—¿Lo que estás diciendo es cierto? —Neithan se negaba a creer todo lo que le había dicho Noah, sabía que el chico no era de mentir, es más, odiaba las mentiras, pero lo que le había contado era inaudito. Noah no pudo hacer más que asentir. —Pero esto es absurdo. —Noah sollozó. En todo el viaje lo único que había hecho era dormir y llorar en silencio.
La intranquilidad había reinado en el auto y no sólo de parte de Neithan. El rubio pudo notar la tensión en el cuerpo de Noah, y con lo que le había contado sabía que tenía justificación. Ambos se encontraban en el cuarto del más joven, y mientras Noah tenía su cabeza recostada en las piernas de Neithan, el hombre le consolaba sin importar todas las lágrimas que se encontraban manchando su pantalón.
Podrían no tener mucha diferencia de edad, pero desde pequeños Neithan se había encargado de proteger a Noah y no le molestaba cumplir algunos de sus caprichos.
—En aquel sobre se encuentra el contrato. —Señaló. Neithan con cuidado de no mover con brusquedad a Noah, tomó el sobre y comenzó a leerlo.
—¿Ya lo has leído?
—Por encima. —Neithan asintió.
—La duración del contrato será por dieciocho meses o más, dependiendo de la duración de la obra. Howard está firmando un contrato con la compañía FCC en España, que al parecer es realmente importante y debido al escándalo presentado los sujetos están indecisos. —Noah asintió.
—Él me lo dijo.
—Lo leeré pra tí.
—Está bien.
—Durante ese período ambos fingirán ser una pareja de enamorados, los cuales se encuentran comprometidos y deberán llevar una alianza en su dedo anular como muestra de su amor. —Neithan suspiró. —Deberán modificar su forma de vida actual, para hacer la relación más creíble. —Noah al ver que su amigo se había detenido levantó la mirada.
—¿Qué sucede? —Noah había pensado que su amigo, al igual que él, no había entendido algunas partes del contrato.
—Debes vivir con Howard, Noah. —El chico se levantó con rapidez y miró a su mejor amigo con asombro. —Modificar tu forma de vida conlleva a acostumbrarte a vivir con otra persona, seguir algunas reglas, convivir y más. Ustedes deberán decidir si desean mudarse a una casa o apartamento, pero desde el momento en que firmes el contrato, dirás adiós a tu vida como la conoces. —Noah volvió a su posición y sin poderlo evitar que más lágrimas salieran de sus ojos.
¿Vivir con un extraño?
Pero si apenas podía convivir con ellos.
—¿Es necesario? —Neithan asintió. —Sigue. —Muy a su pesar, Neithan continuó.
—Cabe recalcar que el contrato es confidencial y si algunas de las partes revelan dicho contrato, antes, durante y posterior al mismo, deberá pagar una suma total de veinte millones de dólares por incumplimiento de contrato. De igual manera si algunas de las partes faltan a alguna de las pautas estipuladas en el contrato, será sancionado por la cantidad anteriormente manifestada. —Neithan continuó leyendo el contrato hasta llegar a la parte final del mismo.
Después de un tiempo y cuando por fin Noah había logrado calmarse, salieron de la habitación y Neithan preparó para ambos algo de café.
—Deseo agregar algunas pautas al contrato.
—Te escucho.
—Por lo que me has dicho, debemos actuar como una pareja de amantes delante de los demás. —Asintió. —Eso implica, besos, caricias, jugueteo y demás cosas que hacen las parejas normalmente. —Neithan no comprendía mucho a que punto quería llegar Noah, así que le dejó continuar. —Quiero que quede estipulado que sólo se hará delante de las personas, cuando nos encontremos a solas, lo quiero lejos de mí. Será suficiente con que tenga que vivir con él, y sinceramente no sé de lo que pueda llegar a ser capaz.
—Comprendo.
—¿Te encargarás?
—Por supuesto. De igual forma también haré algunos arreglos para que te sientas más cómodo. —Noah asintió. —¿Estás seguro que deseas hacer esto? Sabes que puedo ayudarte.
