Capitulo 3 Nueva vida

1233 Words
-pa...para por favor- dijo el desconocido colocando sus manos en mis hombros y haciendo un poco de presión para separarnos. -disculpa, me deje llevar- Me justifique avergonzada. -No tienes por qué disculparte, y no es que no quiera, pero no creo que estés en condiciones.- me respondió. -¿Entonces si quieres hacerlo conmigo? -pregunte... -claro que quiero, ¿Qué hombre no quería estar con una mujer tan bella como tú? Pero no quiero que te arrepientas después, y te lamentes... -claro que no lo haré, ahorita en estos momentos lo que más quiero es sentirme deseada. - y dicho eso volví a atacar sus labios sin darle chance a que respondiera o se arrepintiera...... ----******------ Estaba jadeando, sudada, y agotada, nuca había tenido sexo de esa manera ni con Rafael era así. El desconocido que se encontraba a mi lado, estaba ya dormido mientras yo veía su rostro, ¡Valla que era guapo! No me arrepentía de lo que había pasado, jamás lo haría, en sus brazos me sentí, deseada, me sentí una mujer de verdad. Me levante completamente desnuda y sin hacer ruido entre al baño y me duche, salí busque entre los cajones hasta que di con la ropa interior de él, tome unos bóxer negros y la ropa con la que me había despertado y me la volví a colocar, lo menos que quería era ver y mucho menos colocarme el vestido de novia que traía puesto antes de que este hombre me ayudará Una vez vestida, camine hacia la mesita que estaba a un lado de la cama y revise la cartera del hombre que aún dormía plácidamente, tome un poco de dinero y luego me dirigí hacia la puerta del cuarto y susurre un "gracias" luego salí de allí y camine hasta la puerta de aquella casa, donde por primera vez en mucho tiempo me había sentido especial. Una vez en la calle tome un taxi, le di la dirección de la casa donde vivía con mis padres. Al entrar ellos estaban allí esperándome en la sala. -buenas- dije ellos se levantaron y corrieron a donde yo me encontraba y luego me abrazaron. -¿cómo estas hija? Dijo mi padre una vez nos separamos, mi madre solo miraba mi cuerpo como inspeccionando mi vestimenta. -estoy bien- fue lo que respondí, mi madre se volvió a acercar a mi otra vez, y sin decir una palabra más sentí su mano impactando en mi mejilla. ¿Me había dado una cachetada? Lleve mi mano a mi mejilla tratando de calmar el ardor que en ella se producía. -¿POR QUE MIERDA HICISTE ESO? ¿POR QUE DIJISTE QUE NO A RAFAEL? Me grito, yo aún no me recuperaba de su golpe y por lo visto mi padre estaba de acuerdo con lo que hizo, porque solo me miraba y asentía con la cabeza respaldando todo. -¡POR QUE ME ENGAÑO! ¡MALDITASEA ME ENGAÑO! ¿DONDE ESTABAN USTEDES CUANDO SE LO DIJE EN PLENA IGLESIA? Grité de vuelta, empezando a derramar lágrimas de frustración y decepción. -eso no es nada- dijo mi madre más calmada- si te engaño a debido ser por algo ¿No? ¿Qué? ¿Acaso mi madre apoyaba a Rafael en vez de mí? Esto es el colmo. Pensé -¿qué quieres decir con eso? Dije entre dientes para no volver a gritar. -que si él te fue infiel, es porque tú no supiste satisfacerlo. -¿te estás escuchando madre? Estas defendiéndolo a él, en vez de a mí que soy tu hija- dije lo más indignada posible. -estoy siendo realista, Además, ¿acaso crees que tu padre no me engaño también antes de casarnos? Claro que lo hizo pero yo lo perdone, tú tienes que hacer lo mismo, no creo que puedas conseguir otro hombre mejor que Rafael. Es más ahorita mismo te cambias esa ropa, que quien sabe dónde la has conseguido, vas y lo buscas y le pides perdón ¿Entendiste? -si entendí perfectamente, entendí que recibí más apoyo de un desconocido que de mi propia familia, y sabes que si voy a salir de aquí, pero no a pedir perdón, voy a salir pero a empezar una nueva vida lejos de ustedes.- dije mientras me daba la vuelta para subir a mi habitación, pero al dar el primer paso me detuve al escuchar a mi madre volver a hablar. -sí, perfecto, has lo que quieras, pero sólo te digo, que a esta casa no vuelvas al menos que sea con Rafael. Seguí caminando levantando el rostro con la poca dignidad que me quedaba, limpie de forma brusca las lágrimas que corrían por mi rostro con el dorso de mi mano, mientras me prometía que nunca nadie más me volvería ver llorar. Llegue a mi habitación, tome un maleta y empecé a meter la cosas que necesitará para un par de días, después mandaría por las demás. Tome mi cartera con mi billetera, documentos, teléfono, libreta y chequera del banco y salí de esa habitación, ni siquiera me moleste por cambiar la ropa que llevaba. Cuando llegue a la sala nuevamente, ella aún estaban allí, sus rostro no mostraba ni un poco de arrepentimiento, más bien parecían molestos. Camine hasta la puerta de la sala, y cuando estaba a punto de salir me voltee. -después mandaré a alguien por el resto de mis cosas - dije dando la vuelta para salir de esa casa que un día considere mi hogar, luego aún de espalda seguí hablando. - a partir de este momento recuerden que su hija a muerto. Para ustedes no soy más su hija, no soy más Araziel. Y salí de esa casa para nunca más volver... Camine por las calle arrastrando mi maleta y ¿Ahora para dónde iría? No tenía amigas a la cual recurrir, la única era Milena y ella era una de las causantes de mi desgracia, así que estaba descartada. Seguí caminando sin rumbo fijo di gracias a dios, que por lo menos cambie mis zapatos por unos más cómodos sino ahorita estaría maldiciendo por el dolor de pies. Después de tanto pensarlo, tome un taxi y le pedí que me llevará a un hotel, pasaría lo que queda de día y la noche allí, ya mañana resolvería que hacer con y vida. --*---*---- Ya había amanecido, así que me levante me duche y salí a comprar el periódico, buscaría un apartamento en alquiler, regrese después de dos horas, ya que primero fui a desayunar, empecé a buscar un apartamento, estaba buscando concentradamente cuando suena el teléfono de la habitación, era para avisarme que tenía 15 minutos para desocupar la habitación o para rentarla por un día más. Recogí mis cosas y salí de allí, no podía darme el lujo de alquilarla por otro día, me salí muy costoso y tenía que ahorrar para el alquiler del que sería mi nuevo hogar. Camine y me senté en una banca de la parada, seguí revisando el periódico haya que encontré uno que llamo mi atención. Era un apartamento compartido. Llamé al número que allí salía y me atendió una chica, su voz son muy amable según lo que me dijo, el apartamento estaba amueblado, lo compartiría con ella, y podía hacer uso de lo que allí había siempre y cuando lo cuidara. Después de colgar la llamada tome un taxi y me dirigí a la dirección que me indicó, Irene, así se llamaba mi nueva compañera. Llego baje de taxi, entre al edificio, subí al ascensor y pulse el botón que indicaba el piso 7. Camine por el pasillo y toque la puerta que indicaba, 7-C. Esperaba que aprietan mientras pensaba y le daba la bienvenida a mi nueva vida...
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