Capitulo 38

1742 Words
Camine por el pueblo agarrada del brazo de Cristina mientras ella contándome algo mientras yo repasaba en mi cabeza la lista de cosas que teníamos que contar, estaba demasiado nerviosa por no saber bien como iba a funcionar mis planes, tenían que funcionar o al menos las primeras partes de este. Había estado toda la noche leyendo sobre los coches similares a los que tenía el profesor, era un Audi, un coche alemán de gran alta gama, por lo que estropear este iba a ser demasiado complicado, los alemanes eran demasiado precisos a la hora de trabajar e intentaban hacer las cosas lo mejor posible, por lo que tenía una idea, echar azúcar al tanque de gasolina, era la mejor forma de que el coche no explotara pero que los filtros se estropearan y ralentizaran el motor pero sin tener peligro a que este explotara, no niego que no me importaría que tuviera uno o dos golpes pero es que no creo que fuera necesario, por suerte el azúcar se podía comprar en todas partes pero ¿Cuánto azúcar? Cuanto más azúcar todo era más dulce por lo que íbamos a echar los litros que el coche cogiera. —¿Qué estabas haciendo con Matt en el confesionario?—me pregunto Cristina y la mire. —Besarnos—. Cristina se rio. —Creo que Aiden le va matar—me dijo y la mire—A ver que no creo que le moleste que os beséis pero creo que como medio mundo te ve como la niña inocente que no se subiría a las pierna—explico y le mire. —Yo entiendo que no es normal que haga esas cosas pero es que últimamente siento que solo soy la que los demás quieren que sea, lo que mi madre diseña o lo que todos esperan de mi—explique y me miro. Nos paramos un segundo mientras los chicos entraban a una tienda para comprar polvos talco, pica pica y azúcar, de momento la idea era llenar toda su vida polvos pica pica para que no le sirviera nada, llenar su habitación de ratas y las de otros profesores para que no fuera cansoso, pero de eso se encararía Laura, estropear todos sus productos de higiene personal para que no oliera adecuadamente y así tuviera quejas, el pelo era también era algo que íbamos a joderle, no sabía si con tinte o con algún liquido que provocara que se le callera. —¿Sientes que no eres la dueña de tu vida?—me pregunto y le mire. —Algo así—explique y le mire—A ver se que mi vida es mía pero siempre me han organizado la vida, que comer, que beber, que pensar o incluso que vestir, de pequeña mi madre me organizaba la ropa por días de la semana, y no solo la que se ve—explique y me miro—Quiero poder decidir que hacer—añadí y la mire—Con Matt es como si todo eso no estuviera, y quizás es la persona con la que más control debería tener pero es como si no hubiera normas, como si el mundo entero se pudiera quemar que con él, nada me pasaría—. —Te entiendo—me dejo claro y la mire—No la parte en la que con Matt me siento que puedo hacer lo que quiera, se que puedo porque ese se suma a un bombardeo—dijo y la mire—Pero cuando te enamoras de la persona correcta es como que el mundo enterró no importa, esa persona hace que todo este bien—dejo claro y le mire—Además por conversaciones con Matt, se que quemaría el mundo por ti, creo que si tuviera que dejar que todos mueran para que tu vivas, lo harías, incluso solo para que sonrieras—. La mire demasiado sorprendida. ¿Quería Matt? Si, de una forma tan intensa que ni yo misma me lo podía explicar, era como si el mundo entero se me hubiera parado con él en mi vida y no fue hasta que le conocí, dios le había visto pasar mil veces cerca mío, le había visto cruzarse a mi lado, pero nunca le mire, era como si tuviera todo ante mi pero nunca lo mirara, eso me pasaba con Matt, siempre supe que estaba por ahí, pero nunca lo miraba, nunca miraba a nadie que no fuera alguien que se hubiera acercado a mi, necesitaba que la gente me hablara primero y no porque fuera tímida o me costaran las relaciones, más bien era porque no sabía si podía fiarme de la gente o de mi misma. Cuando vivía en Italia, no me costaba hacer amigos porque no me importaba lo que dijeran de mi o me importaba que vieran como era mi vida, de persona normal, porque todos los demás tenían la misma vida. Los dos éramos personas comunes con el mismo estilo de vida, no era condesa ni nada por el estilo, era normal pero cuando todo volvió a la normalidad, bueno a mi normalidad, era la condesa, rodeada de príncipes, marqueses y esas personas que podían juzgar mi vida, que podían juzgar las cosas que hacía porque ellas debían