CAPITULO 13

1510 Words
LUCIFER Llevo las manos a mi rostro y lo restriego, luego las subo a mi cabello y paso mis dedos por las finas hebras negras. Me siento desesperado, hastiado, excitado, lleno de rabia, ira y ¿Celos? Maldita bruja. No sé qué me hecho, pero no logro sacarla de mis pensamientos. Desde que estuve entre sus piernas sueño con volver a enterrarme en su coñito. Quiero volver a probarla. Fue la primera mujer que besé, que abracé y que me la follé sin condón, Estaba tan excitado y deseoso de poseerla que se me olvidó por completo ponérmelo y para ser sincero tampoco queria, no queria ni una sola barrera entre los dos, queria sentirla piel con piel. Ella ha llegado a mi vida como un jodido torbellino, revolviendo todos mis planes. Sé que debo destruirla. Ella debe pagar por los pecados de su padre. Pero hay algo en mí, que se niega darle ese destino. Siento el suave tono de su risa y mi cuerpo se pone rígido, y debo decir que mi polla al parecer le encanta escucharla y hacérmelo saber, porque cada vez que la escucho, la veo o pronuncian su nombre ella se empalma. Sé que estoy destinado al infierno, pero su coño será mi cielo. Me salvaré mientras esté dentro de ella. Limpiaré mis pecados en sus jugos. Levanto la cabeza y la bilis se me revuelve, la rabia comienza a burbujear en mi cuerpo. Allí está ella, con esa sonrisa que ilumina todo el puto mundo, la mirada angelical que la caracteriza, pero yo sé que eso es solo una fachada, es un demonio, disfrazado de ángel. La maldita falda que tiene me está matando porque he pasado fantaseando con inclinarla en cualquier superficie y follármela como un poseso. Es tan ardiente como él sol, que sabes que, si te acercas mucho, te vas a quemar. La chica a donde llega llama la atención, la maldita sabe lo que tiene, camina como si estuviera en cámara lenta, esos malditos ojos azules que parecen el cielo, y creo que es lo mas cerca que estaré de ese lugar. El cabello rojo le cae en cascadas, tiene unas curvas en las que me quiero perder, unos labios en los que me quiero fundir, un culo delicioso que ansío por tocar, y unas tetas maravillosas, que me muero por morder. La chica va con su amiga y... ¿Quién diablos es ese hijo de puta? ¿Por qué jodidamente le está sonriendo? Veo todo rojo, no sé que me pasa, pero siento el deseo de arrancarle los ojos por tener sus sonrisas. Las sonrisas que quiero que sean para mí. Quiero adueñarme de todo, sus orgasmos, sus gemidos, sus sonrisas, sus lágrimas, quiero poseerla completa y arruinarla, tanto como sea posible. La posesividad me inunda, los celos comienzan a consumirme, yo no soy impulsivo, pero quiero matar a ese hijo de perra. Cuando veo que le pone una mano encima, el demonio que llevo adentro sale y ya no lo puedo detener. -¿Ey? ¿A dónde vas? – Siento a los lejos la voz de Antoni, pero la ignoro. Nadie la toca. Nadie mas que yo la puede tocar. -Quítale las manos de encima – Gruño en tono mortalmente tranquilo – Nunca vuelvas a tocarla. Todos se quedan pasmados ante el vomito verbal que acabo de expulsar. Me desconozco. Lo que haga ella no debería importarme. Ella debe ser destruida, pero no soporto que otro hombre la toque. El día que vi como los labios del maricón que tiene como novio se posaban en los de ella, me tomo todo mi autocontrol no reventarle la cara. He intentado mantenerme lejos de ella, pero las palabras que me dijo esta mañana se siguen repitiendo en mi cabeza como una jodida grabación. -Una cosa muy diferente es que me caes mal y la otra es que no sé por qué deseo tanto que me hagas tuya una vez más Sé que no es buena idea. Y ya he roto muchas de mis reglas por ella, pero no puedo negar que yo tambien me muero por volver a probarla, por volver a sentirla entre mis brazos. -¿Qué te pasa? – Chilla ella con sus hermosos ojos bien abiertos. Tiene la boca formada como una O y mi mente la imagina de rodillas, con mi polla en su boca, mientras yo me entierro hasta la garganta y la ahogo con mi grosor. Malos pensamientos, en mal