bc

Solo Llamame Amor

book_age12+
342
FOLLOW
1.0K
READ
drama
sweet
heavy
lighthearted
mystery
like
intro-logo
Blurb

Ella es una famosa blogera.

Pero la cama esconde muchos secretos.

Él es un chico normal.

O eso cree él en su vida rutinaria.

Cuando ella decida huir de sus problemas, el aparece en su vida como un salvador, y las alas que siempre le faltaron.

chap-preview
Free preview
Prologo
La alarma sonó cuando llegaron las cinco de la mañana, tenía una rutina muy rara, pero me servía para sentirme segura. Las rutinas tienen cosas buenas y malas, dan seguridad a uno mismo pero nos hacen más vulnerables ante los que te quisiera a****r. Negué. No necesitaba centrarme en mis pensamientos, no ahora, necesitaba activarme. Me levante de la cama e hice unos estiramientos para que mi cuerpo se despertara conmigo. —Buenos días—me salude a mi misma. Hablo mucho sola, no es nada malo, aún no me he respondido. Lo primero que hice es salir a correr por media hora, no es mucho tiempo pero es solo para activarme. A esas horas las calles aún no están muy transitadas por lo que soy yo con mis pensamientos, eso estaba muy bien pero no tan bien como cuando eras como yo, alguien que se iba a su mundo de forma demasiado sencilla. Tras caminar volví a mi casa y me puse a meditar, era un momento que usaba para poner la mente en blanco, aún me estaba acostumbrando a hacerlo, me costaba demasiado, siempre me venía algún pensamiento o reflexión. Para cuando terminaba de meditar, me duchaba, y baja a desayunar. A esas horas ya todo el mundo estaba despierto, por lo que me sentaba en la mesa del comedor a desayunar con el ordenador pero en compañía. Nada más abrir el ordenador me salió unas fotos de como cambió el mundo. El mundo es una constante variante de cambios. Si en un segundo pueden cambiar tantas cosas ¿Qué cambia en dos meses? ¿O un año? No solo es la posición del sol o la tierra, son más cosas, las personas pueden cambiar, hay cosas que dejamos de controlar. La vida. Siempre escucho a la gente decir que la juventud es el mejor regalo, "¿Me darías unos años?" Los adultos creen que los problemas de los jóvenes, no son importantes "Yo a tu edad..." Cuantas veces me habré callado mientras algún adulto me recordaba que ellos a mi edad ya tenía trabajo, casa y dos hijos, que ellos pasaron hambre, que mis problemas de sentirme mal, de sentirme triste todo el día no son importantes, son cosas que no importan, tonterías. Nos quejamos por vicio. Las cosas cambian, si, pero hay gente que no esta acostumbrándose de forma correcta a esos cambios, hay gente que sigue creyendo que las cosas son igual que hace treinta años, que los jóvenes tiene los mismo problemas que los abuelos o sus padres. Pero no, al igual que las cosas cambian, las generaciones lo hacen, y en lo que antes era demasiado importante mirar el estado físico, ahora es más importante mirar la salud mental. Nadie lo entiende. Suspiré. —Céntrate—me susurre a mi misma. Pero eso no importa ahora. Si vamos a pasar tiempo juntas lo más correcto es presentarme. —Educación ante todo—me susurré. Antes de empezar a contra la historia que cambió mi vida, creo que debo presentarme. Me llamo Catrina, Catrina Blad, tengo dieciocho años y vivía en una casa en Los Ángeles con mis amigas, soy originaría de New York pero me mude con ellas hace un año. Voy a contar mi historia. Nací en una familia totalmente disfuncional, mi madre era una bailarina que se pasaba casi todos los meses, por no decir que solo la veía un mes al año, viajando con su compañía de baile, por lo que nuestra relación era comunicarnos por videollamadas y mensajes, pero de todas formas estuvo presente en mi vida, ella se fue de su casa a los catorce años para poder dedicarse a lo que amaba, y mi padre era su mejor amigo de la infancia que la ayudo en todo, un encanto de relación para que mentir. Mi padre, trabajaba en una empresa en el ámbito económico pero no por ello era un amargado, es más, era la personas más tranquila del mundo, y la que más me apoyaba en todo lo que quisiera. Mis padres eran de esas personas que creían que era mucho más importante ser feliz que vivir llorando solo por dinero, por lo que cuando empecé un blog con mis amigas, y luego pasamos a grabar videos, ellos me apoyaron del todo. Mi madre dejo de ser bailarina con los treinta pero ahora era profesora por lo que se pasaba los meses viajando como antes, pero en lugar de estar enfrente de los escenarios, pasaba los días de tras de estos, mientras me mi padre, se dedicaba a ayudarme dándome dinero mientras trabajaba en la misma empresa de siempre, pero obviamente con un puesto mayor. Y yo termine el instituto, y deje los estudios. Estuvo mal, que nadie siga mi ejemplo peor no podía seguir estudiando, me agobiaba demasiado las clases, y no encontraba nada que em gustara para dedicar mis días, a mi me gustaba ayudar a la gente, quería dar a conocer al mundo lo que me gustaba, enseñar al mundo lo que era importante en este mundo. Las r************* , son algo que dan miedo, lanzarse a ellas es algo que aterra, que da miedo, es un abismo en el que todo puede salir bien o mal, no era cosa de talento, era algo de carisma, algo que debía llegar a la gente, era algo que no dependía de ti, dependía de la gente que te viera, podías trabajar horas y horas y que la gente no viera nada en ti pero hacer algo que vuelva loca a la gente, y hacerte ganar mil millones de seguidores. Las cosas del internet son cosas que nadie podía comprender. A los catorce años, mis amigas y yo comenzamos ha publicar escritos sobre moda en un pagina, estábamos en la ciudad con las mejores pasarelas de moda del mundo, por lo que nos empezamos a colar en los diferentes pases moda para poder publicar en nuestro blog. Claramente unas niñas de catorce años, opinando de moda no era nada que llamara la atención pero con los videoblogs, y nuestra gran carisma hizo que tuviéramos muchos seguidores. Con eso, el mejor lugar para los famosos era Los Angeles, pero no podíamos irnos seguido, primero nos mudamos juntas a un piso de New York para después, hace un año nos fuimos al fin a la ciudad de las estrellas, ese lugar en el que viven los famosos. Debemos aclarar dos cosas.. Primero voy a presentar a mis amigas. Cassie, era mi mejor amiga, a la que quería con todo mi alma, a las otras dos también pero había algo que me unía a ella que era diferentes a las otras cos. Tenía unos intensos ojos verdes, que iluminaban por donde iba su pelo rubio, eso de forma natural pero hacía demasiado que no lo tenía de ese color, actualmente lo tenía azul, y tardaría poco en cambiárselo. Es la pequeña de una familia de abogados, y por ello, para que sus padres la apoyen, sigue estudiando, de forma online pero ahí sigue la pobre. Si hablamos de personalidad ella es la madre del grupo, esa persona a la que acudes cuando estas enferma y la que no te deja hacer las cosas más divertidas, de todas formas la quiero, no voy a mentir pero en ocasiones cerrarle la boca es mejor que escucharla. Claudia, ella es la dulce del grupo, tiene unos intensos ojos negros y pelo n***o, es muy gótica, no lo voy a negar, le encanta vestir de n***o y lo oscuro, mucha gente cree que podría matar a todo el mundo pero Claudia es la persona más buena del mundo, vegana y defensora de todas las injusticias. Sus padres nunca la apoyaron en nada, me acuerdo que de niña le ponían vestidos rosas cuando ella los odiaba, haciendo que desde pequeña Claudia se sintiera mal, entonces cuando tuvo la oportunidad, con trece años se fue de su casa, Cassie la acogía de su casa , al principio fue diciendo que era una fiesta, luego a escondidas pero eso solo funciono por dos semanas, sus padres la descubrieron, pero no paso nada, los padres de Cassie aceptaron  a Claudia en casa como una hija más. Los padres de Cassie son maravillosos, apoyan los sueños de todos, no voy a negar que quieren que sigamos estudiando, ellos si creen que podamos vivir de esto pero eso no quita que nos quieran dar un seguro por eso Claudia también sigue estudiando, pero en el caso de ella, estudiaba audio visuales. Por ultimo tenemos a Catherine. Si, los cuatro nombres empezaban con c pero eso no era un chiste, era una coincidencia, era algo que había surgido así, había sido una coincidencia, simple coincidencia. Pero dejemos esas cosas aquí y hablemos de mi amiga. Catherine, es una pelirroja pero que no le hace ser peligrosa, tenía ojos verdes demasiado intensos. Por dios, éramos demasiado diferentes físicamente y mentalmente. Estaba la pelinegra del grupo, Claudia, la rubia que era Cassie, diminutivo de Casandra por si quedan dudas, la pelirroja que era Catherine, y yo que era castaña y con ojos marones. Creo que me he entretenido, eso me suele pasar mucho. Catherine, era la más pequeña del grupo, solo por unos meses pero aún así era un bebe, mientras que Claudia parecía una asesina en serie y