¿Te sirvo un café?

Capitulo 5

Nico

Se ve que una parte de mi, estaba un poco cansado de esta situación. Julia se encontraba a unos metros de distancia de mi, pero su mirada y pensamientos estaban lejos de mi lado.

"¿Qué estará pensando?"

No pude evitar poner los ojos en blanco, mientras tomo la cuchara que ella sostenía, y comenzaba a terminar de hacer la comida.

—¿Se puede saber en qué estás pensando? —quiero saber.

—Si vas a cocinar tú ¿me puedo ir? — me pregunta, en un tono borde.

Ella cerró y abrió los ojos, intentando despertarse de sueño en el que estaba viviendo. Me mira un poco aterrada y dijo:

—Solo estaba pensando en que tengo que hacer, en el curso, nada más ¿por qué, algún problema? —se giró enfrentándose a mí.

"Ojalá, pudiera leer tus pensamientos"

Suspiré, no dije nada más y tapé la olla.

Me senté en uno de los sillones intentando ver la televisión, sin embargo por el rabillo del ojo, pude verla bastante concentrada con su teléfono.

Aquello en parte me dió curiosidad, ella nunca era de esas personas que se quedaron concentradas con la tecnología, al revés de lo que se pensaba de ella.

Evadía cualquier aparato tecnológico, verla en estos días tan concentrada en uno me parecía: bastante desconcertante.

Cuando la comida estaba lista, comencé a colocar los platos y cubiertos en su sitio.

Julia, aún estaba bastante risueña con ese aparato, no puedo evitar acercarme a su lado y decirle:

—Vamos a comer Julia, ¿te quedarás todo el día aquí? —le pregunté un poco irritado y un poco cansado que no me prestara atención.

Ella puso los ojos en blanco como si fuera una niña de 2 años y se sentó a la mesa.

Dejó el teléfono en un costado de un mueble, pero lo miraba en la distancia. Yo no pude evitar sentir la atención del silencio, entre ambos puntos los ojos claros de Julia iban y venían en un vaivén que me hacía estresar bastante.

Entonces no pude evitar preguntarle: —¿quieres comer con el teléfono ya que tanto lo miras?, y ni siquiera me hablas —le pregunté un poco irritado.

Ella, no dijo nada simplemente siguió comiendo como si nada. Minutos más tardes, mientras yo lavaba los platos y se había ido a la pieza, decidí, no seguir discutiendo con ella.

A pesar de todas las ganas que tenía de hacerlo.

—Es increíble, encima que tengo que hacer todo...

—¿Dijiste algo? —me pregunto, mientras se acercaba con una remera mía, hacia la heladera.

—T-te iba alcanzar la botella —comenté sin verla.

—Tengo piernas —murmuró.

"¿De verdad..?"

—Julia...

Quise decirle de todo, pero me contuve.

—Dime —dijo, se detuvo y me miró.

—Nada.

Mientras me acostaba intentando apagar todos los pensamientos negativos que se estaban creando en mi, el sueño se apoderó.

Lo primero que pude ver fueron los ojos verdes de Lucía sonriéndome antes de perderme la inconsciencia del sueño.

A la mañana siguiente, sabía que Julia se había marchado desde temprano.

Entonces me encontraba solo en el vacío de una casa enorme, del cual los dos parecíamos desconocidos.

Tomo el teléfono, y le escribo:

"Que tengas un bonito día, Julia"

Pero como siempre, no obtuve respuesta.