CAPITULO 9

2030 Words
ALESSIA No sé qué me pasa, que desde que tuve las manos de ese maldito demonio en mi cuerpo, no me lo puedo sacar de la mente, su rasposa voz hablándome al oído, sus manos recorriendo mis muslos, su lengua lamiendo mi labio inferior, hizo que mi cuerpo ardiera. Era como si me estuviera sumiendo en su maldito infierno. Tienes novio Alessia y lo amas. Lo amo, porque es todo lo que uno espera de un hombre, es un príncipe azul, de esos que te bajan el cielo y las estrellas si es lo que quieres, es romántico, dulce, caballeroso, fiel y no anda por la vida metiéndole la polla a cuanta mujer se le pasa por el frente, Bratt ha sido mi primer hombre, hice el amor con él, nunca me fuerza hacer las cosas, siempre me da mi espacio, es cariñoso a la hora de tener intimidad, sumamente cuidadoso. Es todo lo que está bien en este mundo y no debo estar pensando en un maldito demonio, que no sabe tratar a las mujeres y que es una maldita bestia a la hora de follar como él dice. -¿Entonces vas a ir o no? – La voz de Lau me saca de mis turbios pensamientos. Se me había olvidado que hacia media hora me estaba hablando. -¿A dónde? – Le digo con pena – Lo siento. Estaba en otro mundo. -Deja de pensar en tu novio y ponme atención – Me dice en un tono mimado – Vamos a ir de paseo con Antoni, por su cumpleaños. -No gracias – Digo de una vez – Va ir el troglodita de su amigo y no quiero que me anden haciendo malas caras. -No va a ir – Dice ella llevándose una de mis caramelos de chocolates favoritos a la boca – Tiene cosas que hacer y dijo que no irá. Ya le pregunté a Antoni. -No lo sé... Lau... - Digo sin saber que responder. -¡Anda vamos! Si no solo seremos Antoni y yo... - La veo jugar con sus dedos – Y quiero ir realmente de paseo con él, pero sabes que tambien me aterra a ir sola. -¿Por qué te lo follarías? – Le digo con una sonrisa. -Lo haré igual, solo quiero tener apoyo. Arqueo una ceja y me cruzo de brazos. -¿Vamos hacer un trio? Para eso me quieres llevar – Le digo haciéndome la ofendida. -¿Quién habló de tríos? Ese tema me encanta – Aparece Antoni no sé dónde. Es como un fantasma. No sabes dónde podrá aparecer. -Lau quiere que vaya con ustedes a tu viaje por tus cumpleaños – Le digo. -¡Oh! Si. Vamos... Lucifer no puede ir y no tengo más amigos... - Blanquea los ojos – Soy exclusivo y no me puedo juntar con todo el mundo. Además, podríamos hacer el trio. No tiene filtros a la hora de hablar, siempre dice las cosas en ese tono jocoso, pero sabes que es una clara indirecta bien directa. -Ya quisieras – Le digo con una sonrisa. -De querer... quiero... de poder con las dos puedo... de ahí... a que... - Se le ilumina la vista de una manera pervertida, ahora entiendo porque se entiende tan bien con el demonio aquel. -¡Por favor! Si sigues diciendo eso no voy – Le pego en el hombro. Lo veo soltar la carcajada. A veces pienso que mi padre tuvo un hijo por fuera del matrimonio. Tiene casi el mismo color de mis ojos y cabello. -Está bien... solo vamos en plan amigos – Lo veo meterse en la boca un caramelo de chocolate – Y si en el camino les da por lo del trio, cuenten conmigo. Nos guiña un ojo y se levanta de la silla y camina hacia la salida. Yo solo espero que sea verdad que Lucifer no va, no podría soportar estar a solas con él. Es como un pecado andante, ese ser que te incita a dejarte llevar por el deseo y la lujuria de su entorno, sabes que donde lo pruebes no vas a querer alejarte, antes vas a querer más y más de ese esplendido