Ragnar.
No pensé que pasaría todo esto si salía un momento de la casa para ir a revolcarme con una de mis amantes, mi conciencia me culpo por lo sucedido, si no me hubiera ido nada de esto estaría pasando, no fue mi intensión dejar sola a Alice, pero no puedo permanecer a su lado mucho tiempo, siento que mis sentimientos me traicionarían, y no quiero parecer débil ante ella, me gusta mucho pero no quiero enamorarme. Jamás había visto a una mujer defenderse de la manera en la que Alice lo hizo, verla con un pedazo de piel en la boca hizo que mi cuerpo deseara aquella hermosa mujer, ver su cuerpo agitado y su piel al desnudo me excito mucho, su hermoso sostén color azul fue lo mejor que pude ver, quería correr a abrazarla pero tenía que arreglar primero un maldito asunto pendiente.
Camine en dirección a un sótano que se encontraba debajo del garage de la casa, mire a mis hombres reunidos, en el fondo de aquel sótano estaba un hombre muy golpeado sentado en una silla, me acerque a él y lo mire.
-¿Que mierda pensabas hacerle, hijo de puta?.-le dije con mucho odio en mi voz.
-Esa mujer me traía loco, solo quise tomar un poco de esa sensual carne.
-Esa mujer que te traía loco, da la casualidad que es mi esposa y es solo mía.
-Jamás vi he visto que la beses.
-¡Ese no es tu puto problema!. - le grite al oído.
-Yo me la pude haber cogido, pero tenías que interrumpirme.-el joven empezó a reírse.
-Escúchame bien,hijo de puta, lo que es mío jamás se toca.-saque mi arma y le dispare en el brazo.
-Esa mujer es hermosa, Jamas dejaran de perseguirla, y llegará el día que no puedas protegerla.
En ese momento me puse de pie frente a él y jale el gatillo de mi arma, la bala le atravesó la cabeza, le di un segundo disparo al corazón y le dije a mis hombres que se encargarán de él, salí del sótano y camine de regreso a la casa, subí muy rápido las escaleras y entre a la habitación donde había dejado a Alice.
-Lárgate. - le dije a la chica de servicio.
-Si señor. - respondió mientras salía de la recamara.
-¿Cómo estas?. - me arrodillé enfrente de Alice.
-No me dejes sola otra vez. - sus brazos rodearon mi cuello.
-Lo siento. - la abrace y la acerque a mi cuerpo.
El contacto con su piel se sentí tan bien, esa hermosa sensación me gustaba, sentía su hermoso cuerpo junto al mío, inhale su delicioso aroma, me abrazo por varios minutos, después se alejo poco a poco de mi, se metió a la cama, comencé a quitarme la ropa para solo quedar con bóxer, me metí a la cama, me acomode frente a ella y mire su hermoso rostro al dormir, se veía tan inocente, tan linda, parecía un hermoso ángel, me encantaba recordar que nunca había tenido relaciones sexuales con alguien, me encantaba pensar en su virginidad, quería ser yo el primero en su vida, su primer amor, el hombre que le ponga el mundo a sus pies, pero sabía que no merecía aquel regalo tan preciado, no merecía su virginidad, soy un hombre de mal carácter y de un corazón duro, siempre tenía sexo con mujeres ya muy experimentadas pero jamás había conocido a una chica como Alice, tan pura de cuerpo y alma. Me invadió un recuerdo, un mal recuerdo, al día siguiente de nuestra boda, me fui a revolcar con una de mis tantas putas, no podía reprimir el deseo que tenía por Alice desde que la vi salir del baño con ese provocativo baby doll, quería hacerla mía en ese instante, pero tuve que contenerme para no hacerlo, mi cuerpo y mi alma se conectaron al instante que ella dormía tranquilamente en mi cama la primera vez, desde el día que Alice llegó a mi vida he tenido que satisfacer mis deseos de sexo con otras mujeres, siempre que estoy cogiendo con ellas mi mente me traiciona por que comienzo a imaginar que es a Alice a la que le hago el amor, no se que esta pasando en mi corazón pero todo esto me asusta, no quiero lastimarla pero deseo amarla con todas mis fuerzas.