Edward miró hacia los lados con evidente nerviosismo, apretó las manos contra su pecho y pasó rápidamente la sala de estar dirigiéndose hacia la puerta, después le inventaría algo a Brian. Se apresuró a travesar las rejas haciendo apenas una señal al guarda de allí y se zambulló en la calles de Seúl con pasos apresurado que le delataban. Una vez lejos de casa detuvo un taxi y se apeó dando las indicaciones del apartamento del pelinegro, donde habían quedado de verse para hacer un pequeño viaje que, en palabras de Derek , sería inolvidable. Miró por la ventanilla con su corazón acelerado, era la primera vez que le hacía algo semejante a Brian, que se atrevía a hacer algo fuera de los planes de él. Nuevamente la culpa punzó en su pecho, Brian debía pensar que estaba en casa con Dylan disfr

