Capítulo 3

1061 Words
La vida sigue ¡De verdad! Pov Isabella. 3 años después. Terminamos de desayunar, así que tomo a mi pequeña princesita, mientras el chofer toma nuestras cosas y vamos al automóvil, para poder empezar con mi jornada laboral, pero mi padre me llama por videollamada y no para hablar conmigo, sino que para ver a su pequeña princesa. . — Hola, papi, cómo están las cosas en Alemania, y mamá. —No termino de preguntar y mi pequeña toma el celular, saluda a sus abuelos. Conversan cosas que no entiendo, menos en el idioma de mi pequeña cuando habla tan rápido, ellos hacen planes de ir al zoológico y a la playa. Su conversación entre risas y declaraciones de quien quiere más al otro me saca sonrisas. Hasta qué marcos me indican que ya hemos llegado, ingresamos por el estacionamiento subterráneo y subimos por el ascensor privado. Aún hay periodistas que intentan saber sobre qué fue de mi vida después de lo que sucedió hace 3 años. Cuando llego al último piso ingreso de inmediato a la oficina privada en donde dejo a mi pequeña en su lugar de juegos, yo tomo asiento detrás de mi escritorio y me pongo a trabajar en algunos proyectos de pequeñas empresas. Siempre he dicho cliente, es cliente, pasan las horas y me indican que tengo una llamada desde Alemania. Veo la hora desde mi computador y me doy cuenta de que la persona sí que tiene afán en hablar conmigo porque acá en Estados Unidos son ya medio día. Y allá es las seis de la tarde. Pregunto quién es y me sorprende que es la misma empresa del tipo que se insinuó. . — Señorita Isabella, el CEO, quiere hablar personalmente con usted, sobre el negocio fallido. Julia diles que ya tuvieron su oportunidad. — Está bien, Isa —contesta una Julia riendo, porque sabe que no daré mi brazo a torcer. . — Isa, insiste que, por favor, que es crucial. —Respiro y me doy paciencia de lo que carezco. Si tanto quiere hablarme, por favor, envíales el correo…. ¿Sabes que, mejor, yo le enviaré la información? Envió el correo y adjunto el video de la reunión, les informo que con gente así no trabajo. Después de eso sigo con mi trabajo sin complicaciones, ya que las reuniones solo las agendo los lunes, miércoles y viernes, solo medio día. Cansada de estar revisando papeles, propuestas y cotizaciones, decido tomarme un descanso y que mejor que t****k. Cuando estoy viendo videos del escándalo de Beyoncé, hasta que un correo ingresa a mi bandeja personal. Cuando veo al remitente, todo mi cuerpo se congela. Desde aquel día no volví a saber de ella. Flashback… Sabes, no me siento mal por nada, porque siempre fui una buena persona. Te cuidé porque te amé, bueno, mejor dicho, me hiciste amarte, pero asi como algo nació, así también murió. . — No sabes vivir sin mí, loca. — dice en modo de burla. Pero no le prestó atención. Hugo, bájate de esa nube, sabes que puedo vivir sin ti, ahora vete… ¡Ay, suerte! Digo con una sonrisa de boca cerrada. . — Amor, ven. — Dice Hugo llamando a alguien; cuando veo entrar a la última persona que debía de traicionarme, que se suponía que era mi prima Abby, quien ingresa y al verme solo desvía su mirada mientras se acerca a él y el imbécil la abraza por la cintura. —No sabe de lo que me está librando—. — ¿Para qué la traes? — preguntó con voz cansada por el espectáculo que están dando y él solo sonríe, con arrogancia, como si se hubiera sacado la lotería. —Para qué veas, quién me roba —dice sonriente mientras la besa, tiernamente. —Bella, yo lo siento… Dice Abby haciéndose la ingenua y yo solo río internamente, porque no sabe el peso que me saco de encima. ¿En serio lo sientes? Pero yo no lo creo, pero sabes que te lo regalo. Yo firmo los papeles hoy mismo si quieres y mañana será tu esposo, pues bueno, me da lo mismo. Ahora quiero que se vayan de mi casa y les deseo que sean muy felices.—Ya se los digo, sería, por lo que ella cambió su cara de apenada a una de burla. —Por favor, ¿sabes qué arde que me lleve a tu esposo y su dinero, desde hoy seré dueña de todo? — Dice burlona y yo lo miro, pero él mira a otro lado y les devuelvo la sonrisa para que por fin se vayan. Salgo de mis recuerdos cuando el teléfono de mi escritorio suena, sacándome de mis pensamientos. Mis manos tiemblan porque, después de que ella entró a la vida de mi exesposo y salió de mi vida, todo dio un vuelco. Para peor. Cuando ya me repongo y vuelvo a ver a mi alrededor dándome cuenta de que no debo temer, que estoy en un lugar seguro, y con mi bebé. Llamando…. Vicente. V: Dime, pitufina, por fin te acuerdas de tu amigo. — dice muy alegre, pero de a poco se le va yendo. Y mi silencio no ayuda en nada, me llama nuevamente y por fin le hablo. I: ella me envió un correo recién, por favor corrobora que aún siguen en donde deben estar. Por favor. — digo entre lágrimas. A pesar de no haber leído por completo el correo, sé que nada bueno dirá. V: Voy a tu oficina, estamos llegando. Respira, recuerda que tienes a la princesa frente tuya. — dice con voz serena. Asiento, sabiendo que no me ve, cuelga y, antes de sentarme al lado de mi bebé, cierro las puertas con seguro. Me siento frente a mi hija, y lágrimas corren por mi rostro y un llanto silencioso me atrapa. Cuando los chicos llegan, ingresan sin problemas, ya que solo ellos saben la clave de seguridad. Migue se apresura a venir a mi lado, mientras Vicente llama al doctor de la empresa. Que, por cierto, es hijo de Julia. . — Como mierda, nuevamente tuvieron acceso a ella de forma directa. —habló Vicente viendo el correo que abrí. “Voy por tu bastarda, zorra”. Cuando abby fue a prisión, juro que al salir y se cobraría con mi pequeña.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD