Se supone que, en primer lugar, debió correr al tipo ese de su apartamento al escuchar semejante locura, pero no había podido hacerlo por la conmoción y desconcierto de sus palabras. Es más, el hombre ni le había dado tiempo de responder o moverse, simplemente su gorila le extendió una tarjeta con unos datos y le dijo que en dos días esperaba una respuesta.
Una respuesta.
Bien, podía rechazar la propuesta, se supone que era lo correcto, claro, si no tenía a un mafioso oliéndole el culo y con un revólver en su mano listo para matarlo. Lo había meditado, realmente lo había hecho, pero no podía negarse a tan lujosa propuesta, es decir, era embarazar a su esposo. Eso no era nada ¿o sí? Se había follado a muchos en su vida, así que uno más no era la gran cosa y más por dinero, que tanto necesitaba. Por supuesto tenía muchas preguntas al respecto, y necesitaba respuestas antes de aceptar, ya tenía suficientes problemas como para arrojarse de cabeza a otro más grande y empeorar su situación.
No quería involucrarse con nada raro, y eso lo era definitivamente. O sea, ¿qué hombre le pide a otro que embarace a su esposo? Ridículo, enfermo en cierto aspecto, escalofriante. Él podía ser un desgraciado en ocasiones, pero definitivamente no le pediría eso a su chico por más desesperado que estuviese. Así que el loco ese debía tener suficientes razones para hacerlo.
Leyó la tarjeta en su mano.
Brian White.
Maldito multimillonario. Dueño de una de las mayores importadoras de video-juegos en Corea del sur, posicionada como una de las más rentables en el mercado. Con cientos de propiedades, socio de una buena cantidad de clubs y reconocido como un magnate en los negocios. El maldito podía botar el dinero si le placía.
Ahora bien, regresando al tema principal, ¿embarazar al esposo? Desequilibrado, tanto el White como su esposo debían estar mal para hacer eso, pero más él que pensaba seriamente en aceptar.
Sonrió. El hombre a pesar de ser arrogante tenía problemas con su lindo m*****o, no se le podía parar o era estéril. Ahí quedaba su prepotencia. De acuerdo, el tipo tenía dinero, ¿por qué no lo inseminaba y ya? Era más fácil, menos personas, se ahorraban la humillación del esposo, escándalos y el dolor de cabeza de ver el rostro del follador.
Pero bueno, él no era Dios como para decir que estaba bien o mal, y mucho menos para negarse a una oportunidad que evidentemente necesitaba. Al parecer, el buen White se había tomado la molestia de investigarlo lo suficiente, sabía que en su condición no podía negarse y se había aprovechado. Hombre listo. Demasiado.
Y ahora estaba frente a una lujosa mansión. Aparentemente tres plantas, dos alas y un inmenso jardín rodeado de una cerca. Ah, el hombre tenía bastante dinero e iba a obtener una tajada.
Sin más se acercó al citófono, pulsó el botón para luego escuchar la voz de un hombre que le preguntaba quién era y qué necesitaba, por supuesto notó la cámara y se esforzó por no demostrar el disgusto que le generaban las preguntas. Al decir su nombre no recibió respuesta del otro lado, sino que simplemente se abrieron las rejas.
Con un suspiró se adentró, sólo sería embarazar a su esposo. Nada más.
En la mansión sintió un ambiente frío y un poco tenso, le recibió Ethan, el gorila ese con cara de poco amigos, quien le hizo una señal para que le siguiera. La casa en su interior era simple, rayando lo escalofriante. En ese momento pasó por su mente la imagen del esposo del hombre, seguramente sería un chico con cara insulsa y desagradable, de temperamento frívolo y carácter fuerte, tal vez por eso no le podía hacer el hijo. Y a medida que avanzaba por la casa sin vida estaba más seguro de eso.
Llegó a una oficina, donde Ethan le hizo entrar sin acompañarlo, allí estaba él. Brian estaba tras su escritorio con sus dedos entrelazados, reposando su barbilla sobre ellos y con una sonrisa de victoria mezclada con esa malicia que le molestaba.
—Veo que lo pensaste bien.
Dio unos pasos uniendo su mirada a la de él.
— Todavía pienso que es una broma. Si lo es, por favor ríete ahora y déjame solucionar mis problemas.
Brian no se inmutó, por su rostro cruzó una sombra de enojo.
— No es una broma.
Derek sonrió ocultando las manos en su chaqueta, mientras daba una mirada rápida a la lujosa oficina cubierta de libros. Estaba perfectamente limpio, cada libro organizado de manera perfecta y cada objeto en su lugar sin la más pequeña capa de polvo. Aroma fresco y limpio.
— Creo que me investigaste lo insuficiente como para saber mi condición, sabes que necesito el dinero y vas a dármelo a cambio de algo, así que ahorrémonos formalismo innecesario y vayamos al grano. — Habló con cierta dureza, no le gustaban los juegos como ese.
Brian sonrió recostándose en la silla.
—El trabajo todavía no es tuyo realmente— Derek le miró de reojo—. Deberías saber que necesito verificar tu salud, que tu cuerpo no tenga ninguna enfermedad que pueda perjudicar a mi esposo y que tu semen sea lo suficientemente espeso como para engendrar a mi hijo.
— No tengo problema en ello— Se encogió de hombros— Estoy seguro de mi condición, aunque entiendo que quieras cerciorarte de la seguridad de su esposo.
Brian asintió sin quitarle la mirada.
—Eso dices, pero quiero cerciorarme — Respiró profundo, al ver que el otro no respondía decidió continuar. —. Además, no has escuchado mis condiciones para el trabajo, así como yo no he escuchado las tuyas y las preguntas que seguramente tienes al respecto. Te recomiendo que las hagas todas antes de embarcarte, no quiero que a mitad de camino te quieras pasar de listo ni que me veas con desconfianza.
Directo y franco. Eso era bueno.
—Tengo muchas preguntas realmente— Brian asintió y se cruzó de brazos haciendo un asentimiento para que empezará a hablar— ¿Por qué yo?
Brian sonrió de lado dándole la impresión de que le resultaba divertida su pregunta, aquello irritó a Derek , odiaba sus ínfulas de prepotente.
—Bueno, tú eres uno de una lista de veinte candidatos potenciales para nuestro trabajo, aunque reconozco que tú cumples con la mayoría de nuestras expectativas. Eres un joven de buena salud, atractivo, proveniente de una familia adinerada. Además, fuiste capitán del equipo de fútbol en la preparatoria y un buen estudiante, claro, hasta que te cansaste de esa vida.
Derek apretó los labios. Sabía bastante.
—En pocas palabras mi físico y mis calificaciones les agradó.
— Sí, quiero un hijo guapo e inteligente.
Derek ladeó su rostro riendo levemente, sacó las manos de su chaqueta y las cruzó sobre su pecho. Sabía que ser atractivo era útil, pero no pensó que tanto. Era gracioso escuchar esos motivos para su elección.
—Sabes que no se va a parecer a ti, ¿cierto?
— Bueno, podemos hacer unas cuantas evasiones del asunto, no es nada importante realmente. Cosa de árbol genealógico.
Derek quería tumbar su estúpida lógica pero se abstuvo, no iba a ser él quien perjudicara su propio trabajo. Se limitó a asentir leve.
— ¿Por qué no acuden a la inseminación?
Brian bufó fastidiado.
—Tendríamos que consultar a un doctor y lo que menos quiero es que rumor se divulgue por una imprudencia, tendríamos que involucrarnos con varios médicos y evidentemente cualquier persona podría enterarse si se empeña en averiguar un poco, cosa que no sucederá contigo, así que no. Además, quiero que mi hijo sea concebido de manera natural, no quiero tecnología de por medio sino el proceso perfecto de la naturaleza.
Derek entrecerró los ojos, se acercó un poco al escritorio posando su mirada en una jirafa tallada en madera.
— ¿Por qué no adoptar entonces?
—No sería un hijo nuestro ¿entiendes? Por más que buscáramos algún niño que se nos pareciera, no sabríamos cómo será cuando grande. Pasa lo mismo con la inseminación ¿y si viene de una familia criminal o antecedentes con enfermedades? No, gracias. Además, mi hijo llevaría la sangre de mi esposo, algo que nos daría un lazo sanguíneo.
Le miró, no lograba convencerlo. Era inquietante.
— ¿En serio soportaría la idea de verme con él? — Le miró amenazante — Hablamos de meterme mi pene en tu esposo, ¿seguro que es sólo eso?
—Mira, sé que es extraño, pero es enserio. Quiero que dejes embarazado a mi esposo, tan sencillo como eso. Te masturbarás y te vendrás dentro de él, nada del otro mundo si lo piensas bien.
Derek asintió, el hombre respondía a sus preguntas con una seguridad que le desarmaba. Y aunque lograba entender su punto de vista, no podía sentirse del todo tranquilo, como si algo fuera a salir mal o le ocultara algo importante en todo el asunto. Sin embargo, sacó esas dudas de su mente, en su condición no podía ponerse a pensar en cosas sin sentido. Necesitaba el dinero y punto. Tenía que follarse al chico, dejar su semilla en él y adiós. Fácil.
—¿De cuánto dinero estamos hablando?
Brian cruzó sus brazos y mordió su labio por unos escasos segundos.
— Quinientos millones de wons por acostarte con él— Derek abrió sus ojos en demasía por esa cantidad desorbitante. Brian se rió ante su reacción—¿Tentador, cierto?
Derek asintió con desconfianza.
—¿Por qué estás dispuesto a pagarme tanto?
— Porque no te voy a pagar simplemente por embarazar a mi esposo. Estoy comprando a tu hijo y el silencio sobre este hecho, junto con otras condiciones.
Derek silbó sorprendido y le miró con perspicacia.
— ¿Y si decido hablar así sea un año o siete años después?
— Bien, es sencillo, durante dos años te asignaré una mensualidad, diez millones de won tal vez, para que no hables. Después de eso no sabrás nada de nosotros por si quieres abrir la boca, además, creo que eres inteligente y sabes con quién te metes.
Derek asintió, el tipo lo tenía calculado. Era una buena suma de dinero por su silencio eterno, además, aceptaba que tampoco era de su interés reclamar a un hijo que no deseaba tener.
—Me parece muy bien hasta ahora— Puso una mano sobre el escritorio — Pareces tenerlo todo calculado, pero, ¿y si tu esposo no queda embarazado? Ya sabes, la naturaleza es caprichosa.
— Si no logras dejarlo embarazado en un plazo de doce meses, decimos adiós y hacemos de cuenta que nada ha sucedido.
—¿No vas a pedirme que te devuelva el dinero? —Alzó una ceja.
— No, como te dije, es por acostarte con mi esposo y tu silencio. Además, lo más probable es que sí lo dejes embarazado, así que no hay pérdidas realmente.
—Entiendo— Acarició ligeramente la figura de jirafa. Brian extendió su mano apartándola para luego limpiarla con un pañuelo y ponerla exactamente en el mismo lugar. Derek se apartó ignorando su grosería y cruzó sus brazos.—¿Y qué sucederá cuando lo deje embarazado?
— Si lo dejas embarazado te encimo doscientos millones.
Derek sintió que se iba a volver loco con tantas sumas de dinero, era demasiado, incluso exagerado. Le miró interrogativo.
—Oye, en serio ¿Por qué me vas a pagar tanto?
Brian le miró a los ojos y sonrió.
—¿No entiendes la magnitud, cierto? Derek , es tu silencio, tu hijo, y te voy a pedir que te acuestes con un desconocido por un período de doce meses o uno, si lo logras a la primera. Estoy prácticamente comprándote para que no digas nada, tú cumples tu parte y yo te pago una extraordinaria suma para que te des por satisfecho y desaparezcas igual que nosotros.
Derek le miró, tenía razón, si el hombre pagaba poco probablemente en algún momento recurriera al chantaje o abandono, y obviamente no quería eso. Era interesante lo que estaba dispuesto a hacer por un hijo.
—Muy bien, creo que hasta ahora me gusta lo que dices.
—Sabía que dirías eso— Se inclinó hacia adelante—Pero, antes de que te emociones—Brian suspiró, abrió uno de sus cajones y le extendió una tarjeta evitando hacer contacto con su piel.—Ve con ese médico. Practícate unos exámenes generales, de sangre y de semen, y me traes los resultados cuando los tengas, quiero cerciorarme.
Derek asintió, leyó rápidamente el contenido de la tarjeta. Esperaba que antes de dos semanas pudiera obtener resultados. Guardó el papel en su bolsillo arrugándola.
— Supongo que hemos terminado la reunión —Dijo serio mirándole.
— Supones bien— Sonrió Brian—. Nos veremos entonces en unos días cuando traigas los resultados. En ese momento hablaremos de tu paga y nuestro trato, el cual discutiremos con mi esposo, quien quiere conocerte antes de empezar.
Derek asintió, no pudo evitar sorpresa ante ese hecho, sabía que debía conocerlo, pero no lo esperaba en el planteamiento de condiciones. Iba a ser incómodo enfrentarse a él mientras su esposo hablaba de cómo iba a follárselo.
Miró a Brian una vez más, omitiendo el tema del esposo, sí había algo que le inquietaba. Y era su paga. No necesitaba mucho el dinero, sólo necesitaba quitarse a Alfred de encima.
— Sobre la paga, sí tengo una condición. —Dijo.
— ¿Qué ocurre?
— Quiero la mitad el día que traiga los exámenes.
Brian le miró enarcando una ceja.
— ¿Desesperado?
— Apurado, más bien — Sonrió.
Brian asintió.
—Cuando traigas los exámenes que certifiquen tu salud y hablemos claramente de las condiciones, te lo entrego.
Derek asintió guardando las manos en sus bolsillos.
— Si salgo bien, el trabajo es mío.
— Si aceptas mis condiciones. —Atajó.
— ¿De qué hablas? —Se puso a la defensiva.
— No te alteres, son cosas simples que toda persona tiene que cumplir cuando quiere tener un hijo — Negó con una mano en el aire — Simplemente temo que te molesten, eso es todo.
Derek le miró por unos segundos, examinando su rostro como si pudiese obtener las respuestas.
— ¿Qué clase de condiciones?
— Trae los exámenes y lo discutimos. —Sonrió.
Derek asintió girándose sobre sus talones.
— Nos veremos.
Salió de esa oficina encaminándose por los fríos pasillos. Arrugó la tarjeta en su puño oculto en la chaqueta.
Lo importante era pagarle la deuda a Alfred.