cercanía peligrosa con él

2147 Words
Jhon se queda pensativo antes la historia de la Lucila, si lo miraba bien, la historia era muy parecida a la suya. Solo que Bass no estaba al tanto de que él seguía con vida, era su ventana. —Esos hombres vinieron e hicieron muchos destrozos en el pueblo, mucha gente inocente murió, desde entonces son muy recelosos con los forasteros. —Lo lamento—la justicia no era para nada ejercida en esos pueblos, todos los bandoleros hacían lo que querían, Jhon tensa la mandíbula —. Me iré en cuanto ya deje de sangre mi herida. Lucila lo mira con un deje de tristeza, pero luego asiente y sonríe. —Preparare algo para comer, será mejor que descanse un poco si de verdad desea recuperar las fuerzas, señor Jhon. Él la ve alejarse y perder en un corredor, Jhon sabía que tenía que salir de ese pueblo lo antes posible. […] El caballo corría con todas sus fuerzas, su jinete azotaba la parte de atrás de su cuerpo con un látigo para que corriera y llegara a su destino pronto. Mostrando sus dientes amarillentos, y la cara curtida, aquel sujeto sonríe al ver el humo sobresalir de un montón de escombros hechos nada. Cuando se va a acercando empieza a bajar la velocidad del caballo. A poca distancia de la destrucción desmonta el animal y camina con cuidado por los alrededores de la casa en ruinas. —No quedo nada aquí —escupe saliva negra que salpica en la tierra —. Los coyotes o lobos terminaron por hacer el trabajo con las sobras. Se fija de que no quedaba nada con vida en ese lugar, aquel era un peón de Charles que fue enviado para confirmar que no quedara nadie con vida. La familia Garret tenía que desaparecer por completo. —El jefe estará muy contento —se ríe para volver a montar el caballo. Obliga al caballo a avanzar hacia el enorme establo de la familia, y ve todo aquel rebaño de animales que ahora le pertenecían a su jefe. —Bien animalitos, ahora tienen un nuevo patrón. A Charles le complacerá recibir muchos dólares de plata por todo este rebaño. […] Después de comer la primera comida luego de un par de días casi al punto de morir, Jhon vuelve a la cama debido a las indicaciones de Lucila. Ella se empeñaba en que mantuviera reposo para que se mejorara. La verdad es que, si estaba agotado, y tenía alta fiebre, lo mejor era dormir eso lo ayudaría a salir más rápido de ese pueblo. Sin embargo, cada vez que lo hacía soñaba con su esposa, con su hija y su hogar y no le agradaba tener que pasar por ese proceso todo el tiempo. Lucila observa de lejos a Jhon que intentaba quedarse dormido, ella percibe que él estaba ocultando algo muy importante de su vida. Pero ella no era nadie para indagar en su privacidad, sin embargo, Logan no se quedaría tan tranquilo con la presencia de ese hombre en Lone Pine. Sale al exterior para alimentar a los animales antes de que la noche cayera, debía asegurarlos ya que los lobos o los coyotes siempre estaban al asecho. […] La noche llego muy rápido al pueblo, Lucila se prepara para encender todas las lámparas cuando recibe la visita del padre Sam. —Lucila. —Padre, ¿Qué lo trae por aquí? —responde mientras enciende un farol en el pórtico. — No has ido a la misa de esta noche —ella niega. —No puedo dejar a ese hombre solo, su herida se ha abierto varias veces, y el sheriff también ha estado por aquí queriendo que se marche, sabe lo que pasara si él se va en esas condiciones padre. —Rezare por ese pobre hombre, ¿al menos ya sabes de dónde viene? La joven toma asiento y el cura hace lo propio, la observa y ella solo puede ver las escasas luces del pueblo. —No sé nada de él, es muy reservado, solo quiere mejorarse para irse de aquí. —Eso me parece bien, no puede quedarse, la última vez que acogimos a alguien hubo muchos funerales. —Si, por supuesto. Pero