—Lo sé Nei, y te estoy agradecido por estar conmigo, pero no quiero perjudicarte. Recién comienzas a dirigir el bufete, no quiero que, por algo como esto, arruines lo que apenas comienzas.
—Comprendo y sé que, aunque te diga mil cosas no me dejarás hacerlo así que de ahora en más seré tu abogado y tienes toda mi firma a tu disposición. —Sonrió y negó.
—Señor, lamento decirle que sus servicios son demasiado costosos, y un pobre limosnero como yo no puede pagarle. —Neithan sonrió con desasosiego, a sabiendas que detrás de la sonrisa de Noah se encontraba un rio de lágrimas y preocupación.
—Oh, mi querido enano. No se preocupe por cosas tan insignificantes como esas, podemos llegar a otro tipo de acuerdo. —Hizo un ademán con sus cejas haciendo reír a Noah.
—Bobo.
—Mañana te enviaré el contrato por correo así puedes revisarlo. —Apretó sus puños, sintiendo una enorme impotencia en su pecho. —Comunícate con Howard y dile que en unos días tendrá la propuesta del contrato, y que si todo le parece bien podrán fírmalo. —Noah miró a Neithan con desolación haciendo que el hombre suspirase. —Está bien, yo lo haré. Tú sólo descansa, que te ves agotado.
—Muchas gracias, Nei. Te quiero. —Besó la mejilla de su mejor amigo.
—También te quiero. No te preocupes por nada, arreglaré todo para que así sientas la situación más llevadera y menos tortuosa.
—Estoy cansado. —Neithan tomó la taza de las manos de Noah y le indicó que se acostara.
—Lo sé.
—Mañana debo trabajar y no deseo ir. Harán demasiadas preguntas que no sabré responder.
—Pidamos un permiso médico. —Noah lo pensó. —Será lo mejor, no puedes salir sin antes hablar con Howard. Sería muy complicado para ti.
—Parece prudente. —Bostezó. —Es mejor desaparecer hasta que aclaremos las cosas.
Neithan vió como su amigo de a poco se quedaba dormido en sus piernas. Al cabo de un rato el rubio lo tomó en brazos y lo llevó hacia su habitación para colocarlo en la comodidad de su cama. Neithan lo cubrió con las mantas y se quedó contemplándolo. Le jodía verle así, pero no podía hacer más por él, que ser su abogado. Despidiéndose de Orión salió del apartamento y se dirigió a Zelo.
Sus noches de irresponsabilidad habían terminado y debía aprovecharlas al máximo. Además, necesitaba curar aquel estrés s****l que le estaba carcomiendo. Hacía ya algún tiempo que Neithan no alcanzaba la satisfacción s****l y se encontraba fustado. Llegó al bar y se sentó en la barra para luego pedir lo que bebería.
—Whisky sour clásico. —El chico asintió y comenzó a preparar el trago.
Hace algunos días había estado con una chica. La mujer no le había satisfecho adecuadamente, y tuvo que fingir placer para no quedar como un completo idiota. La primera vez que le había sucedido fue ya hace algunos meses y no le había tomado demasiada importancia, creyendo que había sido culpa de la mujer. La segunda vez sucedió un mes después, y decidió buscar a un chico pensando que sus gustos habían cambiado. Tiempo después fue hacia uno de sus lugares favoritos y encontró a un chico que no dudó un entregarse a él.
Neithan tuvo sexo con el chico en uno de los baños del bar, pero al parecer su cuerpo no se encontraba en condiciones, y tuvo que fingir nuevamente sentir placer, cuando realmente no había sentido nada. El hombre se encontraba frustrado sexualmente, y no podía saciar aquella sed que le carcomía el alma. Eso lo tenía al borde de los nervios, y para colmo su amigo se encontraba pasando por una situación difícil.
Sólo deseaba encontrar a alguien con quien poder descargar todas sus frustraciones. Follárselo hasta sentirse satisfecho consigo, y hasta poder tranquilizar todos los demonios que se encontraban jugueteando en su interior. Se levantó de su lugar y se dirigió a uno de los baños. No sabía cuánto tiempo había estado allí, pero el alcohol comenzaba a hacer efecto en su organismo, así que debía haber pasado mucho tiempo.
