Capitulo 6

502 Words
Era nuestro intercambio del día a día. Era como si no nos sobraron palabras y solamente hubiera un mundo de miradas, entre nosotros. Cuando había terminado y había pagado la cuenta me encontraba caminando en dirección a mi trabajo . Más bien llegaba entre la oficina armando unos proyectos para una hora. Cuando se hicieron las 6 de la tarde en un pestañeo, me encontraba dando vueltas de un lado al otro queriendo ir a curiosear dónde estaba Julia. Comencé a caminar con sigilo a ciencia cierta no quería que ella me reconociera, y pasar un papelón. A veces yo incluso la llevaba, pero esta vez ella había puesto resistencia, a que yo la pudiera acercar. Aquello había despertado en mí algo, sentimientos desconocidos qué nunca antes había sentido por otra persona. Además de que nos llevamos súper mal, cada contestación de parte de ella: era con una mueca de desagrado. Como si no soportara a mi presencia y creo que yo poco a poco, empezaba no soportar la de ella. Me encontraba en un café frente a aquella escuela. Sabía que ella entraría, en cualquier momento y cuando lo hizo: se quedó unos minutos para afuera. Entró un muchacho, apenas él lo hizo: ella fue hacia el, omo si fuera un bichito de luz. Eso me hizo levantar una ceja confundido tenía curiosidad, sin embargo no podía ir ingresar a un sitio en el que yo no estaba invitado. Suspiré creo que ella lo había mirado de ese chico, como me miraba a mí al principio cuando apenas me había conocido. Suspiré decidí no hacer nada más y regresar a mi casa. Supongo que si algo ella tenía que decirme me lo diría. Aunque estaba completamente de acuerdo, algo le pasaba a mi esposa y tenía que averiguar Qué era lo que ocurría. —¿Estás bien?—quiso saber. Nose porque motivo, me puse a llorar en su hombro como Magdalena. Pero olía tan bien incluso, me quedé un poco perdida en su colonia. Todos entraron adentro y me quedé sola junto con él, me puse a pensar que todavía no sabia el nombre; me giré y le pregunté: —¿Cuál es tu nombre?—el me vió algo confundido. —Me llamo Nicolás, me dicen Nico. —Pues yo soy… —Lucía —me interrumpió. — ¿Cómo lo sabes? —pregunté algo confundida. El señaló mi pecho y contestó: —Tienes un cartel que dice tu nombre, bueno me iré. Se marchó dejándome más dudas que respuestas, aunque la buena noticia era que ya sabía como se llamaba. — ¿Estas bien Lu? — Emma quiso saber, apenas entré. Tambien Nahuel, estaba a su lado ambos con una mirada preocupada. —Si… solo fue un susto y mi bocota —dije con una sonrisa. — Ese tipo era un imbécil… se lo merecía — Nahuel contestó y añadió: — Si no te defendía el, hubiera ido yo, mi bella dama en apuro. Con Emma, nos miramos divertidas.
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