ella no comprendía porque la idea de que Jhon se fuera del pueblo le causaba pesar, Lucila baja la mirada para ver sus botas sucias por el estiércol y barro del establo. —No creo que sea un bandido, padre. —No puedes fiarte, eres muy ingenua muchacha —el cura se pone en pie coloca una mano en su hombro —. No cometas el mismo error de tu padre, debes ser más fuerte que él, ¿lo entiendes? Ella asiente y recuerda a su pobre padre, le causaba tanto afligimiento recordarlo. No obstante, ella no podía dejar de ser como era, aunque eso la pusiera en riesgo. —Ya debo irme, espero que todo sea mejor para mañana. —Adiós, padre. Lucila se inclina en la mecedora y contempla las estrellas, era una buena noche. En eso se le viene a la mente el rostro de Jhon que la hace respingar. ¿Por qué lo pensó en ese momento? Frunce el ceño y mira por encima de su hombro para ver al interior de la casa. Se pone en pie y se adentra, se encamina hasta la habitación de Jhon y lo encuentra dormido, pero balbuceaba, también sudaba mucho, rápidamente moja un pedazo de tela en agua para deslizarlo por la frente de él. Se movía de un lado para otro, estaba teniendo una pesadilla, de eso no tenía dudas. —Señor Jhon—susurra para que pudiera despertar, pero él no reaccionaba —. Jhon, despierta —coloca la mano en su pecho desnudo y al sentir el contacto de su piel ella se estremece. Jhon podía escuchar esa dulce voz en medio de aquel estruendo, el sonido de las llamas consumiendo todo, el grito desesperado de su esposa e hija, pero allí también podía escuchar una voz que lo llamaba. —Jhon, despierte, por favor. Él escucha, pero le resultaba inútil, ¿estaba dormido? ¿O aquello era la realidad? —Jhon, ¿me escucha? Despierte por favor. Lucila hace lo posible para despertarlo, vuelve a tocar su cuerpo, ardía, estaba ardiendo en llamas el pobre. La joven estaba muy preocupada por él. —Annieeee—despierta violentamente al mismo tiempo que se queda sentado en la cama respirando agitadamente —. Annie —vuelve a repetir mientras que parpadea varias veces y trata de normalizar su respiración. La joven castaña se queda estupefacta al escuchar que el menciona el nombre de una mujer, solo mira con asombro a Jhon mientras permanece a su lado. En eso Jhon gira el rostro y ambos conectan las miradas. —¿Qué? ¿Qué es lo que paso? —Me parece que ha tenido un mal sueño, señor Jhon. —Yo… —Tiene mucha fiebre, le daré un poco de medicina para intentar bajarla, la herida debe estar infectada. Él asiente al mismo tiempo que frota su rostro sudoroso, luego mira la lampara de aceite a su lado, observa el fuego y siente que su alma se estruja como una hoja de papel. Que dolorosa su perdida. —Debo irme de aquí cuanto antes. —¿Y a donde ira, señor Jhon? —A otro lugar donde no tengan problemas por recibir a un forastero —ella frunce los labios. —Tendrá que quedarse en las montañas, en ese caso —Lucila se da la vuelta para ofrecerle un cuenco con un líquido dentro —. Beba, le ayudara a dormir toda la noche. —¿Por qué ha dicho tal cosa? Él bebe el remedio de un solo trago y lo pasa mal ya que su sabor no era el mejor de los sabores, realmente era asqueroso. —Son hiervas, son fuertes —se gira para dejar las cosas sobre la mesa, luego hace amago de irse, pero Jhon la sujeta del antebrazo y aquello provoca que su corazón lata a toda prisa. —¿Por qué ha dicho lo de antes? —Lucila observa a Jhon a los ojos, la iluminación de la lampara provocaba que brillaran mucho más que antes. —Ningún pueblo a kilómetros lo recibirá con los brazos abiertos, no somos los únicos con este problema, señor Jhon. —¿Por qué no? Lucila baja la mirada, se pregunta de dónde puede venir ese hombre que no sabe nada de como andaban las cosas. —¿Usted viene de la ciudad? ¿no es así? —¿Por qué