Después de dejar a JT en su habitación descansando, Elías y yo nos dirigimos a lo que se suponía que iba a ser mi habitación. Una parte de mi seguía sin creerse que había vuelto a esta estúpida mansión... Aunque lo que más me preocupaba ahora era Elías. No era capaz de mirarle y me dolía, me destrozaba por dentro. Antes de llegar a la habitación en la que se suponía que estaba Simon, Elías me cogió de la mano derecha, llevándose con ello toda mi atención. Me acorraló y hundió sus ojos azulados en los míos. Sentí como un nudo se formó en mi garganta y como los latidos de mi corazón aumentaron en velocidad. Unas cuantas veces seguidas abrí la boca para decir algo, pero no fue capaz de decir nada. —Siento que esto haya sido así...— susurró con culpabilidad. —¿Tu lo sabías?— exigí saber apa

