— ¿Estás listo? El castaño asintió terminando de apuntar la chaqueta hasta el cuello y ocultó sus manos entre los bolsillos. Dylan esbozó una sonrisa y se giró sobre sus talones para cruzar el umbral de la habitación, Edward le siguió con pasos lentos, teniendo cuidado de no dañar a su lindo bebé en el vientre. Al llegar a las escaleras, Dylan le tomó con delicadeza del brazo para ayudarle a bajarlos escalones, despacio y con paciencia. El castaño miró a través de sus pestañas a su esposo que le miraba atentamente desde abajo con brazos cruzados, por un momento dudó en continuar bajando, seguramente le discutiría por salir a exponerse junto al bebé, pero estaba harto de que le controlara y le quitara la poca libertad que tenía. Dylan a su lado le apretó del brazo con delicadeza in

