La Prostituta

"Nunca renuncies a tus sueños."  Ella se abocó a cumplir sus metas, pero no se dio cuenta que con ello renunciaba a su vida, a sus padres, a su felicidad y mucho peor, a su virginidad. Adentrándose en un mundo, de dolor, drogas, prostitución, maltrato ¿y amor? Eso lo veremos. Miranda y Alex te harán saber que no todo lo que parece es la realidad, y que en la vida, todo puede cambiar. Quédate y conocerás lo que el amor, ambición, dolor, y el pasado pueden llegar a lograr ~Está novela es absolutamente mía, no se aceptan adaptaciones, ni plagios. ~Contiene escenas +18, violaciones, tráfico de personas, narcotráfico y palabras fuertes, si lees es bajo tu responsabilidad. Cabe destacar que para nada estoy a favor de las cosas malas que se verán, más bien recalco que ninguna de esas cosas llevan a ningún lugar más que a perderlo todo.  ~Sin más preámbulos disfruta de la lectura, deja tu huella con un comentario, gracias por su atención. Bienvenid@ seas, besos.                     Narra Alex Miranda Lenova. Edad: 16 Virgen: Sí  Estatura: 1,64. Color de piel: Blanca. Color de ojos: Verdes. Color de cabello: Rojo. Metas: Ser modelo. Número de registro: 1389. ¿Cómo llegó aquí?: Campaña de modelaje, gira mundial. Valor: Mucho. -Se ve un muy buen historial por su virginidad podríamos cobrar el triple. -Y si tenemos suerte alguien la compra y se la lleva -Yo la entrenare. -No te encapriches con esa mocosa, no quiero que pase lo mismo que con Ally. -Ya olvidalo, no pasará, quiero entrenarla nada más, no me gustan las pelirrojas.- Digo riendo al escuchar tal estupidez. Soy Alexander, mejor llamado Alex, Rey del narcotráfico y tráfico de mujeres y su prostitución, hice un viaje hace poco a Colombia, sólo de placer. Y hubo una chica que llamó mucho mi atención, iba saliendo con sus amigas de la secundaria, dije bingo de aquí no me voy sólo. Averigue lo que le gustaba, soy un experto engañando, dije que la llevaría por todo el mundo, que la entrenaría como modelo profesional, que sería una estrella y ganaría mucho dinero. Sus padres son humildes, y aceptaron porque no pudieron negarse ante su carita de alegría. Miranda será entrenada pero no precisamente como modelo, ganará mucho dinero, pero todo irá a mis bolsillo, ella ahora será la prostituta. Alex: Hola pequeñita, ¿te gusta tu nuevo cuarto? Por hoy no perderás tu virginidad, quizá mañana si.- las lágrimas corrían por sus mejillas, había sido tratada como un animal, si no obedecía la abofeteaban, o jalaban su cabello, unos hombres la habían tocado y dicho cosas obscenas, era tan frágil y delicada ante brutos enfermos.- -Miranda: Señor ¿por qué? Yo no les hice nada, por favor déjeme ir, se lo suplico. -Alex: Claro que te dejaré ir, cuando te compren podrás irte. Ya duermete mocosa estúpida, te esperan grandes trabajos.-  Miles de chicas, con la misma cara asustada llena de lágrimas, basuras inservibles, al menos esta servía para algo, para valer más por ser virgen, se ve como una mojigata una niña de bien, alguien que no rompe ni un plato, pero en cambio todas sus ilusiones son rotas, sus ideales son olvidados, comienza a ser una muñeca rota con el tiempo, en eso es lo que se convertirá, las otras chicas la pisotearan, y por ser virgen, la cuidaré ningún cliente la querría rasguñada o golpeada. La observo dormir, ¿Cómo puede dormir en semejante situación?   Respira y un mechón de cabello rojo le queda en la cara, con suavidad para no molestarla lo quito, y simplemente la admiro hace mucho tiempo no vi tanta pureza y paz dentro de alguien que me sorprende, pero de inmediato aparto ideas estúpidas y voy a follarme a una de las chicas nuevas. Miranda ¿Acaso la vida puede ser peor? Se supone que debería estar modelando en grandes pasarelas, pero no, estoy en un bar, de mala muerte, con muchos tipos asquerosos viéndome. Ese señor, en realidad muchacho, que me trajo aquí, es tan bonito, sus ojos azules, su nariz perfilada, esa barba que decora su cara, siempre he dicho que los hombres con barba son más atractivos, y es cabello castaño, oh Dios, es algo difícil de describir, tan bello por fuera, pero por dentro es malo, muy malo, tal y como es el caso de las manzanas podridas, muestran una carátula hermosa, pero por dentro solo les acompaña, la fealdad. Pero yo, como prometí una vez a mi padre "jamás tomaré el camino del mal, porque el bien habita en mi, y la luz y las tinieblas no pueden estar juntas" promesa que aún seguía en pie, presente y nunca ausente de mi. -Hola Miranda- oh, hablando del rey de Roma aquí se asoma. -Hola- Respondí odiosamente. -No empezarás a trabajar hoy, si te comportas bien claro- Tomo un mechón de mi cabello, y lo escondió atrás de mi oreja.  -Realmente eres linda.- Culminó y al darse cuenta lo que dijo, se enfureció, su cara se puso seria. Yo asentí, y le di un beso en la mejilla, no porque quería, por supuesto que no, si algo era es astuta, y si yo me ganaba al tal ¿Alex? Alias manzana podrida entonces yo podría convencerlo de dejar de ser malo y pum todo volvería a la normalidad.  -Gracias señor- Pude notar la confusión en sus ojos, la consternación. El quería abrazarme, pero no lo hacía. Y eso era una buena señal, Miranda 1, Alex 0. "Si no puedes con el enemigo unetele." Claro que me le uniré, y saldré ilesa de aquí, aún me pregunto que rayos hago aquí, es decir, yo jamás me he interesado en chicos, siempre he querido estudiar y aunque mi sueños son ser modelo, lo mantenía guardado o sepultado, pero cuando me presentaron semejante oportunidad simplemente no lo pude resistir, y la verdad me arrepentiré la vida entera por la decisión que tomé. Sin embargo, ya que la tomé lucharía por devolverme a mis padres, y terminar mi secundaria, estoy en el último año, seguidamente iré a la universidad, aunque aún no he pensado que es lo que quiero ser de grande, pero en fin, todo lo que me proponga lo lograré y seré exitosa y nada ni nadie podrá arruinarlo. Sacándome de mis pensamientos poéticos e inspiradores un portazo me dejó desconcertada, Alex se había ido, tal vez fue porque me quedé mirando al vacío, ahs, pues mejor así, así podré descansar otro poco más.  Han pasado varios días espantosos en este lugar, he visto a muchísimas mujeres, llorando, pidiendo clemencia, otras disfrutando lo que hacen, y he comenzado a ver la realidad, mi realidad y desde está perspectiva, me imagino una vida como esclava s****l, las veo y me veo a mi misma, engañadas, otras asustadas, confundidas, desconsoladas y tristes. El señor Alex me dijo que por ahora no empezaría, así que tengo que limpiar los baños, y las habitaciones. Cosa que realmente me alivia, porque no puedo imaginar ese tipo de cosas yo jamás seré eso, yo voy a ser una gran mujer y llegaré virgen al matrimonio. Sin querer, por andar pensando en matrimonio, vestidos y cortejo, roce con una chica, le pedí disculpas, pero ella empezó a gritar como loca, decía cosas como: retrasada, estúpida, ve por donde caminas imbécil. Yo me puse pálida, no sabía que hacer, cuando vi que su mano venía hacia mi, sentí una bofetada pero no en mi mejilla, había sido Alex, le había dado un bofetón que creo que nunca olvidará, me tomó del brazo y me llevó con él, sentí la mirada rabiosa de todas las chicas, excepto una, ella me sonrió, luego la conoceré. -No tienes ni un día aquí y ya enfureces a alguien. -Le prometo, que sólo me tropecé con ella, traté de disculparme, pero enloqueció. -Miranda, ¿tu cabello es teñido? -No señor, totalmente natural. -Es muy bonito, al igual que tú. -¿Le parezco bonita?- sentí el rubor subir en mis mejillas -Hermosa, en realidad. -Gracias- dije y besé su mejilla. Pero el volteó mi cara y me besó en la boca, yo no sabía besar, sólo trataba de seguirlo, sentía mariposas volar, un cosquilleo indescriptible, el me tomó de la cintura y metió su lengua en mi cavidad bucal, no sabía lo que hacía pero me gustaba y mucho, me abrazó a él, y por falta de respiración nos separamos. Yo le miré con ternura y me recoste en su pecho. -Eres mía y nadie va a tocarte, sólo yo. ¿Entendido? -Si señor.- dije con picardía y una sonrisa que no cabía en mi rostro. ¿Así se sentía el amor?  La verdad no lo sé, pero se sentía bien, estar entre sus brazos, oírlo decir que soy suya y que nadie me tocará me dan esperanzas a que saldré de este lugar volveré a mi hogar, y tal vez yo llegue a enamorarme perdidamente de Alex y el de mi, y nos casemos y tengamos una vida perfecta, muchas veces les pregunté a mis amigas Cómo me describirían ellas siempre decían que yo era risueña, que imaginaba mil cosas de solo una cosa, y eso era verdad, me gustaba pensar que todo estaría bien, que las puertas se estaban abriendo y que yo no tendría que ser prostituta ni nada de eso, la felicidad al imaginarlo me carcomía y me llenaba de paz, paz que al lado de Alex se convertía en amor, a caso estoy enferma, ¿amor? Al hombre que me trajo aquí y me apartó de mis padres, si, porque el amor ama sin condiciones.  Luego de estar imaginando un futuro juntos y una casa junto a la playa, el sin aviso alguno tomó mi cintura, y me pegó a él, y empezó una guerra de miradas, ambos nos deseábamos, o eso creía yo que significaba el cosquilleo y los fluidos en mi parte baja podía sentir su erección en mi vientre, yo suspiraba, y trataba de besarlo más y más. El se veía fuera de sí, me agarraba fuerte los senos, besaba mi cuello, me poseía, succionaba y dejaba pequeños moretones en mi cuello y senos, gemía de placer, y cuando iba a acabar. - Mirandaaaaaa.- escuche gritar a Alex, oh, todo fue un sueño, como puedo yo andar soñando esas cosas, Dios santísimo. -Miranda, yuju. -Hola cielo- dije besando sus labios. Sentí estremecer su cuerpo, y me abrazó, envolviendome en sus fuertes brazos, me sentía tan protegida era como un demonio disfrazado de ángel. -Eres como la sirenita, bellísima, con tu cabello rojo, tus ojos verdes penetrantes, tu dulce voz y tu actitud inocente. Pero hay algo mal, has perdido tu cola por unas piernas. -¿Qué significa todo esto? -Que eras feliz en tu mar, en tu vida, pero por tu sueño perdiste ese mundo. -¿Lo perdí o tu me lo quitaste? El no habló, sólo guardo silencio, me besó como si no hubiese mañana, como si la vida dependiera de ello, tomó mi trasero y enrrollé mis piernas en él, Dios, se sentía tan bien, esto era otro mundo. Hasta que tocaron la puerta interrumpiendonos. -Mierda- exclamó él, tapándose la erección. Me dio un beso en la mejilla, y me cubrió, abrió la puerta y entró aquél señor que vi el primer día, tan sólo su presencia me producía asco y miedo. Habló con voz contundente -Han venido a verla, ofrecen muy buen precio.- Mis ojos engrandecieron, quería enconderme, y abrazar a Alex. Alex respondió -Vamos a ver si me convence- me guiño un ojo, como para que supiera que nada iba a pasar. -Vaya, que bonita es, me la llevó, ésta pierde la inocencia hoy. -Cuánto ofreces? -150.000$. -Es muy poco, así que no.- respondió Alex sonriente. El gordo feo lo miró furioso, y el hombre que quería comprarme también, salieron disparados, y Alex me besó, y repitió una vez más: -Eres mía, y nadie te quitará de mi lado. -¿Con que te gusta está perra? Sentí que alguien jalaba fuertemente mis cabellos. El señor halaba mi cabello, me estaba lastimando mucho. Alex corrió a mi rescate, y el lo detuvo. -Alejate de ella, o se acabará nuestro trato. -No me importa nada, ya sueltala infeliz. Me tomó del brazo, y me sacó de ahí, se veía la furia en sus ojos. Yo estaba feliz, Alex me salvó, y quería abrazarlo estar con el, íntimamente entregarme a el como muestra de mi amor y devoción hacía él. Y de repente el dijo las palabras más horribles que una vez escuché: -He hecho tanto por ti zorra, y tu no me has abierto las piernas.-  Yo lloraba desconsoladamente, simplemente no podía creer que esto estaba pasando mi cabeza dolía, no podía contra el, luché, lo juro, pero su fuerza me controlaba, y me amarró las manos con una cuerda y los pies en cada lado de la cama sabia que mi final estaba cerca Me tomó tan fuerte, que la cama casi se rompe por su dureza, quitó mi ropa salvajemente, y se introdujo en mi, desgarrandome por dentro, rompiendo mis sueños, mis ideales, mi inocencia, rompiendo mi sonrisa, mi vida, lo que un día quise, sólo me sentí vacía, sola, usada y una perfecta descripción para mi era rota. Se movía como un salvaje, su m*****o era descomunal traspasaba mi cuerpo que sangraba, y ardía, lo sentía hasta mi vientre, mis paredes vaginales eran estiradas y maltratadas sin compasión, y eso, eso me estaba desgarrando hasta las entrañas. Lo vi acabar, y cayó en mis pechos. Y yo ya no estaba llorando, ya no sentía nada, ni tristeza, ni dolor. Sólo un vacío en mi, una nostalgia increíble. Y la palabra que una vez me caracterizó se eliminó de mi vida, y tal vez para siempre yo jamás volvería a ser risueña, yo no podría no con este maldito dolor en el pecho que me rompía el alma. El me miró, sabía y sentía su culpabilidad. Sólo se paró y me dejó tendida ahí como una basura, realmente así me sentía. Una chica entró en mi cuarto me cubri, y ella me miró no dijo nada sólo me abrazó fuerte, y dijo: yo sentí lo mismo, él lo hizo conmigo también.- Las dos lloramos, y recordé que fue la misma que me sonrió la otra vez. -¿Cómo te llamas?- le dije amablemente. -Ally ¿y tú? -Miranda, un gusto conocerte, gracias por apoyarme. -El gusto es mío ¿te sientes mejor? -Si, muchas gracias. Ahora cuéntame, ¿Alex te violó? -No. El me enamoró y le entregué mi virginidad, luego me dejó de hablar y me trataba horrible, me vendió muchas veces. -Explícame cómo funciona esto Ally. -Vienen muchos clientes, algunos te sacan de aquí, y otros se acuestan contigo aquí mismo. Si eres virgen cuestas el triple, por cada actividad extra, pagan más, como el sexo oral, anal, o sadomasoquismo, mi boca estaba desencajaba ante tal información, y mi mayor temor es que yo tuviera que hacer todo eso, mi corazón se comprimia, y adolorida y sin poderme moverme bien, limpie una lágrima que reabalaba por su cara, y con todo el dolor del mundo le pregunté: -¿tu has hecho todo eso?-  -Si.- Dijo cabizbaja, y muchas lágrimas se derramaron, mi vida no podía terminar así, no me rendiria y haría que ese maldito se me arrodillara pidiéndome perdón.  La abracé, y susurre en su oído: -Todo estará bien. Decía yo, cuando mi corazón era el más destrozado del mundo. ¿Todo estaría bien? No lo creo, pero de verdad lo espero. Y antes cerrar mis ojos recordé sus mentiras y patrañas "eres mía, nadie te tocará" jamás volverás a tocarme mal nacido. Ally y yo hemos estado juntas todos éstos días, se ha convertido en mi mejor amiga, pero algo en ella no encajaba, y es que cada vez que tiene que trabajar, ella vuelve con una sonrisa como si le gustara hacerlo, pero tal vez ella no sea una pesimista como yo y le ve el lado bueno a la vida. De Alex no he sabido nada, tengo días sin verlo, él me produce asco infinito, pero muy dentro de mi, sé que le amo más que a nadie, y eso me hace odiarme, pero aquél estúpido sentimiento no quita la sed de venganza que se produce en mi cada vez que recuerdo lo que hizo. -Hola Miranda.- Dijo el viejo pervertido, sacándome de mis pensamientos me estremecí ante su presencia, su cercanía me producía terror, asco, repugnancia.  -No te asustes pequeña, que hoy te haré mujer.- dijo acercándose a mi, ¿acaso Alex no le dijo?, estaba tan cerca que mi piel se puso rígida. Empezó a manosearme, las lágrimas se hicieron notar enseguida, empecé a gritar, a pegarle, a dar patadas, el me tomó tan fuerte que casi me rompe los huesos, me abofeteo duramente, varias veces mi labio y mi nariz empezaron a sangar, perdí las fuerzas y caí tendida en el suelo. Vi a Ally entrar, le pedí ayuda a gritos, podía golpearle y ayudarme, pero en cambio me miró y sonrió, como si disfrutara de aquello, la misma sonrisa que tenia al salir de trabajar, y lo supe yo nunca volvería a confiar en nadie, mi pecho se oprimía solo quería que el desapareciera, y yo quedara libre. Lloré a más no poder, cuando el quitaba mi ropa, ya no tenía fuerzas de luchar, y vi a Alex entrar. En mi mente pensé que el disfrutaría también de mi sufrimiento. Pero el sacó una pistola y le disparó, el cayó encima de mi, y yo quedé en shock, el me cubrió con una manta, me besó la frente, y me llevó con él cargada. Todas las chicas me veían sorprendidas, otras estaban horrorizadas, y Ally moría de envidia lo notaba en sus ojos. ¿Qué escondía ella? ¿por qué Alex me había salvado?. El dicho "no confíes en nadie, ni en tu sombra, porque en la oscuridad te abandona" resonaba en mi cabeza una y