Su vejiga había estado al borde del colapso y dio gracias que los baños nos estuviesen tan ocupados. Al terminar de hacer sus necesidades, lavó sus manos y se dirigió hacia la barra para pedir otra copa con aquel líquido rojizo. Su camino se vio interrumpido cuando una persona chocó con él y regó en su camisa lo que se encontraba bebiendo.
—Discúlpame. —Neithan levantó la vista encontrándose con unos hermosos ojos lapislázulis.
Neithan lo escudriñó con la mirada, notando así que era realmente sexi, y no pudo evitar sonreír al ver que el chico mordía su labio. El chico podía tener la edad de Noah, o quizás un año más, su altura era menor a la suya y su piel se encontraba un poco bronceada. Los músculos de su cuerpo eran marcados bajo la ropa y aunque se encontraba vestido de manera casual, Neithan no puedo evitar fijarse en lo fascinante que se veía con esa ropa.
—Depende del sí quieras o no bailar conmigo. —El chico arqueó una ceja.
—¿Y si no deseo hacerlo?
—Perderás la oportunidad de que te disculpe. —Sonrió. —Y no podrás vivir pensando que se te escapo esta oportunidad. —Neithan lo vió sonreír y supo que su mal flirteo había fusionado.
—Caleb. —Se presentó estrechando la mano del contrario. —Discúlpame por lo de tu ropa, venía un poco distraído.
—Neithan. —Sonrió. —No te preocupes por eso, es un verdadero placer que alguien como tú me hiciese el honor de chocar conmigo.
—¿Siempre te funciona? —Preguntó con coquetería.
—Eso no es importante, mejor dime: ¿Ha funcionado ahora?
—Quizás... Ta vez más tarde podríamos comprobarlo.
—Estaré esperando con ansias. —La atracción entre ellos, era notoria. —Nos podríamos divertir mucho si tú lo deseas. —Caleb sonrió y siguió su camino hacia los baños, Neithan puedo seguirlo con la mirada y deleitarse con aquel hermoso cuello que pedía a gritos ser profanado.
—Esperemos y así sea. —Sin más, lo vió desaparecer por la puerta del baño, y aunque su inconsciente gritaba por seguir al chico y follárselo en uno de los cubículos, se controló y volvió a su lugar. Total, sabía que el chico había entendido sus palabras.
Salió del lugar y buscó en su auto una camisa nueva. Siempre tenía una de repuesto por cualquier incidente o si necesitaba dirigirse a algún lugar con urgencia. Cuando estuvo listo volvió hacia adentro y antes de poder pedir nuevamente un trago, una bella mujer se acercó a él y le pidió bailar. Aceptó, no sabía si Caleb le buscaría más adelante, así que debía divertirse. La música retumbaba en sus oídos y el alcohol corría por sus venas haciendo su entusiasmo fuese mayor. poco tiempo después Neithan sintió como la chica era separada de él.
—¡Oye! —Se quejó la chica sobándose el brazo.
Neithan sonrió al reconocer a la persona que se había desecho de la chica. Caleb se acercó a él y besó la comisura de su labio, lento, sensual y excitante según al parecer de Neithan. La chica miró con rabia aquella escena y se alejó molesta.
—No pensé que me cambiarias tan rápido. Que fácil te olvidas de tus promesas. —Neithan lo tomó por las caderas para así atraerlo más hacia sí.
—Sólo bailábamos, además no recuerdo que prometiese algo. —Caleb rodeó sus brazos en el cuello del más alto y susurró en su cuello.
—Prometiste que nos divertiríamos. —Su cuerpo tembló al sentir el aliento cálido del chico.
No se encontraba realmente seguro si era por el alcohol que podía oler en el aliento del chico, o si en verdad quería hacer esto. Pero lo cierto era que el alcohol en sus venas le hacía perder el racionamiento así que le siguió el juego.
—Como dije. Sólo bailábamos, pero mi noche de placer y mi cama están reservadas para ti. —Besó su cuello y gruñó por lo bajo al escuchar un pequeño gemido salir de los labios del pelinegro. Caleb se separó un poco, y unió sus labios en un candente beso.
