace. —Perdonar no es fácil —declaró Erina, inspirando hondamente. —No lo es —concedió Yamil—, pero es de valientes. De los que aman tanto que se atreven a confiar de nuevo en esos que nos hicieron daño sin querer. Él se disculpó contigo, eso significa que no tenía la intención de hacerte daño, igual que Karina. —Tú eres demasiado bueno, señor Yamil —inquirió la joven—. ¿Perdonarás a Valentina después de que no hizo nada por ayudarte cuando tan mal la estabas pasando? —Ella no podía hacer mucho —declaró Yamil algo que él sabía bien, por eso no le molestaba lo ocurrido—. Si Valentina hubiera peleado con su familia, todos hubiéramos salido perdiendo, pero, gracias a que ella estaba del lado de su familia, Valerio creció con uno de sus padres. —No sé si eres bueno o tonto —soltó la joven, riendo y haciendo reír a quien le escuchaba—, pero en la categoría de optimista definitivamente entras. —Voy a tomar eso como un halago —dijo el azabache y la chica sonrió un poco más, terminando por reír a carcajadas. —Lo dicho —dijo entre bufidos y el otro negó con la cabeza, sonriendo aún. * —¿En serio te casarás con Milagros? —preguntó Karina, entre confundida y enfadada. —Seguir esperándote no hará diferencia —declaró Einar algo que creía firmemente, rompiendo el corazón de alguien que ya no podía con otro golpe más—, y pensé que mi mejor amiga no podría ser una mala esposa. —Pues entonces felicidades —bufó la rubia, totalmente herida por dentro, aparentando ser fuerte sin lograr serlo de verdad. Aunque Einar le dolía mucho, Karina nunca había dejado de amarlo; y ahora que tenía algo para compartir con él había esperado que algo bueno pasara con ellos, pero, al parecer, era imposible. —¿Qué debo saber? —preguntó el azabache, evitando que la rubia dejara su oficina al tomarle de la mano—, ¿qué es lo que viniste a decir? —Nada —respondió Karina, jalando su mano con fuerza para deshacerse del agarre que la detenía y se fue llevándose la información de su mayor alegría consigo.
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