ser. *** Me costó un montón convencer a mi padre que me dejara ir al dichoso paseo. Volvió a decirme lo mismo, que tenía que llevar a mi fantasmagórico guarda espaldas, nunca lo veo, pero sé que me cuida desde la sombra, como se lo pedí a mi padre. Meto todo en la maleta, el viaje dura todo el fin de semana. Desde que llegué hablo poco con Bratt, y lo entiendo, estudiar medicina no es nada fácil, y menos ahora que ya casi termina la universidad. Me dijo que vendría hasta aquí, para vivir y estar más cerca de mí y eso me emociona. Siento que lo extraño demasiado. -¿Estas lista? – Me dice Lau, cuando se aparece en la puerta de mi habitación. -¡Si! Vamos... - Le digo cerrando la maleta. La veo algo incomoda, como si quisiera decirme algo, pero no se atreve. -¿Pasa algo? – Le pregunto mientras bajamos las escaleras de mi la mansión. -No... nada... - Me dice. Sé que algo me esconde, pero no quiero ondear en el tema. Nos subimos al auto de Antoni, pero noto que tambien está algo tenso. -¿Pasa algo? – Pregunto cuando arranca. -No... nada... - Me dice con una sonrisa que le cuesta fingir. No quiero ponerles atención, así que simplemente lo dejo pasar. Después de un largo camino por fin llegamos a la Costa Amalfitana. La brisa de la playa pega en mis fosas nasales. Bajamos del auto en un gran hotel, la diversión corre por mis venas, me siento extasiada, todo es tan hermoso. Comenzamos a bajar las maletas cuando una moto se detiene detrás del auto y mi cuerpo se tensa, porque reconozco muy bien de quien es. Lo veo descender de ella, con su usual ropa, vaqueros negros, chaqueta de cuero y playera negra. Se quita el casco y mi pecho late a mil por horas. El cabello n***o comienza a hondearse con la brisa, su piel blanca reluce con los rayos de sol y esos penetrantes ojos grises se posan de mí. Me recorre todo el cuerpo y yo siento que voy cayendo en picada. -¡Buenas principessa! – Dice, con esa seriedad que lo caracteriza. -Hermano ¡Viniste! – Dice Antoni rompiendo la tensión que se ha formado de un momento a otro. Este lo ignora y simplemente camina hacia la entrada del hotel, es como si el mundo no mereciera tener su arrogante presencia. -Nuestras habitaciones – Dice Antoni – Lau habitación 222. Yo la miro con una ceja arqueada. Ella se encoge de brazos. -Necesito mi privacidad, por si algo extraordinario sucede. Sacudo la cabeza. -Lucifer 666 – Antoni sacude la cabeza mientras le entrega las llaves – Hasta en las habitaciones te toca el número del diablo. Lo veo erguirse y sacar pecho, como si eso fuera un alago para él. -Alessia habitación 665 – Me entrega la llave. -Mi habitación está al lado de la de este demonio – Digo indignada. -Lo siento – Dice Antoni apenado – Son las que asignó el hotel. La mía está al lado de la de Lau. Las tomo de mala gana y fulmino con la mirada al demonio que tengo al lado, que parece una estatua, no ha dicho nada desde que llegó, solo se limita a respirar y mirar mal a todo el que se le acerca. -Bueno, vamos a cambiarnos – Dice Laura animada – Hoy vamos a beber hasta que nos desconozcamos. Me resigno, para que dañarme el viaje, ya está aquí y no puedo hacer nada contra eso. solo espero que esto no termine mal. Debo controlarme, debo controlar mi libido, tengo novio y tengo que respetarlo. Llego a mi habitación, me meto en la ducha, me echo mis cremas, y decido que ponerme. Un vestido dorado que se me ciñe al cuerpo, es corto, me llega hasta la mitad de las piernas y a un lado tiene una pequeña abertura, es de tiras y es algo brilloso. Me dejo mi melena rojiza suelta, maquillaje suave y pinto mis labios de rojo. Me gusta lo que veo, siempre he sabido que soy hermosa, la vida me premio con un buen cuerpo, hermosos ojos azules, una larga cabellera rojiza, senos ni tan grandes ni tan pequeños, figura de reloj de arena. Me dispongo a salir, y cuando bajo al lobby me encuentro con Lau, ella lleva un hermoso vestido n***o, que se le ciñe a la cintura y tiene una gran abertura en la espalda, el cabello suelto y un hermoso maquillaje. La castaña es hermosa, eso no se puede negar. Nunca me ha gustado competir con mi mismo género, siento que eso es caer bajo, todas las mujeres son hermosas a su manera y para gustos colores. -Los chicos nos esperan en el bar – Me dice cuando me acerco – Hoy nos tomamos hasta el agua de los floreros. Nos tomaos de las manos y caminamos hacia el sitio. Cuando entramos está sonado Dirty Mind de Boy Epic. Recorremos el sitio con la mirada y a lo lejos, en un privado encontramos a los chicos. Antoni se está empinando un vaso de algún trago y Lucifer está con los pies encima de la mesa, con un vape en la mano y con el celular en la otra. Caminamos hacia ellos. Al llegar siento como la mirada del chico de ojos grises se oscurece a la hora de recorrer mi cuerpo, esa mirada hace que mi cuerpo se tense. Lo veo tragar saliva. -¡Que hermosas están! – Dice Antoni – Hoy somos dos para dos ¿No es así Luci? Camina hacia nosotros. Primero abraza y besa a Lau y cuando se va acercar a mi Lucifer lo toma de la camisa y lo aleja. -Déjate de pendejadas y siéntate – Le dice serio. Antoni se ríe. Tomamos asiento a su lado. Lo detallo, tiene el cabello despeinado como siempre, pero le da ese toque sensual, huele a perfume, me pregunto cuál usará que se siente tan exquisito, tiene un vaquero n***o rasgado en las rodillas, unas botas, y una playera blanca, que se le ciñe perfectamente a su esculpido cuerpo. Lo veo tomarse un trago y como se le mueve la manzana de Adán cuando le baja por la garganta, me relamo los labios. -No me mires así principessa – Me dice. Cuando clava sus dagas en mi – Me haces imaginarme muchas cosas. -No te estaba mirando – Le digo nerviosa. -Aja. Veo como mira por todo el lugar, seguro buscando alguna estúpida para enterrarle la polla, ya que no sabe mantenerla quieta. Un malestar se me forma en el estómago. No tiene por qué importarme. Me digo. -Estas buscando a tu próxima víctima – Le digo, como si no me importara. -¿Celosa? – Me dice en un tono burlón. -Ya quisieras – Le digo empinándome el vaso de tequila que me trajeron. Como quedan unas gotas en mis labios, me paso la lengua para recogerlo. -No hagas eso – Me dice mientras está mirando mis labios. Lo veo moverse incómodo y lleva una de sus manos a la entrepierna, acomodándose no sé qué. -¿Por qué? – Le pregunto curiosa. Un atisbo de sonrisa se le dibuja. -No tientes al diablo, si no estás dispuesta a jugar con él – Me dice, Mirándome fijamente, y después vuelve a recorrer mi cuerpo con sus ojos – Eres muy santa, para esos juegos. - No soy santa, pero de rodillas puedo llevarte al cielo – Le digo. ¡Dios! No sé de donde me salió eso. Lo veo acercarse a mi oído, su lengua recorre el lóbulo, y eso hace que una descarga eléctrica recorra mi cuerpo. -Sabes que el infierno puede ser muy divertido y más cuando estas con el demonio correcto – Aspira mi olor - ¿Estas dispuesta a disfrutar de mi infierno principessa?
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