—¿Por qué esperar más si podemos hacerlo ahora? —Neithan sonrió.
Sí que deseaba tomar al chico, pero también deseaba tomarse su tiempo para explorar cada sentimiento del mismo, así que tomó su mano y salieron del bar para luego subirse al auto del mayor y dirigirse hacia su apartamento. Neithan esperaba que la persona junto a él, pudiese calmar aquella sed de placer que se había alojado en su interior desde hace ya algún tiempo, y le hiciera disfrutar cada segundo que estuviese enterrado en él.
No se encontraba seguro si lo que estaban haciendo era lo correcto, sólo sentía la necesidad de entregarse, sin importar las consecuencias que podrían traer aquellas acciones. Para Neithan era natural tener sexo con alguien sin ningún compromiso, pero nunca lo había hecho sin estar realmente consciente, y hoy, lamentablemente, no era uno de eso días. Su juicio se había perdido por completo en el alcohol y no podía hacerse responsable de sus acciones.
Ya mañana se daría a la tarea de saber lo que había hecho y asumir sus responsabilidades.
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Noah se despertó horas después con un fuerte dolor de cabeza, fue en busca de unas pastillas que pudiesen calmar aquel punzante dolor. Miró la hora en su reloj y se percató que eran pasadas las dos de mañana. Suspiró a sabiendas que ya no podría volver a conciliar el sueño, así que decidió darse una ducha. Por algún motivo se sentía sucio, y pensó que duchándose se le quitaría el malestar, pero no fue así. Decidió mirar televisión para distraerse, sin embargo, en todos los canales que ponía aparecía su foto o hablaban del escándalo del año.
Noah maldecía.
Maldecía al hombre y se maldecía a si mismo por haber tomado la estúpida decisión de dejarse llevar, por lo que, según él, sólo era una noche de diversión. Noah deseaba echarle la culpa a Neithan, pero se estaba consiente que el único culpable había sido él. Aunque el alcohol en sus venas era significativo, él había estado consciente de las cosas que se encontraba haciendo, y sabía que podía traerle problemas, pero aun así lo permitió.
Sólo quería ser un instante el chico que rompiese las reglas, el chico que no tenía miedo de besar a alguien sólo por diversión, el chico que no temía correr riesgos. Esa noche se había sentido bien, tenía que aceptarlo, ver que había despertado el deseo en un hombre como Howard, sin tener que hacer el mayor esfuerzo, le llenaba de satisfacción y le había hecho olvidar por completo todas las palabras que le había dicho Patrick al terminar su relación.
Pero como siempre, todas las cosas no salían como el las planeaba, y siempre terminaba sufriendo y hundido en problemas. En aquel instante, Noah recordó un dicho que le había dicho su padre cuando era niño.
"La superación trae mala suerte"
Y ahora podía entenderlo.
Siempre que intentase ser alguien que no es, las cosas irían mal y para su maldita mala suerte lo entendió tarde.
—Eres un completo idiota. —Se dijo mientras limpiaba algunas cuantas lágrimas de su mejilla.
El chico se encontraba abrazando sus piernas, escuchando cada una de las cosas que decían sobre él en la televisión, sin poder creer algunas insolencias. En un momento sintió el sillón hundirse junto a él y sabía que Orión, su compañero de apartamento había llegado. Noah se acomodó en el lugar e inició a acariciar el pelaje de su mascota. Quizás pensaron que el chico se encontraba exagerando las cosas ya que:
¿Qué tan difícil podría ser fingir amar a alguien?
Las personas lo hacen todo el tiempo, pero para Noah amar no era algo que se podía tomar a la ligera o mentir sobre aquel sentimiento. Para él, amar, era la cosa más preciada del mundo. Además, nunca había tenido suerte en aquel ámbito, así que no se encontraba realmente seguro de lo que debía hacer. Se encontraba consciente que el único que saldría lastimado en todo este fraude sería él, y lo peor de todo era que no podía hacer más que seguir en ese camino, aunque supiese que el final del mismo no sería favorable.
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"Tus decisiones te llevan por caminos espinosos, depende de ti si deseas extraer las espinas que se incrustan en tu piel o hundirte en la miseria." JH.