SEDUCCIÓN

1513 Words
CAPÍTULO 6 SEDUCCIÓN ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ Llevaba seis semanas en este infierno y aún no poseía información importante sobre el destino que había seguido a mi hermana en este lugar, debía bailar sobre aquel tubo de aluminio cada noche para saciar el deseo morboso de aquellos pervertidos millonarios en Italia, esperando que alguno de ellos ofreciera más de lo que esperaba el nuevo encargado de FUEGO por mi cuerpo, un hombre joven a quien el jefe le tenía mucha confianza su nombre era Giovanni Grecco, según he escuchado es tan desconfiado como su patrón el cual parecía haberle ordenado observarme muy de cerca. La frustración empezaba a apoderarse de mi cuerpo, el no saber qué había sucedido con la vida de Sofía me estresaba porque aunque estuviera en este maldito lugar donde seguramente algún día estuvo ella veía lejos la obtención de información siempre y cuando siguiera siendo una simple bailarina. La zona VIP estaba prohibida para nosotras y siempre estaba custodiada por aquellos guardaespaldas, la puerta de la oficina del encargado del local tenía una llave electrónica que solo poseía Giovanni. Necesitaba un plan B para acercarme a toda la información que debía sustraer de aquel lugar, mi cabeza trabajaba con rapidez intentando idear el mejor escenario para obtener todas las respuestas que deseaba encontrar desde el día que tuve conciencia de la desaparición de Sofía, rogaba en silencio por haber llegado a tiempo y se encuentre con vida en algún lugar. Aquella noche habían escogido un traje mucho más provocativo y asqueroso para mí uso, el nuevo administrador decidió colocar dos presentaciones cada noche, porque según las malas lenguas me había convertido en una de las favoritas de los hombres que visitaban FUEGO. Salí a mi segunda función de la noche encontrándome con las miradas morbosas de aquellos hombres, desconectaba mi mente por los minutos que durará la función, obviaba las palabras morbosas que gritaban mientras mi cuerpo se movía sobre aquel frío tubo, en medio de la oscuridad que acompañaban las luces de colores pude ver el reflejo de Massimo Santoro, quien reposaba con uno de sus trajes oscuros desde una de las mesas principales de la zona VIP, su mirada cautivadora e intimidante recorría mi cuerpo mientras danzaba sensualmente al ritmo de una música erótica, en ese preciso momento me di cuenta que esa era mi mejor oportunidad para obtener más de lo que deseaba encontrar, quizás sea otra de mis locas ideas pero en ese momento era lo único viable hacia mi objetivo. Empecé a moverme con mucho más morbo, el ritmo de mis caderas eran cada vez más exóticos, sin quitar mi mirada sensual de aquel enigmático hombre que parecía tan frío como el hielo, mojaba sus labios con el whisky mientras observaba cada uno de mis movimientos. Culmine mi presentación desatando aplausos deseosos, dirigiéndome hacia el camerino donde 125 me esperaba junto a otra de las chicas que se había convertido en una amiga ella era 189, una hermosa venezolana que llevaba más de un año en este sucio lugar, había dejado atrás sus sueños en busca de una oportunidad de ayudar a su familia tras la dura situación de su país cayendo en la trampa de aquel hombre que la contacto por r************* ofreciéndole un empleo en Europa, lo último que recuerda es su llegada al aeropuerto de Madrid España, era una de las personas más dulces que había conocido en mi vida y en estas seis semanas podría decir que junto a 125 se había convertido en una gran amiga. —¿Le estabas coqueteando al jefe? —pregunto 189 con una de sus cejas arqueadas. —¿Qué dices? Por supuesto que no —dije pícaramente. —Él jamás nos mira de esa forma, solo somos mercancía que le genera dinero. Llevo tres años aquí y nunca se ha fijado en una de las chicas. —Siempre hay una primera vez amiga —dije arreglando mi cabello frente al espejo —. ¿Acaso no llame su atención? —No dejaba de mirarte —repetía eufórica la venezolana. Monik, la rubia que nos supervisaba entró mirándonos con aquel desprecio que solía usar ante nuestra presencia. —Ustedes dos vayan a prepararse para su función —dirigiéndose a mis compañeras —. El jefe te espera en la zona VIP —Tomando una servilleta y despintando mis labios rojos —. Odia las mujeres con exceso de maquillaje, cuidado niña, podrías ahogarte con tu propia sangre, no tienes idea de lo que significa llamar la atención de los jefes de este negocio. —¿A que te refieres? —Después que entras en aguas oscuras, difícilmente podrás salir. Ve, corre no le gusta esperar. Camine por el pasillo pensando en las palabras de Monik., hasta que me acerque lentamente a la mesa donde se encontraba Massimo, quien degustaba una ensalada verde acompañada de una pechuga de pollo. —Siéntate —dijo sin mirarme. Me senté en silencio, tratando de ser prudente. —Bailas muy bien, por esa razón fuiste merecedora de tener dos funciones cada noche. Pareces disfrutar lo que haces. —Supongo que eso también le parece sospechoso —dije en forma directa. El subió su mirada, evaluándome detenidamente de arriba abajo. —Esperaba una respuesta más inteligente —dejando los utensilios de comida a un lado mientras limpiaba con una servilleta sus labios. Eres joven supongo que no puede esperarse mucho de ti. —Soy una mujer más inteligente de lo que usted puede imaginar, el echo de que responda lo que desea escuchar en silencio me hace más interesante o ¿no? —Te equivocas, no uso mi mercancía para beneficio propio, sigues siendo una persona de interés para mi por razones muy distintas a la que está recorriendo tu mente. —¿Puedo saber que hago aquí? —Este fin de semana tendrás trabajo fuera del club, lograste llamar la atención de muchas personas esta noche y alguien ofreció una cantidad importante por tus servicios durante todo el fin de semana, me aseguro de que no intentes clavar unas tijeras en su cuello. —¿Es todo señor? —Lleva ropa de playa, tu visita será en un yate. —Con permiso. —No he dicho que puedas retirarte. Volví a sentarme en silencio en aquella mesa , con la mente perdida en el fin de semana ¿Cuál de aquellos hombres sería mi primer cliente? Respiraba profundo mientras nublaba mis pensamientos, mi plan definitivamente había fallado y 125 tenía razón cuando decía que aquel hombre jamás nos miraba de otra forma que no fuera negocio. —Puedes retirarte, no sin antes recoger la mesa —ordeno. Era tan humillante, sentir que cada día que pasaba mi plan se desmoronaba frente a mis ojos, definitivamente nada estaba saliendo como lo había planeado y ahora que estaba en este lugar me sentía más lejos de la verdad sobre Sofía, más lejos de mi sueño de escribir un libro diferente, simplemente me estaba convirtiendo en una prostituta como seguramente lo había sido mi hermana años atrás ¿Cómo se habrá sentido con su primer cliente? Recogí la mesa sin nombrar palabra alguna. —Pareces empezar actuar de forma normal —Dijo aquel hombre quien se encontraba frente a mi. —Supongo que aunque odie mi vida y disfrute el baile porque me hace desconectarme del mundo, no es raro que sienta asco de pensar que tendré sexo con un desconocido. —¿Eres una mujer sexualmente activa? —pregunto encendiendo un cigarrillo. —¿Mi trabajo incluye hablar de temas personales? Él sonrió de forma prepotente ante mi comentario . —No, es bueno que lo recuerdes, porque estoy seguro que en poco tiempo perderás la cuenta de cuantos hombres pasan por tu cama. —¿Puedo retirarme? —caminando hacia la salida. Sintiendo su fuerte mano en mi brazo. —Algo en ti no me gusta —hablando en mi oído —. Más te vale no ser un maldito topo porque me encargaré de enviarte en trocitos hasta la puerta de tu casa. —Puede seguir desconfiando de mi —direccionando mis labios cerca de los suyos —. No he hecho nada malo y aun así alguien me secuestro y me trajo a este lugar ¿quiere saber si estoy a gusto? No , perdí todo lo que no era pero podía ser en libertad y ahora debo bailar frente a morbosos millonarios y ahora he subido de nivel y tendré que meter el p*ene de un desconocido dentro de mi por un dinero que terminara en su cuenta, claro que estoy molesta. —Lo superaras, ve a descansar —Tomando mi brazo nuevamente cuando intentaba escapar. —No vuelvas a intentar seducirme, no eres mi tipo. —Créame usted tampoco es mi tipo, me gustan jóvenes y apuestos. El sonrió irónicamente soltando mi brazo para dejarme ir. Baje bastante decepcionada de mi plan, de mi vida, de mi misma por no lograr conseguir ni una pista sobre Sofía.
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