DADDY´S GIRL

ASYA. Los malditos cocteles aquí son increíbles y lo mejor de todo, gratis. Las personas bailan en la pista, los colores nos envuelven como un filtro, hay tantos vestidos, trajes, sonrisas y en medio de toda esa felicidad desearía estar en cualquier lugar menos aquí. Pero como no puedo irme de la graduación de mi hermana me quedo en la solitaria barra, de vez en cuando escaneo el lugar en busca de algo divertido sin éxito. Suspiro bebiendo el ultimo trago de mi daiquiri, el tipo detrás de la barra vuelve a llenarlo sin que se lo pida por tercera vez, creo que llegados a este punto ya me mira con un poco de lastima. -Vodka, solo, sin hielo.- la voz más profunda que he escuchado nunca empapa mis oídos, se siente tan dulce como jarabe caliente sobre mi fría piel. No levanto la mirada porque quiero imaginar cómo es, ¿alto? ¿Bajo? ¿Guapo? ¿arrogante? Eso lo hace divertido, una vez que desaparezca no tendré nada más que su voz y el juego de descubrir cual de todos estos pendejos adinerados es. -¿Aburrida?.- así que vino aquí para que, ¿charlar? Si fuera joven simplemente bebería y se largaría a la pista con las mujeres de grandes tetas y culos operados, pero si es un viejo asqueroso entonces se queda con las que huelen el dinero a kilómetros. En cualquier caso, no soy ninguna de las dos y dudo que hable conmigo así que agudizo el oído y espero la reacción de con quien sea que hable, para mi sorpresa no hay respuesta. Dos dedos golpean la barra a mi lado llamando mi atención, levanto la cabeza quedando completamente hipnotizada. “Por todos los putos cielos, ¿este hombre es real?” Así que no solo su voz es atractiva, rostro angular, mandíbula perfectamente cincelada ojos azul intenso, cabello n***o azabache peinado perfectamente, nariz afilada con una ligera imperfección en el tabique que solo lo hace parecer más masculino, cejas pobladas y pómulos altos, es perfecto, su imagen es casi tan parecida a un actor de Hollywood que te hace mojar la cama por las noches. “¡Y está esperando una respuesta!” Oh… si, joder, cierto, habla conmigo. -Como nunca en la vida. No parece que mi comentario le divierta, simplemente asiente y bebe tranquilamente su Vodka, sin embargo, ahora que lo he visto soy yo la que quiere charlar, ¿es padre de alguien aquí? porque quiero conocer a su hijo y ver si los genes son tan buenos. -¿Te gradúas?.- es una simple pregunta que provoca que me explote el cerebro. “No, por supuesto que no.” -No, mi graduación fue hace mucho tiempo, pero mi hermana lo hace. No es una completa mentira, ya sabes, aun no me graduó de la universidad, pero lo hice del instituto, esta vez me mira con un interés completamente diferente y deseo tener pechos más grandes de los que presumir, ser más alta y delgada, en general tener un mejor aspecto físico, como el de Liv, mi hermana quien es la estrella del espectáculo, se robó la belleza de mamá y los genes sociables de mi padre. -¿Y tú? ¿Te gradúas? No parece especialmente joven, pero tampoco demasiado viejo, puede que tenga unos cuarenta como mi padre. Se ríe de mi chiste de mierda bebiendo el ultimo trago de vodka y pide que lo rellenen con un empujón en el vaso. -No, la hija de mi mejor amigo lo hace. Reviso sus manos con la mirada, no hay anillo, ¿Cómo podría no estar casado? ¿es divorciado? ¿es un imbécil? ¿viudo? -Debe ser un amigo increíble para soportar esta mierda. Sorbo de la pajita de mi daiquiri, ¿ya dije que es fantástico? -Lo es. Mira en dirección a la pista, pero yo no puedo despegar los ojos de él, como si se tratase del sol y yo soy la tierra orbitando locamente por él, ¿Qué me sucede? Es un completo extraño, entonces… ¿Por qué me hace sentir así? -¿Te gustaría salir de aquí?.- jamás en mis casi veinte años de vida hice nada estúpido como esto, nunca salí con nadie que fuera mi pareja oficial, ni siquiera he ido a un puto club, en resumen nunca he sido imprudente. “Tienes que divertirte cariño, a veces tenemos que ser arriesgadas, volvernos locas por hombres locos” Trago con fuerza recordando la voz moribunda de mi madre, el hombre sin nombre frente a mi analiza cada uno de mis movimientos, estoy segura de que sabe lo nerviosa que estoy, lo desquiciada que me vuelvo por dentro. No responde, en su lugar termina su segundo vaso y me toma de la mano llevándome fuera, el jardín es enorme y siento que nos toma una eternidad llegar a su auto, me monta en el asiento del copiloto me coloca el cinturón de seguridad y sube a mi lado, enciende el motor tomándose su tiempo. Durante todo el camino se mantiene en silencio, siento que me quema la piel, hace calor, el verano aquí es asqueroso, pegajoso y húmedo. Llegamos a un enorme complejo de apartamentos, incluso hay un valet parking que recibe las llaves del tipo sin nombre que me abre la puerta extendiendo la mano, entrelaza nuestros dedos guiándome por el lugar hasta el último piso. -¿Tienes miedo? Me doy cuenta de que estoy temblando, pero es debido a la excitación, la maldita fuerza con la que mi sangre corre por mis venas, cada centímetro de mi palpita con anticipación. -No.- respondo con firmeza. Las puertas del elevador se abren mostrando un pasillo que grita “mírame tengo tanto dinero que puedo construir las molduras de oro” es un apartamento enorme. -¿Algo de beber?.- me suelta deshaciéndose de su americana dejándola sobre el sofá. -Mmmh, ¿vino? Me mira de nuevo con curiosidad, como si observara un ciervo en medio de la carretera y no sabe si arrollarlo o detenerse para no hacerle daño. -¿Tinto? -Si, por favor. Estoy empezando a creer que esto es una locura, debe haber una razón por la que esta soltero, mierda… ¿y si es un psicópata y yo me ofrecí como la cena? ¿y si es malo en el sexo? No debería pensar en eso maldición, miro la puerta preguntándome si es demasiado tarde para huir cuando está de vuelta con una copa de vino y un vaso lleno de lo que creo es Vodka, me entrega la copa rozándome los dedos la ola de calor vuelve a expandirse por todo mi cuerpo. -No voy a preguntar tu nombre, no espero obtener tu número y por supuesto no seré amable, pero te dejare marcharte ahora si es lo que deseas. Tomo un enorme suspiro y un trago del vino que sabe a mierda, ni siquiera me gusta el vino, prefiero los cocteles dulces o las sodas burbujeantes, pero dudo que él tenga eso en casa. Ahora no quiero irme. Especialmente por ese tono controlador en su voz.