era la persona más dulce del mundo, Catherine parecía un maldito ángel cuando era capaz de arrancarte la cabeza si era necesario o si la enfadabas, cosa que no era demasiado complicado. Catherine era la más pequeña de cinco hermanos, ella era la sexta pero no solo eso, sino que era la más pequeña de todos sus primos y la única chica, por lo que se crío entre bromas y entre sobreprotección sin olvidar que se pasaba la vida jugando a deportes, arrastrándose por el suelo y aprendiendo a luchar de mil formas diferentes, por lo que yo no me metería con ella, no solo porque pudiera matarte con sus propias manos sino que si le daba la pereza iba a mandar a sus veinte protectores a matarte. Hemos aclarado quienes formamos el grupo de mis amigas con el que conquistamos el mundo del internet, éramos un grupo muy fuerte, hacíamos cosas solas pero eso no nos hacía separarnos, no comprendía las bandas, se separan para hacer carreras en solitario, siempre he creído que si sois un grupo unido no hay esa necesidad, hacéis cosas solas pero juntas.  Y la segunda cosa que debemos aclarar hoy, ¿Cómo ganamos el dinero? Mayormente, y que no os mientan, primero debéis tener un publico, eso lo conseguimos a raíz de la moda, de hablar sobre la moda que llenaba las calles de New York, pero no solo la semana de la moda sino que todos los días, porque era algo constante. Y cuando teníamos un numero de seguidores empezamos ha hacer diferentes cosas, desde hablar de moda, a blogs como recetas, hacíamos lo que quisiéramos y la gente pagaba por que lo hiciéramos o por vernos. Los nuevos trabajos y sus misterios. Pero bueno, que me he entretenido demasiado, y me he olvidado de contar lo más importante. Que nos mudáramos a Los Ángeles, aún siendo menores tiene su porque. Bien, aquí va la explicación, cuando tenía quince años comencé a salir con un chico, era también uno de esos blogers, como yo pero él no hablaba de moda sino que hablaba de cosas paranormales. Al principio, todo era maravilloso, Cassie llama a esa época la fase de la luna de miel, una fase en la que todo parecía maravilloso, no se veían cosas malas pero como bien decía mi abuelo, nadie cambia de la noche a la mañana, las personas somos de una forma y no cambiamos de la noche a la mañana, solo que hay un momento decisivo en el que en el que nos dejamos ver tal cual somos, cuando nos pasa algo. Pero esa no es la cosa. Empecé a salir, con él porque era muy divertido, no pensé que una relación pudiera llevar a más pero él se obsesiono conmigo, con controlar casa cosa que hacía cada paso que daba.  Claro, cuando has pasado por unos momentos felices no ves eso, crees estar equivocada por lo que no le das importancia a las cosas, pero cuando eso se vuelve más y más incontrolable cuando ya no puedes ni salir a la calle sin avisarle. Empiezan los problemas. No todos los hombres son malos, eso lo se pero me sirve una mala experiencia para tenerles miedo.  Lo calculo todo, para atarme a la fama para tenerme controlada y las ordenes de alejamiento, por muy bonitas que sean, se pueden saltar. Recordad su nombre me da ansiedad, me aterra. Es tonto. Ese chico me hizo sentir la persona más débil del mundo, me hizo ser vulnerable, ser la persona más débil del mundo, ni siquiera tuvo que darme un solo golpe, insultos y criticas fueron suficientes. La mente en ocasiones es muy poderosa, pero demasiado frágil. —Cat—me llamo Cassie. La mire. ¡Oh si! Me he perdido en mis pensamientos, siempre me pasa. Voy a ir al asunto. Llevamos un año en Los Ángeles, un año en el que aunque mi ex novio sepa la ciudad, no sabe la casa, tenemos demasiado cuidado con ello por lo que de momento, estoy a salvo. Y en este momento, estábamos planeando videos, cuando yo me he distraído en mis pensamientos, que me distraiga no significa que no sea consciente de lo que pasa a nuestro alrededor, solo que decido ignorarlo. —Decirme—les dije. Mis tres amigas me miraron. —¿Has escrito algo últimamente?—me pregunto Claudia. Gracias a mi gran habilidad de distracción y reflexión era quien de forma normal escribía los guiones de los videos. Mirar, seamos sinceros, en el mundo del internet, de las r************* , muy pocos son reales, la mayoría tienen un enorme plan de como hacer las cosas, para controlar lo que les pasa. Control. Hace mucho que no tengo el control de mi vida, pero ¿Qué es tener el control? Poder decidir que hacer en cada momento, porque creo que ni la persona más hábil puede controlar cuando mear o cagar, creo que nadie tiene el control absoluto. El cuerpo no es algo que podamos controlar, y los sentimientos menos, y al depender nuestras relaciones de otras personas que no controlamos, estamos fastidiados. —Catrina—me grito Catherine. Las mire. —Perdón—me disculpe y las tres negaron—¿Cuál era la pregunta?