momento. Ahora estoy empalmado como un demonio y lleno de rabia. -¿Quién es él? – Intento calmarme. Ella se cruza de brazos, el tipo sigue sin decirme nada, pero me da una mirada que no me gusta, siento que lo he visto pero en estos momentos la rabia no me deja pensar bien. -¿Que te importa quien sea? – Me desafía. Maldita bocona. Debería castigarla por responder con esa boca y luego follarla para que se le quite lo altanera. -¿Él sabe que tienes novio? – Me cruzo de brazos. Debo calmarme. Estoy haciendo un papelón. ¿Por qué me importaría si sabe o no que tiene novio? No es mi problema. Pero al parecer he perdido la racionalidad en lo que a ella respecta. -Eso tampoco es tu incumbencia. Resoplo. Me paso la punta de la lengua por mis dientes superiores, sé está ganado una buena zurra en ese culito de durazno que tiene por altanera. Todos nos miran, Antoni tiene una mirada divertida, y sé con certeza que el muy cabrón va a molestarme por el papelazo que estoy haciendo. Laura es mas descarada y tiene una sonrisa de oreja a oreja y el hijo de puta, sigue mirándome con desdén y algo que en estos momentos no puedo descifrar. Estoy muy enojado y solo quiero echarla en mi hombro, y llevarla a lugar donde me la pueda follar como me lo he estado imaginando. Me aclaro la garganta. -Tengo que hablar contigo – Digo con aparente calma, aunque por dentro me esté muriendo de rabia. Ella arquea una ceja y saca la cadera. -No tenemos nada de que hablar. -Si. Si tenemos – Me acerco un poco más a ella – Hay un tema que tenemos pendiente. -No tenemos ningún tema pendiente. Maldita testaruda. Tomo aire y sacudo la cabeza. No queria hacer esto. -Quiero que discutamos lo que me dijiste esta mañana – Le sonrío – No tengo problema con que todos se enteren. Ella abre los ojos y me fulmina con la mirada. La veo ponerse pálida como un papel y la mandíbula se le tensa. -Ya no quiero. En dos par de zancadas estoy mas cerca de ella, me inclino, paso un brazo por su cadera y debajo de su delicioso culito y la echo a mi hombro. -¡Oye! – Grita ella. El bastardo con el que estaba me agarra el brazo para detenerme, lo miro y le siseo. -Será mejor que me sueltes el brazo, si no quieres perderlo en este momento. Veo como se le dibuja una sonrisa. Tomo nota mental, debo saber quien es este cabrón. No me da buena espina. -La dama dijo que no tiene nada de que hablar contigo. Me suelto de su agarre. -Esto no es asunto tuyo. Metete en tus asuntos. El chico suelta una carcajada. -¿Crees que por llamarte Lucifer eres el rey? Te falta la corona amigo – Se burla. ¿Cómo sabe mi nombre? Bueno no me importa tampoco. La chica es mía. Le doy una nalgada a Alessia y está grita. Comienza a darme puños en la espalda, balbucea improperios. Miro de arriba abajo al estúpido que tengo deteniéndome. -No necesito tener corona, cualquier silla se vuelve un trono si me siento yo. Con eso comienzo a caminar, con lo único que me importaba de ese lugar. -Eres un hijo de puta. Le doy otra nalgada. Ella grita. Me vale mierda quien nos esté viendo. -Y tu eres una bocaza, te voy a enseñar como es que debes hablarme. -Bájame. -No. -¡Lucifer! Escuchar el nombre que me puso su padre salir de esa boquita pecaminosa hace estragos en todo mi sistema. Por años ese nombre me repugnaba, ya que era el nombre que había obtenido del hombre que mató a mis padres, aquel que me robó la vida y me convirtió en lo que soy. Ahora que escucho salir ese nombre de la boca de ella, creo que me va a comenzar a gustar. El villano ha encontrado a una hermosa princesa a la que piensa arruinar. -Recuerda bien ese nombre. Nena, porque es el que vas a gritar de ahora en adelante. Siento como su cuerpo se tensa ante mis palabras, un suave gemido sale de ella y mi polla cobra mas vida debajo de mis pantalones. Necesito estar enterrado en ella ya mismo. Las pelotas se me van a explotar. He descubierto que entre sus piernas se encontraba un candado, y la punta de mi lengua será la llave.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD