COINCIDENCIAS

2259 Words
Intentaba no pensar en la cercanía de Rodrigo conmigo en el elevador, pero es como cuando te dicen que no pienses en una manzana roja, mientras más intentaba evitarlo más pensaba en él. Sentí calor solo de recordarlo, me arrepentí por no decirle mi nombre pero bueno quizá había sido mejor así, mañana sería otro día y necesitaba descansar.   POV RODRIGO   ¿Quién es ella y por que me dejó tan impactado? No puedo creer que le dije hermosa, me vi tan básico, pero era como estar con un ángel y no me permitió pensar bien. Tenía la sonrisa más encantadora que había visto en mi vida y sus ojos color miel me dejaron hipnotizado, que ganas de haberla tomado por la cintura, me sonrojé solo de pensarlo. Necesito mandar un mensaje a Oscar para que investigue todos los eventos que se llevarán a cabo mañana, ella dijo que tenía un evento y quiero saber en donde estará.   Un momento ¿Acaso estoy enloqueciendo? Un evento puede ser también uno de esos aburridos desayunos para celebrar la despedida de soltera o baby shower de alguna de sus amigas, cancelé la llamada que estaba haciendo a Oscar y mejor me puse a pensar de que otra forma podía investigar el nombre y la empresa en la que trabajaba esta linda Cenicienta.   En cuanto regresé a la fiesta vi a Mario que al parecer ya iba de salida.   -       ¿Qué onda, donde estuviste? Ya no te volví  a ver. -       Estuve impactado siguiendo a un ángel que vine a descubrir en este pueblito. -       No cambias, siempre serás igual de mujeriego – Respondió dándome un golpe en el pecho. -       Ay ya relájate, oye entonces ¿Cuándo nos vemos para ponernos al corriente? -       Pues si puedes desayunamos mañana en el club, si no nos vemos mañana, empezará la semana y la tendremos más complicado. -       Tienes razón ¿Puedes a las 10:00? -       Cerrado, ahí nos vemos Ro y felicidades ¡Mucho éxito! si te va como quedaron tus nuevas oficinas…. ¡Estarás con todo! -       ¡Gracias amigo! – Nos despedimos dándonos un fuerte y fraternal abrazo.   POV VALERIA   Sonó el despertador y lo apagué con los ojos cerrados ¿En serio ya es hora? Sentí que no había descansado. Los pies los sentía pesados y así todavía con sueño fui a la cocina a prepararme un café, le di un sorbo y regresé a mi cuarto, que ganas de volver a meterme en la cama, pero en lugar de eso fui al vestidor necesitaba empezar mi ritual de belleza mmmm que tal este traje sastre blanco con un bralette color palo de rosa, unas zapatillas versace del mismo tono, no sé porque vino a mi mente la imagen de la cara de Rodrigo ¿Seguiría en la ciudad? Mientras imaginaba donde podría estar tomé un collar muy delgado que tenía un cuarzo rosa, me lo regaló una de mis mejores amigas y me dijo que estaba cargado, lo trajo de África y me especificó que el cuarzo rosa era para atraer el amor, me dio risa porque no he sido realmente de las que creen en eso pero el collar me parecía divino y además era justo del tono de mi bralette así que lo dejé en mi outfit.   Después de bañarme y vestirme, sequé mi pelo con un poco de volumen e hice una media cola que adorné con un prendedor de perlas blancas que era de mi mamá, me maquillé muy ligero, me puse perfume y salí del departamento. Al llegar al garaje subí en mi camioneta, siempre me preguntaban por que prefería una camioneta a un coche deportivo, el cual iba más con mi personalidad, pero por mi trabajo en ocasiones tenía que llevar tantas cosas que una camioneta me quedaba mejor.   Cuando llegué al club campestre me estacioné junto al coche de Mario, supuse que habría llegado temprano para jugar tenis, no le di importancia y entré corriendo al salón de eventos. Comprobé que mis chicos ya tenían todo solucionado, la decoración quedó justo como lo pedí y el montaje era simplemente divino, todo en tonos azul y blanco que eran los colores institucionales del club, las peonias le habían dado un toque único a los centros de mesa y la vajilla de talavera hacía un perfect match, pasé rápido a la cocina para revisar el menú y di mi visto bueno faltando algunos minutos para que comenzaran a llegar los invitados.   Era una capacitación para el personal de ventas, sería algo sencillo, solo dos horas de coaching y el desayuno.   El primero en llegar fue el gerente, observó todo con atención, dispuesto a encontrar el menor error, sus ojos inquisitivos analizaron todo con precisión pero al final sonrío y me felicitó.   - ¡Wow Val! contigo siempre tenemos garantía de éxito- lo dijo sin verme a los ojos, seguía inspeccionando como si quisiera encontrar el más mínimo detalle por el cual llamarme la atención. Cuando estuvo finalmente convencido con el resultado me presentó con el coach que también ya había llegado, yo ya había trabajado con él para eventos con otras empresa así que nos saludamos con familiaridad.   -       ¡Tanto tiempo sin verte Val, que gusto! -       Igualmente Adrián, mucho éxito – Le dije y le guiñé un ojo a manera de disculparme para atender los últimos pormenores con el capitán de meseros.   En cuanto terminó la capacitación, ellos se quedaron desayunando y yo me despedí, tenía prisa por ir a mi casa y arreglar pendientes personales que llevaba postergando toda la semana; uno de esos, era ir al centro comercial y pensé que mientras más rápido fuera menos gente encontraría. Necesitaba cambiar un vestido que me había quedado un poco grande y unos zapatos que compré en dos colores por que no me decía cuales me quedaban mejor.   Salí apurada del salón de eventos y pasé por fuera del restaurante del club. Era una terraza hermosa con vista a unos jardines que daban paso al campo de golf, estaba ubicada exactamente frente al lago que fungía como trampa de agua para los golfistas. Las veces que había estado sentada ahí era un deleite a la vista y al paladar, el chef del restaurante era muy bueno. Yo caminaba sin poner atención cuando distinguí a Mario que estaba sentado con otra persona, pero esa persona estaba de espaldas por lo que no logré identificar quien era, preferí no hacer contacto visual para terminar temprano todos mis pendientes, pero en cuanto él me reconoció levantó los brazos y gritó mi nombre.   -       Val ¿cómo te fue?   No respondí a sus gritos mejor sonreí y caminé directo a su mesa, pensé que solo lo saludaría y me iría de inmediato a mi casa, me llamó la atención la poca curiosidad del hombre que lo acompañaba, en ningún momento volteó para ver a quien le gritaba Mario, eso me dio risa porque sé sin lugar a dudas que yo si hubiera volteado jajajajaja nunca había sido realmente discreta o disimulada en ese tipo de situaciones.   Por fin llegué a su mesa y lo saludé dándole un beso en la mejilla y un cariñoso abrazo.   -       ¡Hola Mario, todo bien! Muchas gracias – Por cortesía volteé para saludar a su acompañante y en ese momento la sangre se me fue al piso ¡No podía ser posible! Rodrigo era el que estaba con él. -       Así que tu nombre es Val, Cenicienta…. – Levantó esa ceja de manera tan seductora que debería estar prohibida por la ley de la prudencia.   Yo me sentí en shock ni siquiera pude responder y lo único que atiné a decir fue:   -       ¡Buenos días! – Saludar era algo innato en mi, mi mamá toda la vida me obligó a decir buenos días, buenas tardes, buenas noches a cualquier lugar en el que llegara y hubiera otro ser vivo.   Me agarré de mi bolsa buscando equilibrio, tomé un poco de aire para continuar.   -       Pues si al parecer mi nombre es Valeria – Hice énfasis al decir Valeria como si quisiera aclarar que no me llamaba Cenicienta. -       ¿Se conocen? - Mario preguntó frunciendo el ceño y buscando que su pregunta pareciera bastante informal, pero yo lo conocía muy bien como para saber que este encuentro no le cayó en gracia. -       Ayer nos encontramos en el elevador- El que respondió fue Rodrigo y dio un sorbo a su taza de café. -       ¿Y porque Cenicienta?-  Mario estaba intrigado e imitó a su amigo para beber también de su taza. -       Pues por que lo único que le faltó fue dejar su zapatilla en la entrada del edificio, incluso se fue cuando el reloj marcó las 12 en punto – Lo recordó y empezó a reír.   Pero él era el único que se reía, yo seguía anonadada por tenerlo frente a mi y a Mario lo sentí un poco incómodo con la situación. Sin embargo pude ver el triunfo en los ojos de Rodrigo, él estaba acostumbrado a ganar y fue realmente rápido como me encontró y supo mi nombre. Todo lo que paso a continuación fue muy rápido, Rodrigo se puso de pie, Mario y yo lo volteamos a ver confundidos, no sabíamos que era lo que iba a hacer o porque se había parado de la mesa; mientras caminaba los dos lo seguíamos con la mirada. Una oleada de nervios me recorrió todo el cuerpo cuando descubrí que había ido a una mesa vacía para tomar una silla y ofrecérmela.   - Vamos Cenicienta, quédate a desayunar con nosotros - Tenía ese destello en sus ojos azules que demostraba tener la seguridad de que se iba a salir con la suya. Levantó la mano y llamó a un mesero. Yo no podía creer lo que esta pasando, hace un momento tenía toda la prisa del mundo y ahora estaba ahí sentándome en la silla que me acababan de ofrecer mientras intentaba ordenar mis ideas.  Por inercia tomé una de las cartas de menú que ellos habían dejado sobre la mesa. Ellos dos estaban tomando café y ya habían ordenado el desayuno, el mesero llegó y Rodrigo le dio la instrucción de ponerme un servicio. Él era el tipo de persona que no tiene problema en dar órdenes para que se cumpla a la brevedad lo que tiene en mente.   En un santiamén el mesero ya había puesto frente a mi, la mantelería y cubertería al momento que me ofrecía café, yo lo acepté y elegí para desayunar un omelette de claras de huevo con pechuga de pavo y un jugo verde, de guarnición pedí que me cambiaran los frijoles por jitomates y un poco de aguacate.   En lo que todo eso pasaba, los tres nos manteníamos en silencio. Rodrigo me veía con curiosidad y yo intentaba no tener contacto visual con ninguno de los dos ¿A caso era posible mi buena suerte y haberlo encontrado otra vez?  El silencio se rompió cuando él me preguntó por que estaba vestida tan formal para ser sábado en la mañana.   -       Tuve un pequeño evento – Yo seguía viendo la carta aún y cuando ya había ordenado mi desayuno, no me atrevía a ver sus encantadores ojos azules. -       ¿Un evento de que? – Parecía que quería averiguar todo sobre mi presencia en el club. -       Tengo una agencia de relaciones públicas, por lo que con regularidad tengo diferente clase de eventos – Intenté que mi voz se escuchara lo más natural posible, di un sorbo a mi café y no pude resistir tomar de la cesta uno de esos panecitos rellenos de chocolate. -       La mejor agencia de la ciudad y una con gran reconocimiento en el país. – Mario me dedicó una tierna sonrisa, él siempre se sentía orgulloso de mi trabajo. -       Oye Cenicienta, pues después puedes venir a verme a la oficina, me gustaría que me presentaras tu press kit… - Me dio un vuelco el corazón al escuchar eso y verlo tomar un muffin de arándanos, ese hombre tenía estilo hasta para tomar un pan.   ¿Qué me estaba pasando? Soñé millones de veces con este momento, bueno no directamente con Rodrigo pero si con  tener la oportunidad de ofrecer mis servicios en ROCO; y ahora que justo estaba teniendo una oportunidad de oro, yo no dejaba de  sentir una punzada en el estómago que no me permitía hilar bien mis pensamientos y empezaba a transpirar ¿si me había puesto desodorante?.   -       ¿Y tu novia Rodrigo?- La pregunta salió de mi boca al mismo tiempo que deseé no haberla hecho, era un pregunta completamente sin contexto, pero ya no había marcha atrás, yo había hablado fuerte y claro y los tres la habíamos escuchado.   El mesero apareció para dejar nuestros platillos, omelette para mi, huevos rancheros para Mario, sus favoritos, y huevos divorciados para Rodrigo, ellos pidieron jugo de naranja y a mi me dejó el jugo verde.   -       Bien, Valeria muchas gracias por preguntar, ella se encuentra muy bien – La respuesta de Rodrigo iba acompañada de una sonrisa forzada. -       Justo le comentaba a Ro, que la próxima semana tengo junta con los productores de su serie, voy a participar en el arte. – Mario intervino rápido intentando aligerar la situación que con mi pregunta se había puesto tensa. -       Ah pues entonces no dudo que ahora si la serie será un verdadero éxito – Yo volteé a ver a Mario y le guiñé un ojo.
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