otra vez. Mi violador se convirtió en mi salvador y eso era algo extraño y sospechoso, qué diablos querría este tipo conmigo, yo no quería saber nada de él, y a la vez en sus brazos me sentía protegida, y cautivada por su olor, agradecida a su vez porque me ayudó, y bueno sea cual sean sus intenciones me favoreció que no me tocora o me hiciese más daño el estúpido viejo. Abrí mis ojos lentamente, y brinque del susto, no sabía dónde estaba hasta que una ola de paz y a la vez preocupación inundó mi mente al ver a Alex a mi lado, su torso estaba descubierto, respiraba profundamente. Cómo alguien que te hizo tanto daño puede dormir con tranquilidad, debo decir que le doy gracias por haberme salvado de ese repugnate hombre, pero su vez lo miro y veo al monstruo que me daño, e hirió, que pisoteo mi vida, sueños y esperanzas. -Hola- dijo sacandome de mis pensamientos.- ¿en qué piensas? -En ti.- respondí sin pensar, con mi mayor sinceridad. -Perdóname Miranda. Perdóname por ser tan estúpido, hijo de pu#@, malo, idiota, perdóname por hacerte daño, mi pasado es difícil, y desde hace mucho tiempo no me permito querer ni ser querido, no me encariño con nadie, y este sentimiento es nuevo para mi, el haberte herido de esa manera me transtorta me hace ser la peor escoria, basura y malacido de todo el puto mundo, pero hoy voy a hacer que olvides ese día- dijo sonriendo y me tomó en sus brazos, envolviendome en su pecho, dio pequeños besos, desde la comisura de mis labios, iba bajando por mi cuello, besó delicadamente mis pechos y los palpaba como si de un algodón de azúcar se tratase, besó mis labios y fue quitandome la ropa poco a poco, admirando mi cuerpo, viéndome directo a los ojos, le amaba, sinceramente lo hacía, y me reprochaba aquello, y el miedo me invadía, ¿de verdad quería esto? Sentirlo de nuevo, pero como siempre me ganó lo confianzuda, y yo cedí ante el, porque el se había quedado quieto mirándome pidiéndome permiso para seguir, pues su mirada me decía que estaba arrepentido de lo que acaba de hacer, pero no se imaginaba que lo anhelaba dentro de mi, esta vez yo totalmente lubricada y entregada.  Se introdujo en mi delicadamente, cada embestida, era símbolo de una unión, llena de amor y pasión. No era sexo, era pasión de amor, entrega, dejamos de ser dos para ser solo uno, con espasmos, y sintiendo que se sumergía hasta lo más profundo de mi ser, llegué a un maravilloso orgasmo y Alex no tardó en acompañarme ya que dio su última estocada hasta el fondo y sentí llenarme completamente, que mis fluidos y su semen se mezclaban entre sí y se escurrían por mis piernas temblorosas, esta había sido la mejor experiencia de mi vida. Mi catástrofe se había vuelto mi calma y mi paz, los dos acabamos juntos, el beso mi frente y le susurre un "te amo" que fue agradable a sus oídos, nos arropamos y así fuimos a bañar los dos juntos, parecíamos dos niños jugando con la espuma y besándonos demasiado. Y de repente por mi mente pasó Ally, ¿por qué no me ayudó?  Le pregunté a Alex. -Alex, cielo. ¿qué sabes de Ally? Pude ver sus músculos tensarse. -Es una larga historia pequeña. Y supe que mi sospecha fue verdad Ally, es una gran perra, que arderá en el infierno.  -Ally, era como tú, o eso hacía creer a los demás. La quería, me cautivó, era tan simple, la protegía de todo el mundo, ella quedó embarazada con asco y reproche dijo que abortaria, sin importar nada, por supuesto no acepte, la obligue a tener a nuestra hija, ella me demostró cómo era realmente en esos meses, cruel y frívola. Cuando fue a dar a luz, se la quiso dar de lista y dar a la bebé en adopción fui más rápido y se la quité. Ese es mi trato con el señor que intento violarte, por cierto se llama Carlos. El cuida a mi hija, sabes que en este negocio no se puede tener familia, mucha envidia y los pago de cuentas se van siempre a lo que más quieres. Mi hija se llama Sabrina, es preciosisima, te la presentaré, le diré que eres su madre.- Esbozó una sonrisa al culminar. No esperaba tanto la verdad me sorprendió todo esto, ahora lo entiendo, ella me odia porque el me quiere, es tan mala. -Claro que sí cielo- respondí emocionada.