—les dije mientras intentaba quitar hierro al asunto. Las tres me miraron sorprendidas. —Si has escrito algo últimamente—me pregunto Claudia. Asentí. Me pasaba los días escribiendo. —No guiones como tal pero ideas—aclare. Claudia, me miro, ella se encargaba de la edición, ella era la experta en audio y video por ello estaba estudiando para ello. Catherine paso a ignorarme, ella era la que se encargaba de la moda, y este año terminaba el instituto online y comenzaría una carrera de patronaje, para hacer ropa y seguro que harían algo de maquillaje al mismo tiempo, porque era demasiado hábil. Cassie, se sentó a mi lado y me miro, paso su mano por mi pelo y beso mi mejilla. Gracias a que estudiaba derecho, ella era la que se encargaba de las relaciones con las empresas y contratos, más gestionar todo el papeleo. Era muy buena en eso. Yo era la única que no estudiaba. Mis padres no me presionaban para que lo hiciera, me dejaron tomarme un año para pensar en ello, pero yo no tenía fuerzas para seguir estudiando, me distraía demasiado, se me hacía complicado estar en una conversación como para seguir una clase, ya se me hizo difícil terminar secundaría por lo que una carrera universitaria era imposible para mi. —Oye—me llamo Cassie y la mire—Estamos aquí—me recordó. Asentí. Ella era quien me ayudaba a meterme en el presente, si por mi fuera, me pasaba el día en el mundo de mis pensamientos. —Hoy me he levantado un poco distraída—me disculpe. Las tres me miraron. Esa era una de las razones por las que tenía una rutina, para ayudarme a situarme en el ahora y no irme, pero aún me costaba. Claramente, eso era un proceso, no era algo que iba poder solucionar en dos días, ojala se pudiera. Pero esas cosas, las cosas de la mente tardaban demasiado en ser solucionadas. Era frustrante. —¿Sabes que cuando te metes en tu mundo se te ponen los ojos pequeños?—me pregunto Claudia. La mire sorprendida. —No lo sabía—le confesé. Supongo que tras todos estos años, ya sabían hasta cuando me iba con solo mirarme. Eran demasiadas buenas amigas. Sonó el timbre, evitando que me metiera a reflexionar sobre la amistad, supongo que eso será tema de otro día. —Voy yo—dijo Catherine. Se levanto sin dejar a nadie reaccionar y fue a la puerta. — ¿Esperamos a alguien?—pregunte sorprendida. Tanto Cassie como Claudia negaron. —Los paquetes no llegan a casa por lo que ni idea—comento Cassie. Por nuestra seguridad teníamos un apartado de correos. Catherine volvió con una caja pequeña que dejo encima de la mesa. La mire. —¿Quién nos envía eso?—pregunte sorprendida. Los únicos que sabían donde vivíamos eran nuestros padres, y ellos no nos enviarían nada sin avisar. —Viene a tu nombre—me dijo Claudia que miraba la caja. Imposible. Nuestros padres usaban un nombre falso para enviarnos cosas, como forma de seguridad, ellos sabían lo importante que era que nadie descubriera donde vivíamos. —Quizás tu madre se a despistado—me intento tranquilizar Cassie. Mi madre no se despistaba, pero no se lo iba decir, ella solo quería calmarme por lo que no iba a hacerle sentir preocupada. Me acerque a la caja. Era pequeña y roja. —Voy a abrirla—les dije. Le estábamos dando demasiada importancia a una maldita caja pero no voy a negar que era algo que me ponía demasiado nerviosa. —Venga, hazlo ya—me pidió Catherine. Abrí la caja lo más rápido que pude. Me caí en mi silla. Mis amigas miraron a la caja y luego a mi. —Nos mudamos—dijo Cassie llevándose la caja. ¿Qué había en la caja? Un pájaro muerto, con una rosa roja y una nota, no necesitábamos leer la nota, solo necesitábamos irnos, volver a escapar porque esto se estaba saliendo de control. Era la primera caja que recibía en un año pero no iba ser la ultima.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Efimero (Devil's touch)

read
372.9K
bc

AMOR CON ODIO

read
13.0K
bc

UN TOUCHDOWN A TÚ ❤️

read
225.9K
bc

En los Zapatos de Renatas

read
1.4K
bc

Casado con la ¿Gordita?

read
312.9K
bc

Mi jefe esta paralitico

read
3.2M
bc

Una esposa de mentira. Saga familia Duque.

read
8.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook