La mente de Luca daba vuelta una y otra vez sobre los mismos hechos, mientras el sonido de la bala saliendo del cañón era su única compañía.
Escucho vagamente la conversación entre Aron y Kallias, sintiendo un ardiente dolor que estremecía su corazón conforme los segundos pasaban.
Había matado a alguien, inocente o no, él lo había matado.
—Vives en un mundo ficticio, dónde la justicia y el honor tienen algún valor. Pero este es el mundo real, acá si no matas te matan, y por tu culpa, por arrastrar a Luca a esa fantasía casi muere él—finalizó Kallias con rudeza.
Aquellas palabras trajeron de regreso a Luca de su propia mente en la que se encontraba abstraído.
Kallias tenía razón. No era culpa de Aron, pero ambos habían estado intentando creer en un mundo imposible y lejos de su alcance