hacer lo mismo y lo hacían mejor. Era demasiado complicado. Pero quería con toda mi alma, ser como yo quería ser, descubrir como era mi personalidad, quería descubrirme, tenía muchas cosas claras, me gustaba el color amarillo, estudiar, leer, mis amigos, Matt, obviamente, me gustaba mucho los bailes, esos clásicos, no me gustaban las discotecas, odiaba tener que estudiar más de veinte asignaturas, había pensado en dejar alguna pero mi madre quería que tuviera asignaturas por si me decidía por derecho o medicina, pero no iba a decidir ninguna de las dos sino que me iba a ir por periodismo y relaciones internacionales, aparte de estudiar algo de protocolo en mis tiempos libres. —Deberías mandar todo a la mierda y hacer lo que quieras—me dejo claro Isabella y la mire. —Mi madre es quien paga las cosas, no puedo quedarme sin dinero mensual para libros o no se chocolate—le explique y no dijo nada, a la semana mi madre me daba unos doscientos euros para que los gastará en lo que me diera la gana, no solía gastarme todo el dinero por lo que tenía algo ahorrado pero de vez en cuando me compraba libros, y según el idioma los libros eran demasiado caros, la diferencia entre un libro en España o un libro Ingles, era demasiado diferente y era horrible que los gastos fueran horribles. —Bueno pues te lo pago yo—comento Cristina y la mire—No suelo gastar mi dinero semanal, nunca lo hago, todo me lo consigue Laura de forma gratis o quizás le podamos pedir que te consiga tus libros de forma gratuita por lo que creo que hay mil opciones, sin hablar de que mi madre amará si empiezo a arruinar la fortuna de mi abuela—dejo claro y la mire. —¿Se lleva mal con su madre?—le pregunte sorprendida. —No, es con su suegra—dejo claro y la mire—Mi abuela paterna que tiene bastante dinero y que le dejo una gran empresa a mi padre, es un grano en el culo, es una persona que siempre esta criticando a mi madre, creo que mi padre no podía tener mejor pareja que una diplomática pero como no es mi padre el centro de la relación mi abuela siempre esta criticando y molestando por lo que a los dos les gusta j***r con su dinero por lo que todo el dinero que mi abuela da al mes como ayuda a nuestra familia porque ve a mi madre como una mujer pobre que no consigue nada y se aprovecha de mi padre, nos lo da y siempre le pide más por molestar—. Me reí por su explicación, no porque se llevaran mal sino porque era demasiado gracioso que molestaran así a la mujer. —Bueno, nosotros para molestar a nuestra abuela solemos dejar al perro subirse al sofá—le conté haciendo que Cristina riera. —Va ser tan divertido ver como te cambiamos de angelito a adolescente normal—me dijo y la mire sorprendida—No es que no seas normal pero dejaras de ser tan santita—añadió haciendo que riera. —Tranquila lo he entendido, y no se si luego podrás con la irá de mi abuela—deje claro y me miro. —A tu abuela me encargo yo, creo que si le regalo una proposición de matrimonio y que su nieta se vaya ha hacer reina llega ¿no?—pregunto Matt acercándose y pasando su brazo por mi hombro—Sino te escapas a Dinamarca—. Le mire. —Hablando de Dinamarca, me tienes que ayudar a buscar una casa para ir a la universidad—le deje claro. Matt me miro. —No—dijo y le mire sorprendida—Vas a dormir en un palacete que tenemos cerca de la ciudad universitaria, vas a dormir en mi cama y conmigo—. Le mire nerviosa. —Pero dejemos de pensar en el futuro, pensemos en las bromas que eso me gusta mucho—dijo Matt haciendo que cambiáramos de tema. Suspiré por el cambio de tema pero en mi cabeza no paraba de dar vueltas esa idea, era demasiado intenso que ya estuviera pensando en que viviéramos juntos, o compartiéramos cama aunque eso iba a ser complicado porque debía hacer el servicio militar, se que Aiden lo debía hacer también, yo no porque era chica y en mi país eso no era obligatorio que las mujeres lo hiciéramos, era opcional para nosotras porque para los hombres era obligatorio pero yo estaba en contra de las armas por lo que aunque me fuese obligatorio, no lo haría, algo me inventaría. Pero me impresionaba como que todos a mi alrededor se conocieran tan bien y supieran que hacer con sus vidas, cuando casarse o cuando ir a vivir juntos mientras que yo estaba comenzando a romper normas ¿Es en algún momento tarde para ser adolescente? ¿Para decir que no? ¿Para descubrirse? ¿Para mandar todo a la mierda y que tu familia te dejara en paz?
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