lo piensas? —Lucila se aproxima un poco más a él mientras revisa la herida de su hombro. —Su caballo —se encoje de hombro —. Es un animal fino, no cualquiera puede tener o mantener un caballo como ese, y estoy segura de que lo sabe. Jhon observa con cautela a Lucila, era una dama muy astuta e inteligente. Muy extraño encontrar a una mujer de su calibre. —¿De verdad es una sierva de dios, lady Lucila? —ella ensancha los ojos y entre abre un poco sus labios. —Por supuesto que lo soy, señor Jhon. —Ya veo… ¿Por qué vive sola? —Lucila traga saliva. —Yo debo responder a sus preguntas, pero usted no puede responder a las mías. No me parece que sea algo justo, señor Jhon. Lucila termina por alejarse de Jhon, su extrema cercanía alteraba sus nervios y no entendía porque razón. Ninguna persona en el pueblo ocasionaba que ella perdiera tanto su tranquilidad. —La medicina le hará efecto pronto, le recomiendo que se acuesta y trate de dormir. —Gracias—ella muerde levemente sus labios al mismo tiempo que baja un poco la mirada. —Buenas noches, señor Jhon. Se da la vuelta y camina hasta su habitación, deja a Jhon con una de las lámparas junto con sus pensamientos y secretos. Lucila cierra la puerta de su cuarto y suelta el aliento contenido, coloca la mano en su pecho y siente los fieros latidos que sobresalen en su pecho. —¿Qué es esto? […] —Sheriff, ¿dejara que la señorita Bronn pase estas noches con ese forastero en su casa? Eso no es peligroso para ella. —Por supuesto que lo sé, pero no puedo hacer otra cosa, ella es muy terca y no hay forma de que logre convencerla de sacar a ese sujeto de su hogar. —¿y qué es lo que piensa hacer? —Le di un tiempo límite para que ese sujeto se cure y se vaya de Lone Pine. La mano derecha de Logan niega, luego escupe en un pocillo al lado del escritorio del sheriff. —Revisé todos los carteles de los más buscados, y no encontré el rostro de ese sujeto, es que ni siquiera sé cómo se llama. —Probablemente la señorita si sepa cómo se llama—Logan coloca los dedos en su mejilla mientras piensa. —Quizás tiene razón, puede que este ocultando cosas con la finalidad de proteger a ese hombre, pero ¿Por qué lo haría? Ella conoce las leyes. —Bass no la perdonara. Logan mira a su ayudante quien asentía seguro, él también lo pensaba, Lucila estaba en peligro mientras mantuviera a ese hombre bajo el techo de su casa. Era tan terca como su padre, ¿Cómo la iba a convencer de que tenía que dejarlo ir? —Mañana tendré que volver a visitarla. —Sería más fácil si ella le aceptara su propuesta de matrimonio. Logan se inclina hacia atrás, hacía años que estaba detrás de ella tratando de convencerla de que aceptara ser su esposa, pero siempre se negaba. Albergaba muchos sentimientos por Lucila, pero ella prefería mantenerse sola y viviendo en esa casucha que le dejo su padre, desprotegida, sin la ayuda de nadie. ¿Por qué querría vivir en esas condiciones? Con él a su lado tendría protección de Bass, ese hombre no era confiable, al menos siendo su esposa no arremeterían contra ella. —Solo es una tonta. —Pienso que debería olvidarla, sheriff. —Seguiré insistiendo, el algún momento ella me necesitara. No siempre podrá vivir o defenderse sola, pero por ahora solo debo concentrarme en sacar a ese hombre del pueblo antes de que los muchachos de Bass vengan al pueblo a divertirse en el saloon. —Por las fechas que se aproximan, es muy probable que vengan muy pronto, sheriff. —Es lo que me temo. Pero la visita de ese forastero se terminará pronto, así tenga que sacarlo arrastrado del pueblo y dejarlo abandonado en las montañas, lo haría, no podrían en riesgo la vida de Lucila y menos la del pueblo. Y por su puesto su cargo como sheriff de Lone Pine.
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